MEGHAN: LOOK PRENATAL
MARRUECOS: ULTIMO VIAJE EMBARAZADA
Mientras los ingleses continúan cuestionando los millonarios gastos de la duquesa de Sussex —que sólo en su viaje a Nueva York para disfrutar del “Baby Shower” que le organizaron sus íntimas amigas, habría superadolos450mildólares—Meghan Markle (37) está dispuesta a que nada opaque sus días de feliz embarazada. Sin perder su gran sonrisa, ella y el príncipe Harry (34) partieron a Marruecos para, durante tres agitados días, cumplir con el último compromiso oficial de su agenda real. Y para pisar tierras africanas, Meghan eligió un vestido colorado de Valentino —en un claro guiño de simpatía por los colores de la bandera del país—, que acompañó con cartera en nude y stilettos de Manolo Blahnik. Al aterrizar en Casablanca fueron recibidos por el embajador inglés Thomas Reilly y luego se reunieron con el príncipe heredero Mulay Hassan.A pesar del cansancio, Meghan jamás perdió su sonrisa y dicen en Buckingham que es uno de los motivos por el que se convirtió en la “protegida” de la reina Isabel II (92). Una vez más la pareja real rompió las reglas del protocolo, primero cuando Meghan se dejó tatuar con henna una de sus manos, según lo marca la tradición del país. Y lo hizo en su visita a una escuela de Asni, una localidad en el Alto Atlas. Allí se encontraron con maestras rurales a las que les contó que su primer hijo nacerá a fines de abril. Y, ante ellas y las cámaras de la BBC, Harry volvió a salirse del protocolo con una broma que, según afirman, desató la furia de su abuela. Mientras las maestras felicitaban a los futuros padres, el príncipe dijo: “¡Sorpresa! ¡Estás embarazada Meghan! Pero ¿Es mío el bebé enorme que está en esa panza? ¿Quién es el padre..?”
A lo que todos respondieron con carcajadas pero sin ocultar su asombro. Al día siguiente la pareja concurrió a una cena que le ofreció el embajador y Meghan volvió a cautivar con su elegancia, enfundada en un caftán de Dior. Para las jornadas siguientes optó por looks más relajados, con jeans, camiseta a rayas, chaqueta de J.Crew y botas. Así lució en su visita al “Royal Ecochoc Equestrian Club Dar Essalam”. Amante de los animales, recorrieron el lugar y acariciaron a los caballos que forman parte de un programa especial para ayudar a niños con discapacidades a través de la terapia equina. El método se basa en la teoría de que la interacción con caballos ayuda a promover el crecimiento emocional. A la hora de las comidas, la embarazada se cuidó en la degustación de platos tradicionales árabes y los cambió por infusiones. En la visita a los jardines de Rabat, la duquesa volvió a apostar por su combinación infalible, blanco y negro. Lució
“Todos apuestan que será una niña ya que para el Baby Shower Markle pidió macarons de Ladurée, sólo en tonos rosas y morados”.
una chaqueta de Aritzia (de 170 euros) que llevó sobre un vestido plisado. Y para la recepción oficial del rey Mohamed VI en el Palacio de Les Sablons, Meghan llevó un vestido de inspiración étnica que, según comentaron los especialistas fashion, fue una creación “personalizada” (aggiornada por las modistas del palacio a su embarazo, al quitarle la cintura elastizada) de Carolina Herrera que le había costado 2640 euros. Y aunque no pueden develar el sexo de su bebé, apuestan que será una niña ya que durante el Baby Shower, entre los dulces encargados al chef pastelero Jean Goerges (del lujoso hotel “The Mark”, ubicado en el Upper East de Manhattan) ocupaban un lugar muy especial los macarons de Ladurée en tonos rosas y morados por pedido de Meghan. Quien sólo adelantó que el cuarto de su bebé será pintado con tintura vegana, “gender-neutral” que vale para los dos sexos.