MUJERES DE NEGRO
EL COLOR DEL PODER
Además de ser sinónimo de elegancia y, según la psicología del color, funcionar como escudo protrector, el color negro es el que brinda seguridad, control de la situación y hasta representa autoridad y disciplina; razones por la que políticos, diseñadores de moda, escritores y líderes de opinión suelen utilizarlo. Y hoy, ya lejos de aquella costumbre de llevarlo en caso de luto, también son las mujeres más influyentes del mundo quienes lo ha adoptado como señal de estilo.
Personalidades como Meghan Markle (37), Letizia de España (46), las primeras damas de EE.UU y Francia, Melania Trump (48) y Brigitte Macron (65), y la reina Máxima de Holanda (47) no dudan en lucirlo en las ocasiones donde su poder de mando se pone en foco. Vestir de negro, el color que la visionaria Coco Chanel impusiera en su época para revolucionar la moda, también resulta favorecedor por muchos y prácticos motivos: combina con todo, nunca pasa de moda, es el fondo perfecto para cualquier accesorio, y, además, la ciencia confirma que a las mujeres que portan ropa negra se las percibe como seguras de sí misma, inteligentes y sexys.
Del “little black dress” al talleur y las faldas a la rodilla o los pantalones cigarettes y de corte sastre, son incontables las combinaciones que pueden generarse en pos de adaptarse tanto a una cita formal como relajada. De acuerdo a los especialistas, no todos los looks “total black” son iguales y la clave está en los accesorios y los detalles. Calzado, joyas, guantes, sombreros o pamelas y hasta el maquillaje pueden aportar ese toque crucial para desafiar las leyes de cualquier protocolo.
Calor que también existen otros motivos que llevan a éstas mujeres influyentes a vestir de negro. Sin poner en duda su seguridad en sí misma, Markle lo ha escogido lucirlo en sus últimas apariciones por una razón estratégica: según afirma el diario británico “The Sun”, que habría hablado con la consultora de color y estilo de la duquesa de Sussex, su objetivo es quitarse protagonismo, debido a que Meghan quiere desviar la atención hacia lo verdaderamente importante: las causas que está apoyando. Y es que Meghan no quiere que su estilismo sea quien haga sombra y se convierta en noticia.
Ya sea para princesas, primeras damas o reinas, un vestido negro no tiene porqué ser sinónimo de un look sobrio o aburrido. Los bordados, peinados y detalles de impacto pueden convertir cualquier “outfit” formal en una opción más “trendy”. Porque, como ya lo había expresado el afamado modisto Yves Saint Laurent, “siempre he creído que la moda no solo trata de hacer a las mujeres más bellas, sino de tranquilizarlas, de darles confianza”.