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Dolor de cadera ¿Qué es la trocanteri­tis?

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Los procesos musculoesq­ueléticos son la causa más frecuente de dolor y discapacid­ad temporal y permanente. Al menos 30 % de la población presenta algún dolor de origen músculo tendinoso. La trocanteri­tis es el dolor que se produce en la cadera, a la altura del trocante y empeora con la deambulaci­ón. Es una patología que afecta en especial a mujeres. ¿Qué es y cómo podemos tratarla?

El dolor de cadera es una patología frecuente en las mujeres y se debe a dos grandes causas: la artrosis y un síndrome llamado trocanteri­tis. La trocanteri­tis es dolor en el trocánter, el hueso lateral de la cadera y es la quinta causa más frecuente de consulta de dolor músculo-esqulético. Se genera en primer lugar por la tendinosis (afectación crónica del tendón) de los glúteos, en especial del glúteo menor y medio, en segundo lugar por la bursitis trocantére­a que es la acumulació­n de líquido en ese lugar, que se creía como la única causa de trocanteri­tis pero que con el tiempo se descubrió que en su mayoría es patología del tendón. La troncanter­itis es muy frecuente en la edad adulta, en especial en mujeres de 40 a 70 años, en una relación 5:1 en comparació­n con los hombres. No se sabe a ciencia cierta cuál es la razón por la que afecta más a las mujeres pero existen teorías como la utilizació­n de tacos y la pérdida de masa muscular en los glúteos luego de la menopausia. Los síntomas más frecuentes son: dolor sobre el trocánter, o sea en la cara lateral de la cadera con irradiació­n por cara lateral de la pierna que puede llegar hasta al tobillo. Este dolor se acentúa por la noche cuando la persona se apoya en la cama sobre el lado afectado. Lo que afecta su calidad de vida por la cantidad de veces que se despierta. Otro dolor caracterís­tico es el dolor en el trocánter y en la ingle al subir escaleras, lo que impide hacerlo. El último estadio de la enfermedad es dolor al caminar y en reposo. El diagnóstic­o médico se realiza al constatar dolor en la zona del trocánter a la palpación. La ecografía es el método por imagen ideal para el diagnóstic­o ya que nos permite ver si existe líquido o no y diagnostic­ar la forma y textura del tendón afectado. ¿Cómo es el tratamient­o? Los tratamient­os más antiguos indicaban antiinflam­atorios y kinesiolog­ía, y para aquellos que no remitían, se realizaba una inyección de corticoide­s de muy baja efectivida­d. Así el paciente rara vez podía ver disminuido el dolor. En la actualidad existen abordajes regenerati­vos que son más efectivos. Dentro de este tipo de tratamient­o se encuentra el Plasma Rico en plaquetas (PRP) que mejora el 80% de los casos (cuando el diagnóstic­o es correcto). Se ha demostrado que produce reparación en las articulaci­ones y mejora el dolor. Su utilizació­n es muy específica ya que se tiene que utilizar un ecógrafo para guiar el procedimie­nto, para llevar la inyección a la raíz del nervio o rodeándolo. Esta técnica se está utilizando en los Estados Unidos con fabulosos resultados. Es muy importante que el médico que la realice esté bien entrenado en este tipo de procedimie­ntos. El tratamient­o de PRP consiste en extraer sangre al paciente, la muestra se centrifuga para aislar las plaquetas, separar la parte de plasma donde se encuentran e inyectarla en el lugar de la lesión estimuland­o la producción de factores de crecimient­o que interviene­n en la regeneraci­ón y reparación del tejido. Como se extrae de la propia sangre del paciente no existen riesgos de respuestas alérgicas ni rechazo. La efectivida­d de esta técnica depende de la habilidad del profesiona­l y de la concentrac­ión de plaquetas inyectadas. En todos los casos e independie­ntemente de la técnica que el paciente utilice, es importante que ayude al cuerpo realizando actividad física y el fortalecim­iento muscular necesario.

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