CHARLOTTE: EMBLEMA DE BELLEZA Y GLAMOUR
LA PRINCESA QUE REINA MONACO
Por sus venas corre sangre azul pero también la belleza, el glamour y la distinción que supo heredar de su abuela, la inolvidable Grace Kelly, y de su madre, la princesa Carolina de Mónaco (61). A los 31 años, Charlotte Casiraghi reinó en Mónaco. Con su particular estilo se impuso en el tradicional “Baile de la Rosa”, al que llegó luciendo un llamativo vestido de Saint Laurent, diseñado especialmente para ella por Anthony Vacarello, en negro con estola de plumas blancas. Con su cabello recogido en una trenza cocida, llamó la atención con Make Up apenas perceptible y la ausencia de joyas. Sin embargo, bastó que Carlota mostrara sus manos para descubrir el solitario, que lucía en su dedo anular, con un gran diamante. La alianza confirmó el compromiso de la bella princesa con el productor de cine Dimitri Rassam (36), con quien está de novia desde hace un año, aunque se conocen desde que estudiaron juntos en La Sorbona. Muy sonrientes se mostraron en la Gala que este año tuvo como temática “Manhattan” y en la que la gran pregunta giró en torno a la fecha de la boda. Aunque ellos no confirmaron, se comenta que la pareja se casaría en julio en los viñedos que la madre del novio (la actriz Carole Bouquet) tiene en Sicilia.
Sofisticada, emblema de belleza y glamour, Charlotte se convirtió en una “It Royal” a quien todas las europeas intentan copiar. Pero, según analizan los expertos en beauty, “Pocas mujeres logran imitarla, ya que su estilo es único y, aunque utiliza muy poco maquillaje, su mayor secreto está en la genética”. La princesa de Mónaco se destaca por la naturalidad de cada uno de sus looks y por siempre apostar a detalles que no recarguen su apariencia. “Con sólo una base ligera, labios y mejillas sonrosadas y apenas un touch de máscara de pestañas, ella ya logra sobresalir del resto de las mujeres”, confió un allegado.
También aseguran que la vida al aire libre —una de sus grandes pasiones es la equitación—, las costumbres sanas y sus rutinas gym, hoy la convierten en una de las mujeres más bellas de Europa, siempre sin olvidar los genes maternos. Ya que ella heredó, sin dudas, la corona de la belleza de su abuela y de su madre.