RIAL CELEBRO 6 MESES DE AMOR
CON ROMINA, EN EL CALAFATE
Se conocieron y, en agosto de 2017, empezaron a salir casi sin darse cuenta que comenzaban a escribir una verdadera historia de amor. Jorge Rial (56) y la nutricionista Romina Pereiro (37) ya cumplieron seis meses de relación. Una relación que no incluye convivencia pero que mucho se le acerca. Ya que ella alquiló un departamento para vivir con sus dos niñas un piso más abajo del que habita el conductor de “Intrusos” también con sus hijas. “Juntos pero no revueltos”, bromeó Rial en su momento. Aceptando la invitación del intendente del sur Javier Belloni, Jorge y Romina viajaron a Santa Cruz para disfrutar unos días en ese mágico paisaje, ubicado al borde del campo de hielo patagónico. Y así también combinar relax y trabajo (ya que desde aquel paisaje blanco salió al aire en su programa emitido el viernes 16 de febrero).
“Estar a su lado te deja sin respiración. Demasiada belleza te abruma. No te alcanzan las palabras para describir lo que sentís. Hasta te llega a cortar la respiración. Es una parte fundamental del paisaje más dulce. Mientras la describo, ustedes sigan mirando el glaciar detrás”, escribió Rial en un pícaro juego de palabras con Romina entre sus brazos. Fueron días románticos y de paseo. Ya que además de participar de la 6ta. Edición de la “Fiesta Nacional del Lago”, recorrieron el Glaciar Perito Moreno, navegaron por el Lago Argentino, disfrutaron de los Glaciares Spegazzini y Upsala, y visitaron el Glaciobar, un bar de hielo, a -10º, en donde las mesas, sillas, sillones y vasos, son de hielo, construido con bloques del propio Glaciar y donde se cumple con la tradición de brindar con un whisky con hielo milenario desprendido del Perito Moreno. “Un lugar mágico. Pura energía, pura belleza”, aseguró el conductor.
Juntos y muy enamorados, realizaron los paseos de rigor y, como dos turistas más, no pudieron resistirse a las tradicionales casas de chocolates. Donde además de probar todas las exquisiteces, compraron cajas para llevar de regalo a la parte de la familia que había quedado en Buenos Aires. Sólo fueron tres días pero los suficientes para recargar sus energías rodeados por la belleza de los paisajes y celebrar sus seis meses de amor.