“SOMOS FELICES PADRES PRIMERIZOS”
CLAUDIO TOLCACHIR Y GERARDO OTERO PRESENTAN A CAMILA
La miran y todo brilla. Sus almas, sus ojos, la casa… ¡La vida! Claudio Tolcachir (43) y Gerardo Otero (36) son pareja desde hace nueve años. Se conocieron en el mundo del teatro y “el flechazo” fue inmediato. Pero a través del tiempo transcurrido, en horas y días de convivencia, había un sueño en común que no podían materializar. Era un deseo profundo que, intuían, de concretarlo terminarían realizándose como seres humanos. Hace un año nació Camila, muy lejos, en Chicago, y fue un verdadero regalo del Cielo que finalmente obtuvieron. El prestigioso dramaturgo y director teatral, y el actor se convirtieron en padres a través del sistema de gestación subrogada, el mismo que también transformó en papás a Ricky Martin, Elton John y Alejandro “Marley” Wiebe, entre otras celebrities. “Camila nació en julio de 2017, con Mirko (el hijo del conductor de “Por el Mundo”) son bastante contemporáneos. Nacieron en una fecha muy cercana”, le dice a CARAS, en su reciclada casa del barrio de Boedo, quien en 2011 recibió el Diploma al Mérito de los Premios Konex al Espectáculo como uno de los cinco mejores Directores de Teatro de la década.Y quien en 2012 fue reconocido por la Legislatura de Buenos Aires como Personalidad Destacada de la Cultura.
Fundador de la Sala “Timbre 4”, templo del teatro alternativo (también en Boedo), Tolcachir acaba de dirigir la exitosísima “Sunset Boulevard”, y ahora está abocado a la dirección de la obra “La Omisión de la familia Coleman” en el Teatro Metropolitan Sura. Además, dirige “Próximo”, y actúa junto a Gerardo Otero en “La Calma Mágica” (ambas en Timbre 4). “Mi cuna es el underground, el Off o Teatro Independiente, porque me formé ahí y tengo mi propia sala junto a un grupo de compañeros. Allí experimentamos, doy clases y montamos las obras. También me encanta la posibilidad, cuando aparece un proyecto interesante como ‘Sunset Boulevard’, o como en su momento fue ‘Agosto’, ‘Todos Eran Mis Hijos’ o ‘La Chica del Adiós’, de ‘ir a visitar’ el teatro más comercial porque son propuestas súper interesantes”, comenta mientras Ginko, su perro raza Rhodesian Ridgeback, participa en la producción fotográfica.
—¿Finalmente se le cumplió el sueño de ser padre? CLAUDIO TOLCACHIR:—Si hubiera podido, hubiese sido padre a los 18 años. Me daban muchas ganas de vivir esta experiencia, de compartirla con alguien. De aprender todo lo que se vive con ese amor único que es un hijo. ¡Y todo el trabajo que significó investigar…!
—¿Cuáles eran las opciones y por qué se decidieron por esta?
GERARDO OTERO:—A nosotros nos cerró esta opción en todo sentido. Fuimos a “Surro Conexión”, una Agencia de Subrogación que te ayuda a conocer todos los factores que intervienen: la gestante, la donante de óvulos, la clínica donde se realiza. Nos fueron asesorando, esta gente está aquí, en la Argentina, y tienen socios en Chicago.
—¿Cómo es el procedimiento?
C.T:—Con Gerardo, aportamos nuestra esperma. Después hay una donante de óvulos, otra mujer que no es la gestante. Con los óvulos y la esperma se generan embriones. Y ahí entra en juego la gestante, que tiene que ser, según las leyes de Chicago, una mujer que ya tenga hijos propios, que posea un contexto social armónico, que no tenga deudas, que entienda muy bien lo que está haciendo y por qué motivo. Nuestra gestante se llama Amanda, tiene 30 años, es enfermera, tiene un marido que trabaja en una Central Atómica, y dos hijos precio-
El prestigioso director teatral y el actor, abrieron las puertas de su casa de Boedo donde celebran su añorada paternidad junto a la beba de un año, nacida en Chicago, EE.UU, a través del sistema de gestación subrogada.
sos de 6 y 9 años. Son dueños de una casa preciosa, de sus respectivos autos. Ella siempre había querido hacer eso… Antes de tener a sus hijos ya fantaseaba con ayudar a otros que quieran tener hijos. Su motor es un nivel de solidaridad increíble, en mi vida vi algo así. —¿Presenciaron el parto? G.O:—Sí. Yo corté el cordón umbilical, y a Claudio le pusieron la beba sobre el pecho. Amanda se sacó leche, y los 15 días que estuvimos allá, Camila tomó leche de la gestante. Nosotros después nos volvimos, y Amanda, hasta diciembre (Camila nació en julio), se siguió sacando leche para donar a hospitales. Su mente es así, tiene una enorme vocación solidaria.
—¿Piensan en darle a Camila un hermanito?
G.O:—Sí, ese es nuestro plan, y también que sea a través de Amanda. Más adelante nos encantaría que ella venga a visitarnos, porque no conoce la Argentina. Lo del hermanito a lo mejor ya lo encaramos el año que viene. —¿Cómo es Camila? C.T:— Es encantadora, relajada. Sin nervios, sin histeria. Es muy copada, es como si hubiera nacido sabiendo que iba a ser criada por dos inexpertos, y realmente nos la hace fácil (Risas). Desde los dos meses duerme toda la noche, ¡hasta las nueve de la mañana! Ese era uno de nuestros fantasmas más grandes. Se adapta a todo muy bien, se ríe mucho, tiene un enorme sentido del humor, muy buena salud. Tuvimos suerte, porque esto de ser padres primerizos… Imaginate, dos tipos como nosotros, aprendiendo todo. Por supuesto que tenemos nuestro grupo de WhatsApp de amigas mamis que nos asesoran permanentemente (Risas).
—Entonces… ¿Camila tiene ADN de actores?
G.O:—Sí, el ADN es nuestro. Y se nota: Estuvo yendo al teatro. “Sunset Boulevard” la vio dos veces. También “Vivitos y Coleando”, “El Rey León”… La televisión es lo que menos le interesa, pero el teatro le encanta. C.T:— Nos la pasamos mirándola: cómo crece, cómo todos los días aprende algo nuevo. Es lo opuesto a lo que me imaginé sobre el acto de educar. Es como que es ella la que “saca de la galera” su personalidad. Cuando diga: “Papá”, no sabemos cómo va a distinguir a uno del otro. A alguno le va a agregar alguna vocal o sílaba distinta (Risas). Ella es una niña muy viva, se da cuenta de todo. Antes, levantar a un bebé me daba impresión, miedo. Cuando alcé por primea vez a Camila, sentí que era algo que hice toda la vida. La miro y no puedo creer que tenga una hija…