“LA RELIGION ALIMENTA MI ALMA”
FRANCO RIZZARO EL ACTOR DE “100 DIAS...”
No tiene novia, es hincha de independiente y muy creyente. Misiona junto a un grupo de la parroquia “Santa María de la Estrella”.
Todavía recuerda su última clase en la facultad cuando cursaba Ingeniería en Informática. Franco Rizzaro (19) terminó la secundaria y sentía que debía continuar estudiando y creyó que esa carrera era la más adecuada.
Paralelamente, participaba de “CAST”, el Centro Artístico de Selección de Talentos, de Telefe en donde en forma gratuita aprendía actuación, baile y canto. Se entusiasmó especialmente en el entrenamiento de la actuación frente a cámara y era feliz haciéndolo. La experiencia artística, hasta ese entonces, se había limitado a los actos escolares y nunca imaginó que en poco tiempo iba a ser tocado por la varita mágica de la fama.
Era pleno verano cuando un grupo de integrantes de esa escuela fueron convocados por la productora Underground. Entre ellos estaba él y cuando le llegó el turno, hizo las dos escenas que le pidieron y antes de irse, una persona a la que no conocía, lo llamó y le hizo algunas preguntas. Después supo que “esa persona” era Martín Ortega (51). Al poco tiempo ya estaba interpretando a Rodrigo Contempomi Guevara, el hijo de la pareja más famosa de la ficción: Laura Contempomi (Carla Peterson ) y Gastón Guevara (Juan Minujín). “Sé que actuar es mi vocación y me encanta”, comienza su relato.
Nacido en Chile, vivió siempre en Argentina porque su papá nació aquí. Tiene una hermana mayor y no hay ningun artista en el núcleo familiar. Además de actuación, estudia batería y guitarra porque también le apasiona la música.“Desde que comencé en “100 Días para Enamorarse” mi vida cambió rotundamente y me estoy adaptando a todo esto que está buenísimo. Me gusta que me reconozcan por la calle y los mensajes que me dejan. Desde que empecé en el programa se multiplicaron los seguidores en las redes y cuando estoy en la calle,
me piden fotos”, agrega sonriente el actor revelación. Franco cuenta que no le costó mucho meterse en la piel de su personaje dado que ambos comparten muchas características de su personalidad: “Los dos somos tímidos y vergonzosos, introvertidos y muy reservados. Cuando entramos en confianza, todo cambia. Somos imparables y tenemos mucho humor”. Confiesa que le gusta aprender de los actores de trayectoria y por eso se queda a ver las grabaciones de los protagonistas y demás actores: “Son muy copados y escucho con atención los consejos que me dan, especialmente Juan (Minujín)”. Franco comparte escenas con Maite Lanata (18), quien interpreta brillantemente a Juan, un chico trans, y entre ellos son grandes amigos y confidentes: "Ella es una genia. Una actriz superior de verdad", agrega.
En sus ratos libres, juega al fútbol y confiesa ser un apasionado de ese deporte :“me encanta jugar y mirar fútbol. Soy hincha de Independiente. Me pongo tan nervioso cuando veo un partido que me como las uñas y cuando hacen un gol grito como loco y me abrazo con el que tengo más cerca”.
Además de esas pasiones, el actor confiesa que tiene una profunda vida interior que canaliza activamente en acciones misioneras con amigos de la iglesia “Santa María de la Estrella” de San Isidro. “Con mi grupo de amigos y el cura párroco misionamos regularmente. Recorremos diferentes lugares y conversamos con la gente. También cantamos y oramos. Es un cable a tierra que me baja a la realidad y me hace muy bien al alma. Conecto conmigo y alimento mi vida religiosa. También vamos a la capilla durante la semana y en mis oraciones pido y agradezco. Todo eso me tranquiliza y me trae mucha paz. Lo necesito y me hace bien”.
Por último confiesa que cuando finalice con las grabaciones del programa, le gustaría tener la oportunidad de hacer cine y obras de teatro. “Siempre tranqui. Ahora disfruto el momento y cuido mucho esta enorme posibilidad que me dieron. Empezar trabajando con los Ortega, es un lujo que muy pocos pueden darse. Soy un privilegiado”.