MAXIMA LE PRESTO UN VESTIDO A SU MADRE
EN SU REAPARICION PUBLICA, LUCIO UN OUTFIT DE PRADA
María del Carmen Cerruti Carricart asistió con su hijo, Juan, al Día del Príncipe, en La Haya, tras un último año trágico en el que perdió a su marido y a su hija menor. En 2007, Máxima lució ese diseño en la India.
Fue el año más difícil de su vida. La primera noticia impactó a María del Carmen Cerruti Carricart el 8 de agosto de 2017 al morir su marido, Jorge Zorreguieta, tras una larga lucha contra la leucemia. La distancia que la separaba de tres de sus cuatros hijos, Máxima (Holanda), Juan (Austria) y Martín (Villa la Angostura) cobró un peso aún mayor, y la soledad sólo era mitigada por la compañía de su hija menor, Inés, la única con la que tenía trato cotidiano. El destino sería mucho más despiadado de lo que ella podía imaginar: el pasado 6 de junio, la menor de la familia se quitó la vida dejando un vacío imposible de llenar. Es por esta razón que ver nuevamente en público a “María Pame”, cerca de su hija monarca y de su hijo, Juan, tiene valor de noticia.
La ocasión elegida fue la celebración del Día del Príncipe o Prinsjesdag. Ubicada junto a su hijo en el patio del Palacio de Noordeinde, despidieron a los reyes antes de que partieran en su Carroza de Cristal a recorrer el centro de la ciudad de La Haya. Es una actividad tradicional en ese día, uno de los más importantes en Holanda luego del Día de la Reina, porque marca la apertura del año parlamentario.
La noticia recorrió el mundo y sobre todo las páginas de las revistas del corazón más prestigiosas del mundo. “Ha sido un verano duro, probablemente el más duro, y el rostro de la madre de Máxima lo refleja bien”, destacó la española “Hola”, mientras que “Vanity Fair” también hizo hincapié en su título en el resurgir de “María Pame”, como le dicen sus íntimos: “La madre de Máxima de Holanda encuentra el apoyo de la familia real en su año más triste”. El detalle que no pasó desapercibido fue el vestido que lució: un diseño vintage tableado en color crudo con aplicaciones al crochet en colorado, de Prada que le prestó la Reina y que la argentina había usado en 2007 durante un viaje oficial a la India. Por su parte, Máxima con un modelo de muselina de mangas largas en color pastel de la italiana Luisa Beccaria y un sobre de Dior, guantes de Fendi, con una tiara y joyas de su colección privada.
Aunque desde la muerte de su marido, hubo varias versiones de que la mamá de Máxima se iría a vivir junto a su hija mayor a Holanda, finalmente esa opción no se concretó. Sin embargo, Máxima se
ocupó de, incluso a la distancia, seguir de cerca el estado de ánimo de su madre, haciéndole compañía aunque sea telefónicamente y organizando su agenda para encontrarse con ella más a menudo. Es así como vino a la Argentina de incógnito y pidió una licencia fuera de protocolo para darle el apoyo necesario luego del duro golpe que significó el suicidio de su hija.
Tres meses después de aquel episodio, la familia argentina se reencontró en un acto del gobierno holandés, algo que no ocurría habitualmente. Es que el pasado político de Jorge Zorreguieta —quien fue secretario de Agricultura y Ganadería del gobierno de facto de Jorge Rafael Videla— era un impedimento para que formara parte de cualquier evento oficial. Sólo asistió a celebraciones íntimas como fueron el bautismo de sus tres nietas, Catalina Amalia (14), Alejandra (12) y Ariadna (11). Por eso, esta nueva aparición fue interpretada por la prensa europea como una apertura de la Casa Real. “Los Zorreguieta ya son bienvenidos en la vida pública de los soberanos holandeses tras años apartados”, publicó el diario español “El País”. Una buena y valorada noticia para los Zorreguieta.