Caras

“TENER UN BEBE SERIA NUESTRO BROCHE DE ORO”

ANGEL MAHLER Y STABILINI CELEBRAN 10 AÑOS DE AMOR

- Por Fabián Cataldo (Producción: Alicia Blanco)

Hay notas musicales que se atraen, que vibran en la misma frecuencia y superan cualquier diferencia. En 2006 nació una historia de amor tan fascinante como afinada, en base a buen oído, corazón y sensibilid­ad, que en 2009 se convertirí­a en matrimonio. Tiempo antes, Angel Mahler (59) dirigía el Musical “Las Mil y Una Noches” conectado como siempre con cada uno de sus músicos. Pero de esa orquesta nacía un sonido muy especial, uno que llamó más su atención. Provenía del violín ejecutado por Dolores Stabilini (37), alguien que también vio en Angel mucho más que un director. “Esa primera conexión se produjo en 2000, pero en ese momento ella estaba en pareja, a punto de casarse. Yo estaba casado, y ahí no pasó nada más que vernos. Ella decidió postergar su casamiento y yo me separé, y con el tiempo nos pudimos encontrar. Viste que los directores miran a los músicos porque ellos te devuelven lo que uno intenta transmitir. Ese ida y vuelta es muy rico. De esa manera nació nuestro amor”, le dice a CARAS el prestigios­o compositor y director de orquesta, ex Ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires. Hoy celebran esos 10 años de matrimonio en su casa de Pilar, con corazones gigantes en sus pechos, y abocados a maravillos­os proyectos. “Tal vez sea lo más importante y relevante que haga en mi vida”, afirma refiriéndo­se “Requiem/Kadish”, trabajo escrito y dirigido por Mahler que homenajea a las 85 vidas sesgadas en Buenos Aires el 18 de julio de 1994, en el atentado a la AMIA, el más sangriento de la historia argentina. Se presentará en el Teatro Colón el 10 de julio a las 20:00 horas, con la presentaci­ón a cargo de Norma Aleandro.

El compositor y director y la violinista abrieron las puertas de su casa de Pilar, donde festejaron una década de la intensa relación sentimenta­l y musical que se gestó cuando compartier­on “Las Mil y Una Noches”.

Serán ocho movimiento­s que constituye­n un diálogo imaginario entre las víctimas, sus familiares y amigos, los victimario­s, Dios, y la voz de la República. “Nació hace cuatro años por una necesidad artística y de reconforta­r las almas de los familiares de las víctimas. Será la primera vez que voy a dirigir en el Teatro Colón. Todo eso lo convierte en un evento muy importante en mi vida. Sentí que tenía que hacer esto. Hay cosas que no las elijo, que vienen a mi cabeza. Es una manera de decirle a las víctimas que algún día nos volveremos a encontrar”, afirma Mahler, entusiasma­do, porque dirigirá una orquesta de ochenta músicos, en un réquiem que incluirá a los integrante­s del Coro Polifónico Nacional, que darán la calidad vocal ideal a los textos que ideó el rabino Marcelo Polakoff (sobrevivie­nte del atentado).

Angel Mahler confiesa que se produjo un giro en su carrera. “Este año tuve la suerte de estrenar ‘La Sinfonía del Fin del Mundo’, dedicada a la ciudad de Ushuaia. La estrené con la Orquesta Sinfónica de Río Negro, en un festival internacio­nal. En esta etapa de mi vida quiero empezar a divulgar las maravillas que tiene la Argentina a través de la música. Ya estoy componiend­o una segunda sinfonía dedicada a los glaciares, esos lugares tan inspirador­es. Y la tercera y última sinfonía será para las Cataratas del Iguazú, que con esa cantidad de saltos de agua dan pie a múltiples movimiento­s sinfónicos. No sé la repercusió­n que tendrán estos trabajos en el mundo pero es algo que está hecho con el corazón. Creo que a mi edad sentís que hay cosas que no pueden esperar más, y no lo hago pensando si voy a ganar dinero. Me nace una necesidad desde el corazón, como todo lo que hice en mi carrera”, comenta el gran compositor que destaca que tampoco se alejará de los Musicales, ya que el 8 de enero de 2020 tiene previsto estrenar en el Teatro Opera la icónica “Hello, Dolly!”, obra de la que Mahler compró los derechos.

Cuando se refiere al motivo de esta celebració­n junto a su “Alma Gemela”, el músico es elocuente: “Dolores es una persona de gran corazón, es muy lindo despertars­e con una sonrisa todos los días. Sentimos la música de la misma manera. Al emocionarn­os con las mismas melodías es más fácil nuestra vida. Ella estudió violín con su abuelo desde

“Los directores miramos a los músicos: ese ida y vuelta es muy rico. De esa manera nació nuestro amor” (Mahler).

muy chiquita, y a mí me encantó descubrirl­a y escucharla. Además admiraba lo que yo componía. Nos empezamos a mirar y a sentir a través de la música”, afirma el padre —fruto de su anterior relación— de Damián (30) y Emanuel (28), y abuelo de Delfina (5).

Dolores y Angel celebran 10 años de haber formalizad­o la relación que empezó en 2006: están felices y lo fundamenta­n. “Este amor se basa en la admiración, que es lo que nos conecta. Admiro cómo toca, el sonido que sale de su violín es único. En el ‘Requiem/Kadish’, el séptimo movimiento se lo dedico a ella. Quería transmitir algo con ese movimiento pero no encontraba la manera. Nada me convencía, y ese día Dolores vino, me dio un beso, un abrazo, y me conectó con algo que me ayudó a encontrar enseguida lo que necesitaba componer. Fue una conexión increíble fundamenta­l para componer”, cuenta Mahler. A su lado, Stabilini, agrega: “La música fue la causante de que estemos juntos. Soy la cuarta generación de músicos en mi familia, nací con la música”.

Angel Mahler también se refiere a “la audacia” de aceptar iniciar un romance con una mujer 22 años más joven. “Sentí que tenía una nueva oportunida­d para ser feliz. Soy un bicho de teatro y me imaginé a los 80 años, hablando con mi gran amigo Guillermo Masutti , sentado en una sala teatral, contándole la historia de Dolores. Tenía una obra con dos finales: El primero era que no me había animado a vivir esa relación. Con 80 años no podía volver atrás y me sentía infeliz. El otro final es el que elegí: me animé a vivir esta relación más allá de la diferencia de edad, porque siento que el amor no tiene edad. Ahora estoy viviendo el guión, y cuando tenga 80 años espero estar con ella, celebrando haber vivido una vida feliz”, confiesa emocionado. Dolores lo abraza y agrega: “La diferencia de edad nunca fue un tema entre nosotros. Estamos tan bien, nos entendemos, nos acompañamo­s, nos admiramos, confiamos el uno en el otro. No hay ni hubo nunca un tema a charlar por la diferencia de edad, porque realmente no la percibimos. Siempre nos sentimos en nuestro mejor momento”. Y al final de la entrevista sorprenden afirmando que está en sus planes tener un hijo en común. “Hay cosas que no se han dado hasta ahora pero vamos a insistir”, afirma Mahler, mirando a los ojos a Dolores, quien concluye diciendo: “Es un sueño a cumplir. Pero confiamos siempre en el destino, las cosas siempre se dan o no por algún motivo. ¡Tener un bebé sería el broche de oro para festejar estos 10 años de casados!”.

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Dolores y Angel confiesan que se admiran, y que empezaron a “mirarse y sentirse” cuando descubrier­on que se emocionan con las mismas melodías.
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Mahler dice que se animó a vivir esta relación a pesar de la diferencia de edad, lo que considera una de las mejores decisiones de su vida. El 10 de julio dirigirá por primera vez en el Colón, “Requiem/Kadish”, homenaje a las víctimas de la AMIA.

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