Caras

“SOY UNA MUJER FIEL A SI MISMA”

PEPE CIBRIAN CAMPOY EN “LA DAMA DE LAS ROSAS”

- Por Fabián Cataldo

El artista se luce en un Musical de su autoría, en el que interpreta a una luchadora por su identidad en la París de los años 20, y por primera vez hace un desnudo.

Define esta etapa de su vida como “la gloria”. A priori parece una contradicc­ión: Pepe Cibrián Campoy (71) viene de separarse de su marido, Santiago Zenobi (44), tras ponerle fin a la relación de amor que los unió tras 18 años (se casaron en 2010, apenas se aprobó la Ley de Matrimonio Igualitari­o); ade más libró una dura batalla contra dos cánceres; y sacó una hipoteca sobre un departamen­to porque debe más de dos millones de pesos de tarjeta. ¿Una gloria? “Sí, considero esta etapa de mi vida una gloria. Estoy muy feliz, y sobre todo cuando opino sobre la actualidad de la Argentina y alguien me llama referente. ¡Guau! ¿Sabés qué orgullo? Más que por ser artista, te lo puedo asegurar. Ser un referente y que la gente me diga por la calle cosas tan bellas, es fantástico. Yo no tengo temor de hablar. ¿Por qué debería tenerlo? Si no me quedé con nada de nadie—afirma antes de hacer hincapié en porqué se siente tan radiante—. Lo que más orgullo me causa es ser un ciudadano. Por ejemplo, nunca soñé que me nombren Ciudadano Ilustre (recibió tal distinción por parte de la Legislatur­a Porteña en 2011). Y la enfermedad también me cambió muchísimo. Nunca me pregunté: ‘Por qué a mí, sino para qué a mí’. Hay una parte mía que entonces le agradece al cáncer, porque me ayudó a tener una visión distinta de la vida”, confiesa el artista que acaba de estre nar “La Dama de las Rosas”, en el Centro Cultural San Martín. Se trata de un musical de su autoría que produce él mismo, con Música Original de Santiago Rosso y Dirección General de Damián Iglesias. Afirma que se trata de “un cuento de amor” ambientado en los años ’20, en una Europa devastada por el final de la guerra. En París, el sonido de las bombas es reemplazad­o por el de las burbujas de champagne, y de la imaginació­n de Cibrián surgió una mujer llamada Josephine (interpreta­da por él mismo), que transmuta una existencia de encierro y desamor en su “alter ego”, bautizada Agatha, quien siendo dueña de un cabaret conoce a Clemence (María José Demare), a quien seduce obsequiánd­ole ramos de rosas.

Un capítulo aparte merece el vestuario de la obra, a cargo de Alfredo Miranda. “Es verdaderam­ente impresiona­nte, ¡tengo trece cambios! Miranda es un gran creador, hizo conmigo ‘Lord’, ‘El Hombre de la Mancha’ y ‘Drácula’. Son vestidos confeccion­ados con telas que mandamos a traer de la India, bordados a mano, con una artesanía brutal. ¡Uno de ellos pesa 14 kilos! Me encanta usarlos, me muero de calor, pero bueno... Y tengo cuarenta segundos para hacer cada cambio— afirma y luego hace referencia a la obra “Priscilla, la Reina del Desierto” (2014)—. Para esa obra me preparé seis meses antes para andar con tacos e interpreta­r a Bernadette. Las coincidenc­ias son que se trata de dos personajes que luchan por su identidad. Aunque Bernadette todavía vive y fue la primera transexual en los sesenta, en Australia. Josephine como Agatha, no vivieron tanto dolor. Para crear estos personajes me inspiré en las experienci­as de la vida”, agrega.

A la hora de interpreta­r a mujeres, “Pepito” confiesa que la impronta de su madre, la recordada Ana María Campoy, siempre está presente. “Me

“Fueron confeccion­ados con telas de la India, bordados a mano. ¡Uno de ellos pesa 14 kilos!”

pasó en ‘Priscila…’, con mi mamá; y en ‘Lord’ con mi padre, que digo: ‘Uy, qué mamá soy acá’, o ‘Qué papá soy acá’. En esta obra no me pasa. Siempre los llevo conmigo, su ética, su compromiso, su sabiduría, la lucha… Mamá murió hace trece años, pero hace muchísimo que uso sus alhajas—comenta Cibrián, que en “La Dama de las Rosas” tiene una escena muy jugada—. Nunca en mi vida hice un desnudo y en esta obra lo hago. Es fundamenta­l, si no está esa escena, no hay obra. Lo hago con una luz especial, no es que me pongo a hacer un alarde de mi cuerpo (Risas). No tengo pudor en hacerlo porque soy un artista, una persona comprometi­da con el arte”, agrega.

Pepe Cibrián Campoy además anunció que el 9 de abril llega a la Argentina el formato “Sing Along, (Mira Canta Baila)”, una nueva manera de disfrutar el cine. Previa a la proyección de un filme musical, el espectador participar­á de un show interactiv­o de treinta minutos de duración donde ensayarán las coreografí­as y canciones principale­s de la película que están por ver. El primero de los grandes títulos será la emblemátic­a “Drácula, El Musical”, de “Pepito” y Angel Mahler, pero en formato cinematogr­áfico y editada con efectos especiales.

Con respecto a su actualidad, agrega: “Hacer ‘La Dama de las Rosas’ en esta sala es como volver a las raíces, con una atmósfera casi alternativ­a. Para mí es un placer. Toda la gente de este Complejo Cultural San Martín tiene un gran compromiso artístico y una visión global desprejuic­iada. La única vez que

“Hacer esta obra es como renacer. Me siento en la cima de una montaña. No del Everest sino de mi propia montaña. Soy un escalador.”.

trabajé en el San Martín fue en el ‘91, cuando hice un Musical que se llamaba ‘Las Invasiones Inglesas’. Es fantástico porque trabaja mucha gente joven, y que me hayan dado este espacio es un gran honor—dice Cibrián, antes de referirse a la decisión de poner precios populares—. Esto lo produzco yo, y propuse que los miércoles las entradas cuesten solo 150 pesos. Obviamente que no voy a recuperar el dinero invertido, pero me da un placer inmenso que la gente pueda venir a ver una obra mía. El resto de las funciones está a 350, son precios realmente accesibles”, agrega.

Mientras se maquilla para la próxima función, mira al periodista de CARAS como queriendo concluir la entrevista con un profundo sinceramie­nto: “Hacer esta obra es como renacer. Me siento como en la cima de una montaña. A lo mejor es una de tres metros, no hablo del Everest sino de mi propia montaña. Y después vendrán otras, porque, en definitiva, soy un escalador”, concluye.

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 ??  ?? “Pepito” en plena transforma­ción. En cada función en el Centro Cultural San Martín, realiza trece cambios de vestuario, con un promedio de cuarenta segundos por cada uno.
“Pepito” en plena transforma­ción. En cada función en el Centro Cultural San Martín, realiza trece cambios de vestuario, con un promedio de cuarenta segundos por cada uno.
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Cibrián reconoce que a la hora de interpreta­r mujeres, la impronta de su madre, Ana María Campoy (falleció hace trece años), está presente como influencia.
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