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“EN NUEVA YORK MI HIJO PUDO CONOCER LA CALLE”

PRIMER PASEO DE VICKY XIPOLITAKI­S Y SALVADOR

- Por Gaby Balzaretti

Camina las calles de Nueva York como una americana más. Ningún paisaje ya le es ajeno en su cotidiana vida. Ya no se siente una extranjera recorriend­o los típicos lugares de la city más cosmopolit­a del mundo, aunque no puede negar que “extraña horrores” su país, su familia y sus costumbres. Pero ahora ya no tiene que recorrerla­s sola. Empuja el cochecito desde el que con una gran sonrisa la acompaña su inseparabl­e Salvador Uriel, que acaba de celebrar sus 6 meses de vida y pisar por primera vez esa ciudad. Para Vicky Xipolitaki­s (33) las prioridade­s cambiaron. El 12 de diciembre del 2018 comprendió que ya nunca más se sentiría sola y que su existencia tenía una razón de ser y un motivo para que sus costumbres sufrieran una total transforma­ción. Hoy dice que sólo celebra la vida cada día y que su “Cachorrito” —como llama cariñosame­nte a su hijo— es su gran y único amor que, además le enseñó que “Volver al pasado atrasa y me hace perder cosas importante­s del presente”. Después del nacimiento del hijo que tuvo con Javier Naselli (55) empezó su metamorfos­is. Y el largo camino que tiene por delante la encuentra dividiendo su vida entre su país y los Estados Unidos donde trabaja su marido.

—¿Cómo es hoy su vida que volvió a dividirse entre Buenos Aires y Nueva York?

—¡Me siento muy feliz porque Salvador pudo conocer la calle! En la Argentina me da miedo sacarlo. Primero, por la insegurida­d, y segundo, porque sola no puedo ir a muchos lados con un bebé. Porque Salvador es frágil como un cristal y así lo cuido. Es muy chiquito aún y es frágil y sé que es la mamá la que lo tiene que proteger siempre con amor y felicidad. En Nueva York hacemos vida

de nene y mamá normales. En Buenos Aires, en cambio, no puedo salir sola con él en brazos y, además, con la insegurida­d me da mucho miedo. Yo soy la responsabl­e de protegerlo y criarlo con amor y felicidad. Por suerte, mi casa porteña es muy grande, así es que paseamos por todos los ambientes. En Buenos Aires sólo me manejo en auto para ir a cada lugar que necesito. ¡Y en Nueva York somos libres! Así nos sentimos y tomamos oxígeno... Paseamos todos los días por el barrio de Tribeca, donde vivimos, por la 5ta. Avenida, el Central Park o por la zona de Time Square. También fuimos al Puente de Brooklyn. Salvador conoció toda la ciudad y fueron sus primeras salidas. ¡Tuvimos que hacer un viaje de diez horas para que conozca la calle! Ibamos con carrito, mochila, de todo .... Aún hace un poco de frío acá pero fui muy preparada con su ropita de invierno, paraguas para lluvia… Cochecito con aire caliente interno y frío para el calor. Y también, por primera

vez, fuimos a la calesita. Salvador es mi gran compañero; sin dudas es mi otra mitad. Somos muy cómplices; escucha mis carcajadas y se ríe a los gritos. Sin dudas, con él conocí el amor verdadero, real y el más puro.

—¿Superó sus temores de mamá primeriza?

—¡Ser mamá es lo más lindo de la vida! Desde que nació Salvador mi vida pasó a un segundo plano para vivir la suya. Pero no lo siento como algo feo, sino como algo hermoso. Yo le prometí a mi hijo que siempre lo iba a hacer feliz. Y así será. Lo traje a este mundo para hacerlo feliz. Sé que es un nene muy malcriado pero, para mí, eso también es amor... ¡Hoy me desvivo por este bebé; es mi debilidad! Viajar a los Estados Unidos con él me dio un poquito de miedo, por el

“Viajar los dos solitos fue hermoso. Nos hizo sentir libres. Fue muy positiva la experienci­a. Pero aún no cortamos el cordón umbilical…”

tema del avión y cómo se iba a sentir en nuestra casa de aquí, ya que nunca había salido del departamen­to de Buenos Aires. Y fueron muchos cambios de golpe. Pero, la verdad, todo salió once puntos. Con Salvador me siento muy segura en todo porque es el bebé que recibe más cuidados del mundo. ¡Yo estoy en todos los detalles! Sé que soy una mamá muy intensa pero lo estoy criando y es mi responsabi­lidad. Prefiero tener mil cuidados a no tenerlos ya que me dicen que los accidentes más frecuentes son los más tontos. En general, no soy de tener miedos pero sí soy una mamá sobreprote­ctora. Cuido a mi pollito de todo y soy una obsesiva de que no le falta nada. Siento que lo protejo también con mi amor y mi alegría. Sólo con amor también se puede criar a un bebé. Sino juro que no se puede hacer nada, ya que es hermoso tener un hijo pero hiper demandante, porque cuando no me ve ya grita. Conmigo tiene todo lo que necesita en la vida.

—¿Salvador, que cumplió los 6 meses, le cambió la vida?

—Sí; totalmente. Y esta experienci­a de viajar los dos solitos fue hermosa. Nos hizo muy bien a los dos sentirnos libres. Fue maravillos­o pasear por la calle y hacer un montón de cosas juntos que jamás habíamos hecho. Compartir todo con él, a pesar de que es muy chiquito aún y se cansaba enseguida y tenía que hacer su siestita. Siento que para los dos fue muy positiva la experienci­a. Porque nos conectamos muchísimo más. Y hoy no nos podemos separar ni un segundo. Si lo hacemos, llora para que lo agarre y a mí se me desarma el corazón... Aún no cortamos el cordón umbilical.

—¿Se siente mejor mujer desde que es mamá?

—¡No lo sé! Siento que estos

6 meses se pasaron volando. ¡Si hasta ya hizo su primera comida: manzana rallada y banana pisada! Y fue una gran fiesta de carcajadas. Yo estoy en cada detalle y en Nueva York puedo comprarle cosas increíbles para su bienestar y súper originales. ¡Salvador me cambió la vida! Gracias a él conocí el amor puro y verdadero. Es un pedacito de mí. Con él tengo una unión y una conexión increíble. Es mi gran compañero. ¡Es tan chiquito y maneja tanto mi vida! Con mi hijo volví a sentir los cosquilleo­s en el estómago que produce el amor. Con él me siento plena. Es mi gran obra de arte. Una bendición hermosa que me dio Dios. ¡Es el hijo que siempre soñé! Es el nene que de chica dibujaba en todos mis cuadernos. Es el que siempre pinté y quien el 12/12 tomó vida. Era mi deseo de todos los cumpleaños. ¡Dios me escuchó una vez más y soy una mujer muy agradecida! La vida me dio mucho y por eso me encanta dar. Porque siempre que lo hago me viene el triple. Todo en la vida vuelve.

—¿Metió mucho la pata en este aprendizaj­e de madre?

—¡Aunque no lo puedan creer, nada! Sí, increíble en mí porque vivo metiendo la pata en la vida. Pero cuando quedé embarazada estudié mucho. Leí un montón de libros por primera vez en mi vida, vi videos y me metí en todos los sitios de internet que encontré con datos sobre embarazos y bebés… Y cuando nació Salvador puse todo lo que había aprendido en práctica. Más el corazón que tiene el instinto materno. Es increíble pero nadie te enseña algunas cosas y pasás a cuidar cada detalle para no meter la pata en nada. ¡Increíblem­ente soy una madraza! ¡Hasta yo me sorprendo de la mamá en la que me convertí! Vivo para Salvador segundo a segundo. Para que sea feliz y no le falte nada. Es mi

cachorrito y yo soy su mamá sobreprote­ctora.

—¿La mujer quedó en segundo plano desde que llegó Salvador?

—Nunca me descuidé porque, desde chiquita, soy muy coqueta y muy mujer. Pero la prioridad hoy es mi bebé y, recién cuando él se duerme, comienzo a ocuparme de mí.

—¿De qué siente que la salvó su hijo (por el nombre que le puso)?

—De todo. Le dio sentido a mi vida que, quizás, hasta ese momento no la tenía. Mi hijo es una extensión mía. También le dio continuida­d a mi vida. Y ojalá saque mi carisma. Lo más lindo que le enseñé hasta el día de hoy es a sonreír. Ojalá sea un nene feliz porque yo estoy trabajando para eso. Me siento una gran mamá. Y estoy enamorada de él porque me enseñó lo que es amar. Cada mirada con sus ojos nobles y su gran sonrisa, me hacen volar.

—¿Lo va a bautizar según la fe cristiana? ¿Dónde?

—¡Si, claro que lo voy a bautizar! Porque creo en Dios. Pero todavía estoy definiendo ese tema. Cuándo y dónde, depende mucho de los padrinos. —¿En su debut como madre se sintió frustrada, lloró o se arrepintió de algo?

—Los primeros días como mamá fueron muy duros porque estuve sola y muy dolorida. Pero la fuerza que tiene una madre es increíble. ¡No sé aún de dónde viene! Creo que el amor me hizo hacer todo y también aprendí que el tiempo acomoda las cosas. ¡Es hermoso ser mamá pero hay que estar muy bien organizada porque es un cambio muy grande!

—¿La llegada de Salvador cambió su relación con Javier?

—Con Javier tengo la misma relación desde el día en el que lo conocí… Pero somos muy

diferentes. Está en mi corazón porque es el papá de mi hijo. El va y viene por trabajo y para ver a su hijo. O ahora viajamos nosotros. Nos dividimos entre Buenos Aires y Nueva York. Yo aposté mucho a la pareja por mi hijo que creí que nos necesitaba juntos. Pero ya no lo sé. El día de mañana veremos qué pasa.

—¿Es una mujer económicam­ente independie­nte?

—Yo soy una mujer muy independie­nte pero dependo de todo también. (Risas). Suena contradict­orio pero es algo así.

—¿Sigue siendo una “chica rebelde y caprichosa”?

—Esa chica se convirtió en mujer. Aunque nunca perdí la frescura ni la alegría ni siquiera el carisma. Todo eso lo sigo llevando adentro. Igual, no me gusta volver al pasado porque eso atrasa. Soy muy inmadura para la vida pero re madura como mamá.

—¿Dónde guardó la sexualidad y la sensualida­d que siempre la distinguie­ron?

—La sensualida­d no está guardada; camina a mi lado. No guardé nada de mi personalid­ad y forma de ser por haberme convertido en madre. Es al revés, ser mamá me hizo más mujer. —¿Un deseo para el futuro? —Mi gran deseo es hacer feliz a mi hijo y dedico cada día de mi vida a eso. Porque siento que mi felicidad hoy está entre mis brazos y se llama Salvador.

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 ??  ?? Por primera vez Salvador disfrutó la experienci­a de dar vueltas en una calesita. El antiguo Jane’s Carrousel, bajo el emblemátic­o Puente de Brooklyn y protegido por una caja de cristal para el frío, fue el lugar elegido para que madre e hijo se divirtiera­n.
Por primera vez Salvador disfrutó la experienci­a de dar vueltas en una calesita. El antiguo Jane’s Carrousel, bajo el emblemátic­o Puente de Brooklyn y protegido por una caja de cristal para el frío, fue el lugar elegido para que madre e hijo se divirtiera­n.
 ??  ?? Aprovechan­do los primeros días de calor en Nueva York, tuvieron un picnic en el Central Park. Ella, con vestido Gucci y zapatillas Louis Vuitton.
Aprovechan­do los primeros días de calor en Nueva York, tuvieron un picnic en el Central Park. Ella, con vestido Gucci y zapatillas Louis Vuitton.
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 ??  ?? Con 6 meses, Salvador paseó cómodament­e en su cochecito acondicion­ado con un sofisticad­o sistema interno para calentarlo si la temperatur­a es muy baja, o refrescarl­o, si hace mucho calor. Y allí, después de una “mema”, hacer una reparadora siestita para reponer energías.
Con 6 meses, Salvador paseó cómodament­e en su cochecito acondicion­ado con un sofisticad­o sistema interno para calentarlo si la temperatur­a es muy baja, o refrescarl­o, si hace mucho calor. Y allí, después de una “mema”, hacer una reparadora siestita para reponer energías.
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“Mi hijo le dio sentido a mi vida que hasta ese momento no la tenía. Ojalá saque mi carisma. Y lo más lindo que le enseñé es a sonreír…”
 ??  ?? Salvador también debutó en su primer paseo en uno de los típicos carruajes tirado por caballos que recorren parte de las 340 hectáreas que tiene el Central Park.
Salvador también debutó en su primer paseo en uno de los típicos carruajes tirado por caballos que recorren parte de las 340 hectáreas que tiene el Central Park.
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 ??  ?? “Con Javier tengo la misma relación desde el día en el que lo conocí. El tiene un buen corazón pero somos muy diferentes.”
“Con Javier tengo la misma relación desde el día en el que lo conocí. El tiene un buen corazón pero somos muy diferentes.”
 ??  ?? Salvador Uriel es un bebé que sonríe todo el tiempo. Vicky y su hijo partieron para Milán, donde realizarán un crucero con Marley. Ella ya también grabó una participac­ión para el primer programa de Su Giménez.
Salvador Uriel es un bebé que sonríe todo el tiempo. Vicky y su hijo partieron para Milán, donde realizarán un crucero con Marley. Ella ya también grabó una participac­ión para el primer programa de Su Giménez.
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