CHANEL SIN KARL
CIERRE DE LA PARIS FASHION WEEK
En el día del cierre de la París Fashion Week, el mundo de la moda rindió un último, emotivo y sincero adiós a Karl Lagerfeld en el lugar que fue su casa, el Grand Palais en París, que el diseñador solía trasformar en paisajes imaginarios y fantasiosos para sus desfiles.
Para la colección Chanel Otoño/Invierno 2019/2020, la última realizada por el diseñador alemán junto a Virginie Viard, su brazo derecho y quien hoy toma las riendas del “brand” con Eric Pfrunder, el Grand Palais se trasformó en un pueblo alpino, con un “parterre de roi” homenajeando a la maison. Gente de la moda así como del espectáculo—desde Claudia Schiffer a Monica Bellucci, Marion Cotillard, Naomi Campbell y Kristen Stewart— en un profundo silencio, roto solamente por el rumor de unas campanitas movidas por el viento, y bajo un cielo cristalino dentro del Grand Palais, saludaron por última vez al designer fallecido el 19 de Febrero.
Y no faltaron las lágrimas: desde el Chalet Gardenia salieron una tras otra las modelos que poco después iban a desfilar sobre la pasarela cubierta de nieve. Quietas y emocionadas, hicieron un minuto de silencio para el inmenso “káiser” de la moda y la fuerza de su insustituible ausencia antes de que el Palais se llenara de sus mismas palabras: “Cuando me propusieron trabajar para la maison Chanel muchos me dijeron que estaba muerta, que no tenía que aceptar. Pero el personaje y su historia me fascinaban. Y cuando acepté, uno de los motivos fue porque todos me decían de no hacerlo. Después se convirtió en un ¨brand¨ de moda que hasta la reina de Inglaterra, cuando vino a visitar la Maison, dijo que era linda como un cuadro, que parecía caminar en una pintura. Jamas me lo olvidaré”. Un show que quedará en la historia fashion, de los que marcan un hito, pre y post Karl, antes y después de la desaparición de una leyenda de la “couture”.
Una colección mágica, compuesta por una serie de prendas icónicas y de códigos “signature” de la maison: setenta y dos looks de una colección envolvente y cálida, donde confluyen todos los elementos Chanel, desde las perlas a las camelias, desde el tweed hasta los moños negros. Una colección que tuvo, desde el Gardenia Chalet, a Cara Delevingne, la modelo inglesa desde siempre muy cercana al diseñador, abriendo el show con un abrigo “pied de poule” con som-
brero en tweed, piezas perfectas para las temperaturas de alta montaña.
Y también hubo muchos homenajes, dedicatorias y citaciones en honor a Coco Chanel a través de los bordados, géneros y vestidos, pero también en honor a Karl mismo, como con el “outfit” con pantalones de cuero negro y camisa con moño y capa, en el cual fue imposible no ver un referencia al look que el diseñador había adoptado hacía unos años. Infaltables los tailleur en tweed declinados en blanco, negro y marrón, ideales para lucir también sobre la nieve, con cómodos “Mon Boot” de pelo. Las prendas de esquí se mezclaron a los look urbanos: las camperas lucen con pantalones de tweed de tiro alto, mientras los enterizos son también de tweed tricolor.
Para la noche, los “mini-dresses” de plumas con preciosas decoraciones en forma de moño de nieve se alternan con cómodos conjuntos de saco cruzado y pantalones sueltos para lucir con bijoux vistosos, así como elegantes tailleurs blancos de corte sastre. Mucho blanco y negro (“El negro contiene todo, y el blanco también. Juntos, negro y blanco son de una belleza absoluta, son el acuerdo perfecto”, solía decir madeimoselle) entre los cuales sobresale el jumpsuit en verde esmeralda y fucsia, los tailleur rojo fuego y azul, camperas violetas y abrigos “burgundy”. Todas las modelos lucían botitas para la montaña de “shearling”, enriquecidas por las icónicas cadenas como lazos. Imponente la cantidad de accesorios que se vieron sobre la pasarela, no solo bijoux, joyas, broches para el pelo y sombreros, sino carteras de todas formas, desde las mochilas y la 2.55 de pelo, a las carteras a la cintura y a las deliciosas minaudière.
El desfile cerró con Penélope Cruz, una de las últimas embajadoras de la maison elegidas por Lagerfeld, con un mini-dress de novia y una rosa blanca rindiendo homenaje al designer. Con modelos en lágrimas sobre el final, y las notas de David Bowie y su “Heroes”, el mismo soundtrack usado para el cierre del desfile de Fendi en Milan, Anna Wintour fue la primera en ponerse de pie para saludar para siempre a la aristocrática elegancia de Karl Lagerfeld. Un capítulo se cierra, pero “the show must goes on”.