“MI FAMILIA ES MI CABLE A TIERRA”
ROLANDO MAYA TUVO QUE EMPEZAR DE CERO VARIAS VECES Y CASI PIERDE TODO
ciudad que habían elegido mis padres para vivir sus últimos años. Allá hice de todo: compré un barco de mediana altura, tuve una verdulería, una tintorería y un local de lotería y quiniela. Por momentos, hacía la temporada de verano allá y en el invierno volvía a Estados Unidos. Pero sabíamos que eso no se podía sostener mucho tiempo, así que empujados por la crisis del 2001, determinamos asentarnos definitivamente acá”
Los primeros en llegar a Miami fueron los hijos mayores de la familia Maya-Steinberg: Alejandro era valet parking en una discoteca y Sara hacía promociones. “Nosotros nos quedamos vendiendo las propiedades que nos quedaban en Argentina y unos meses después nos fuimos para allá. Mi hijo menor, en cambio, optó por quedarse para terminar sus estudios en Odontología, pero con los años se unió a nosotros”, detalla.
Sin saber que en 2007 se iba a disparar la crisis de las hipotecas subprime, Rolando y su hijo mayor abrieron un emprendimiento de bienes raíces. “Nos estaba yendo muy bien, hasta que estalló la burbuja inmobiliaria y volvimos a perder casi todo. Con lo que nos quedaba compramos una sandwichería venida abajo en Lincoln Road, cambiamos el formato, y sin saber nada del rubro ni de manejo de cocina, abrimos un restaurante argentino en el corazón de Miami”. Maya´s Grill comenzó con nueve empleados y ahora está compuesto por un equipo de 50 personas. “Tuvimos un crecimiento sostenido que nos permitió abrir otro restaurante en Ocean Drive y una discoteca en South Beach. Nuestro próximo desafío es comprar una nueva sucursal y lanzar, el año que viene, un sistema de franquicias para seguir expandiéndonos. El trabajo duro siempre rinde sus frutos y nuestra prioridad es que los clientes se vayan contentos”, coinciden los integrantes de la familia Maya-Steinberg.
Cuando llegó Rolando trabajó en una óptica, fue conductor de taxi, coordinó 15 puestos de garrapiñadas y manejó un remis.
Con una convicción implacable, a los 22 años, Rolando Maya se despidió de sus padres y viajó de Mendoza a Nueva York para mejorar su calidad de vida. “Veía que en la Argentina no había futuro para los jóvenes: escuchaba que mis papás y mis tíos se quejaban de crisis que habían pasado 40 años atrás y que la historia era cíclica”, explica el dueño de la cadena Maya´s Grill.
“Los primeros cinco años fueron muy duros. Empecé lavando platos hasta que me fueron ascendiendo y llegué a ser mozo. Mis jefes estaban muy contentos, pero me terminaron echando porque intervine en una pelea”, rememora el líder de Maya´s Grill, uno de los emprendimientos gastronómicos de mayor proyección en Lincoln Road.
Aunque ese día veía todo gris, la pelea le permitió conocer a Marsha Steinberg: “Un cliente griego, que era capitán, estaba maltratando a un marinero yugoslavo que no entendía inglés, pero sí italiano. El capitán hablaba italiano, pero elegía maltratarlo en inglés. Me pareció muy injusto e intercedí, pero a mis jefes no les gustó. Esa noche salí con mi primo y un amigo a tomar algo por Manhattan para despejarme y, sin buscarlo, conocí a mi mujer”, detalla.
Marsha es estadounidense, proviene de una familia judía y algunos años antes de cruzar sus primeras palabras con Rolando había viajado a Israel, donde estuvo en contacto con varios argentinos. “Ahí aprendí algunas palabras en español, así que nuestra primera charla fue en spanglish. Tuvimos química enseguida, él me pasaba a buscar por el trabajo y eso acá no es común, así que me pareció caballero de su parte”, relata.
Pasaron 45 años de aquel encuentro y, en el mientras tanto, muchos vaivenes económicos. “Volvimos a Argentina en dos oportunidades y, las dos veces, nos fue mal: terminábamos vendiendo todo y armando las valijas”, explica Rolando. Los tres hijos de la pareja son argentinos. “Alejandro, Sara y Martín nacieron en Mar del Plata, que es la