MARU BOTANA SE REFUGIA EN SU FAMILIA
RELAX EN JOSE IGNACIO CON SUS HIJAS SOFIA Y MARIA INES
Aún con un día nublado y un poco fresco, Maru Botana (49) cumplió con la rutina de bajar a la playa por pedido de sus hijos, quienes no querían interrumpir su disfrute en vacaciones: desde armar castillos en la arena para los más chiquititos, a meterse al mar con la tabla de bodyboard y el clásico “picadito” de fútbol para los más grandes.
“Hermosas vacaciones a puro sol, mar y amor”, había escrito la famosa cocinera en su perfil de Instagram. Y es que desde los primeros días de enero, Botana no dejó de mostrarse feliz y siempre cómplice con sus siete hijos, y a los que tuvo con su esposo, Bernardo Solá, aún después de despedir un 2018 que no fue uno de los mejores, según ella mismo lo habría confesado entre sus íntimos. Así, en plan de relax y ubicada sobre la arena, Maru fue retratada con dos de sus herederas, Sofía (14) y la pequeña María Inés (6), mientras las tres se deleitaban con la llegada del atardecer a José Ignacio, donde se alojó toda la familia este verano.
Pero el deleite esteño de la cocinera finalmente se vio interrumpido el jueves 10 de enero cuando un “tweet” de Edenor —en el que la empresa de energía eléctrica denunciaba que uno de los locales de
Maru Botana tenía una conexión clandestina—terminó por volverse viral. “Le retiramos el medidor a un local gastronómico con una conexión clandestina en Juan Segundo Fernández 141, en la localidad de San Isidro. El robo de energía es un delito penado por la ley que afecta la calidad del servicio que vos pagas”, rezaba la publicación con foto incluida. Frente a tal acusación, Maru Botana salió a dar su versión de los hechos.
“Entiendo el enojo y la decepción de todos. Ese local no es mío, es la única franquicia que tengo. En este caso mi marca queda nombrada, pero yo, Maru Botana, no tengo nada que ver.
Pido disculpas y yo misma voy a solucionarlo”, explicó primero la cocinera a través de Instagram Stories. “Yo no soy la dueña, ese local es una franquicia que pertenecería a Alejandro Stoessel (el padre de Tini)”, le aclaró después a DiarioVeloz. Una información que fue ampliada, ya que luego trascendió que en realidad quien figuraría en los documentos de la sociedad sería la propia Tini Stoessel, quien le habría cedido los derechos a su hermano, Francisco.
Frente a la creciente repercusión que fue teniendo el asunto, la cocinera prosiguió con su descargo con un video otra vez vía Instagram: “Les quería hablar después de todo lo que pasó. La verdad es que estoy angustiada. Me cayó una bomba el jueves. Fue horrible”, comenzó diciendo, al borde de las lágrimas.
“Nunca imaginé que mis franquiciados no se iban a ocupar de esto. Fue una mala pasada para mí; horrible para la marca y para mí. Lamentablemente mi empresa lleva mi nombre, mi cara, todo... Por eso me pegó mucho. Pero no quería dejar de decirles que estoy tratando de solucionar todo esto, me estoy ocupando. Les pido mil disculpas. Sepan entender que no tengo nada que ver”, agregó, visiblemente afectada.
Claro que Botana también explicó cuánto la afectaron los lapidarios comentarios que fueron dejando sus seguidores en su perfil de la red social: “Tengo una familia, y son muy hirientes. Los entiendo pero trato de hacer lo mejor posible. No aparecí en ningún medio, nada. No tengo nada que ver. Me estoy ocupando a fondo de este tema”, concluyó Botana, quien se refugió en el amor de los suyos para sobrellevar el mal momento. “El amor todo lo puede”, publicó luego la cocinera en la misma red social, donde las fotos abrazada a sus hijos sobre el final de sus vacaciones en el Este parecen ser el gran aliciente de Maru en estos momentos de congoja.