“MI DONANTE NO CANTABA, TUVE QUE ENTRENAR LA VOZ DE CERO”
“EL PUMA”, TRAS EL DOBLE TRASPLANTE DE PULMON
Si bien siempre estuvo lleno de fe, José Luis “El Puma” Rodríguez (75) afirma que antes de su operación —el 17 de diciembre de 2017— tuvo una espera angustiosa. “Hubo días donde sentí que me iba. Aguardé ocho meses el doble trasplante de pulmón y en ese tiempo hubo mucha preocupación e incertidumbre, viví prácticamente con el teléfono al lado”, asegura el artista venezolano, tras descubrir en 2000 que padecía fibrosis pulmonar y tuvo la obligación de operarse para seguir viviendo. “Siento que Dios me trajo de la muerte, de la oscuridad hacia la luz... que me regaló una oportunidad más para que viera la vida desde otro ángulo: ya no cuento con el ayer ni el mañana, sólo me centro en el presente. Cristo se manifestó en un team de excepcionales médicos, en los que estaba el doctor argentino Nicolás Brozzi, para que el milagro ocurra. Ellos se arriesgaron a operarme, a mi edad, que tenía en ese entonces 73, casi 10 años más de lo que la ciencia permite. Por eso, cada mañana que me despierto y veo el amanecer agradezco porque nadie sabe lo que es el oxígeno hasta que le falta. Pedí con mucha fuerza un tiempo más de vida para hacer las cosas diferentes y devolverles a mi esposa, mi hija y mis amigos el tiempo que le quité. Aquel que perdió la fe sólo debe ver mi ejemplo. Soy un milagro viviente de Dios”, agrega el artista venezolano tras ser ovacionado en el Gran Rex, en el marco de la gira “Agradecido Tour 2019”.
El autor de la canción “Agárrense de las Manos” hace una pausa y manifiesta que en todo momento sintió la presencia milagrosa de Dios. “Después de la operación me hicieron
una broncoscopía pero no sabían que yo era alérgico a la benzocaína, que es para adormecer la garganta y que el tubo no moleste. Me anestesiaron pero cuando estaba regresando mi corazón parecía que iba a explotar, me estaba asfixiando. Había más de 10 médicos en la habitación. Oía todo a mi alrededor pero la respiración era tan fuerte que no podía hablar ni gesticular. Tras un rato largo de reanimación, escuché: ‘¡Hay que entubarlo!’ En ese instante, clamé tan fuerte dentro de mí que Dios me escuchó. A partir de ahí, mi respiración empezó a calmarse... sentí una profunda paz y oí que un médico dijo: ‘Volvió’. Fue impresionante. ¡Dios me trajo!”, confiesa quien tuvo que cambiar su estilo de vida. “Luego de la operación se modifican muchas cosas: debo tomar muchas pastillas hasta que me muera. También cambió mi alimentación: yo era vegetariano por 30 años y los médicos me obligaron a comer proteína animal porque lo necesitaba. Lo curioso fue que, después de venir tantos años a este hermoso país, en esta visita probé por primera vez carne argentina y ¡fue espectacular!”, asegura entre risas. “Todavía no sé si el donante era mujer u hombre... joven o adulto. Lo que sí creo es que no era cantante porque tuve que entrenar la voz de cero: estudié y tomé clases de canto con un profesor de la universidad de Miami y junto a un amigo. Me llevó un año y cinco meses volver a cantar en un escenario. Estoy en el 80 % pero una cosa rara que me está ocurriendo es que antes hacía una hora y media de show y ahora estoy haciendo dos horas y media. No conocí a los familiares de la persona que me salvó la vida porque en Estados Unidos este proceso se mantiene reservado, nadie puede decir nada. Pero ya mandé la carta y estamos esperando respuesta... deseo profundamente agradecerles la posibilidad que me dieron para que yo viviese un tiempo más. La donación de órganos salva vidas”, concluyó mientras sus ojos brillan más que nunca.
“Era vegetariano y los médicos me obligaron a ingerir proteína animal. En esta visita comí por primera vez carne argentina”