“LA SILLA NO ME IMPIDE MODELAR”
ERIC SCHAUVINHOLD, MEDICO Y NUEVO “IT BOY” DE LA MODA
Alos 16 años un accidente truncó su vida para siempre. Y lo que para cualquiera sería una condena, para él fue la oportunidad de buscar sus sueños y aprender a vivir la vida con mayor plenitud. Mientras cursa el segundo año de la residencia de Anatomía Patológica en el Hospital Ramos Mejía, Eric Schauvinhold (26) juega a ser modelo y utiliza su silla de ruedas como un puente para cruzar todas las barreras.
“Uno muchas veces se plantea ‘que hubiese pasado si…’, pero ya no hay vuelta atrás. Yo seguí con mi vida en la condición que me tocó estar. Logré cumplir mis objetivos personales y se me fueron dando un par de cosas inesperadas”, dice.
Nacido en Concordia, Entre Ríos, el 26 de junio de 1992, Eric es lo que muchos definen como un “tipo de barrio”. Amigo de sus amigos y muy familiero, para él no hay pasarela que se compare a una ronda de mate con amigos. “Soy una persona que tiene muy presente sus raíces. No perdería mi eje por nada del mundo. Antes que modelo soy médico y antes que médico soy una persona”, asegura quien, antes de su accidente, jugaba al básquet en el club Estudiantes de Concordia. “Me estaba por ir a jugar afuera y me accidenté. Post accidente mi primera actividad física fue crossfit. En una fiesta de crossfit me crucé con uno de los directivos de CILSA Buenos Aires y me invitó a entrenar con el equipo de básquet adaptado. Así fue como yo me animé a volver a jugar y llegué a estar en la Selección”, revela.
Elegido por diseñadores italianos como Angelo Picciani y Carlo Pignatelli, desfiló en el Milán Fashion Week y el Roma Fashion Night. Además, es la cara de la nueva campaña de la marca de ambos “Oh Wear”. “La propuesta para modelar me llegó después de que Gabriel Machado subió las fotos que me había tomado a su cuenta de Instagram. De ahí me contrató la Agencia Iulia Barton y vinieron los desfiles y publicidades. Modelo por la inclusión”, agrega.
Soltero, dice que su mayor sueño es vivir el día y hallar la paz consigo mismo. Aunque ya comienza a sentir los coletazos de la popularidad entre la gente, confiesa que no dejaría la medicina por convertirse en modelo full time. “A mí la fama no me quita ningún sueño”, concluye.