“LA DESGRACIA”: TEATRO OFF DE ALTA GAMA
UN GRITO ESCALOFRIANTE DE TALENTO CON ACTUACIONES INOLVIDABLES
Cuando el poder se impone para paralizar sentimientos y atemorizar con el sólo objetivo de reinar en la impunidad y dar paso a la corrupción, es precisamente el momento en que la rebelión de un pueblo o una sociedad se agiganta para reclamar justica. Nadie puede vivir en libertad con el peso de un terror que parece agigantarse a través de las mentiras, aunque parezcan disparatadas o simplemente, inventadas para seguir en el podio de la omnipresencia. En el marco de un musical que advierte diversión y desborde de talento, “La Desgracia” es una obra que grita y perfora. Gestada sin pretensiones
ni grandes presupuestos, la puesta, por la misma creatividad de sus protagonistas, se agiganta y atesora momentos de enorme creatividad estética. El diseño de luces de Matías Pagliocca y los siete músicos en vivo, acreditan lo que uno observa desde el principio a fin, artistas de primer nivel y composiciones inolvidables. Una pieza del off Corrientes (en el “Galpón de Guevara” los dias lunes) que merece estar en las marquesinas del circuito comercial, aunque no lo necesite. El trabajo de sus protagonistas es invaluable y el compromiso del ensamble es de una envergadura que electriza. Mariano Condoluci tiene uno de los roles más difíciles, es quien se encarga de relatar y vivir la historia interpretando un personaje femenino que enamora a la platea por su versatilidad y arrebato artístico. Tiene todo lo que tiene que tener y más, humor, tragedia, una voz extraordinaria y un charme que lo hace querible y adorable. A su lado, Andrea Lovera , una actriz de reconocida trayectoria en el género, aporta autoridad escénica transformando hasta lo más inverosímil en situaciones cómodas y creíbles. De la misma manera, Belen Ucar, impone su voz –que no tiene techo–, y sabe relatar, sin sobresaltos , el dolor de una enfermedad que avanza como arrasa su capacidad para expresarlo todo con excelencia. Bajo la dirección general de Juan Martin Delgado, un joven lleno de emociones creativas y superlativas, la obra sabe denunciar el abuso y la marginación atravesando momentos anacrónicos que le suman dinámica al texto original con música de Francisco Martinez Castro. La actuación de Patricio Witis siempre es completa y llena de matices. Nadie desentona en este pueblo infectado de poesía artística. A veces las desgracias vienen acompañadas de una luz de gracia que hacen que un éxito tenga razón de ser. Nada es improvisado o al azar. Saber que nos enferma es el mejor camino para la curación. Y aquí, les aseguro, todo tiene la dosis que debe tener una buena medicina para que el cuerpo sane y vibre de felicidad.