“SOMOS TODAS BATACLANAS”
LAS CHICAS DE “CABARET”, EL ICONO MUSICAL DE BROADWAY
La oscuridad y la decadencia de un viejo cabaret, el “Kit Kat Klub”, en el Berlín de los años ´30, en plena guerra, es recreado por una de las obras maestras del gran Bob Fosse, película que consagró mundialmente a Liza Minnelli, estrenada en el año 1972, obteniendo 8 Oscar.
Recreada en diferentes versiones teatrales y por los máximos exponentes del musical en el mundo, ahora está en la Argentina, en el teatro Liceo, protagonizado por Florencia Peña y Mike Amigorena, producida por Gustavo Yankelevich, con la dirección artística de Alberto Negrin.
Pero nada sería de un cabaret sin las propias bataclanas las que, al servicio de los hombres que concurren al lugar, exponen sus atributos físicos para seducirlos y llevarse unos pesos. En esa época, y en esas circunstancias históricas, este reducto expone la decadencia y el horror del dominio
nazi y las chicas, son la muestra cabal de ese deterioro. Se ve en sus cuerpos y sus actitudes hasta obscenas, producto de los años y el desgaste de la promiscuidad. Para interpretar tanta oscuridad fueron elegidas grandes artistas del musical que logran un gran resultado, lo que hace al reducto de una sorprendente credibilidad. Cinthia Manzi es un referente del género y en su rol de “Rosie” muestra tal vez lo más bajo de toda una vida en ese encierro. “Es desquiciada, borracha, con años metida en ese lugar de una energía negativa. Hay un trabajo físico y corporal para representar a esa puta que busca la felicidad y la dignidad que no va a conseguir, para ocupar el lugar de Sally Bowles, el más importante”, comienza con su relato. Y sin pausa, Cinthia agrega: “Investigué en todas las versiones que hay. Leí `Adiós a Berlín´, libro en el que se inspira la película y además saqué mucho de Karina K, la protagonista anterior, quien además es mi esposa. El cuadro que hago con `Two ladies´ es mi preferido”. Romina Groppo, interpreta a “Helga”: “Desde los 11 años me dedico al musical y siempre me gustó. Estar en Cabaret me produce sensaciones muy fuertes. Apenas escucho la orquesta me traslado inmediatamente a Alemania para componer a esa bataclana experimentada, adicta y decadente que, por un pedazo de pan hace cualquier cosa y se droga para sobrevivir a esa época”.
Para Eugenia Stanovnik, “Texas” en Cabaret, es todo nuevo “Es mi primera obra musical porque vengo de lo contemporáneo. Es un sueño inesperado. Texas es dominante, masculina, ruda y andrógina. Me cuesta desengancharme de ella porque tiene una energía muy fuerte. El comienzo de `My Heart´es apasionante”. “Lulu”, por su parte, es la que está decidida a lograr todo a cualquier precio. Interpretada por Carla Lanzi, quien además se
“Estar en Cabaret era una cuenta pendiente para todas. Se puede jugar y probar en cada función para enriquecer a todos los personajes.”
pone en el rol de la mona y es “dance captain” asegura: “Hacer esta obra era una cuenta pendiente. Se puede jugar y probar cosas nuevas sin salir de lo marcado. Cuando me meto en `la mona´ me permito más. Estoy dentro de un traje y eso me libera. Con Lulú saco a relucir todo lo oscuro que tal vez uno tenga internamente y en ese espacio me lo permito”. La “meretriz Fritzie” es muy libidinosa y desde la primera función hasta ahora se enriqueció muchísimo, según afirma Cintia Torres García, su intérprete: “Tiene muchos gestos y actitudes. Se fue armando con los ensayos y desde ahí hubo disparadores. Es un rol que permite ensuciarme y jugar con esa pobre mujer. Pero todo se logra con una gran cabeza de compañía como es Flor Peña, que te contagia la energía. Componerlo fue un tránsito natural y de disfrute. Todo esto tiene un sabor diferente”. “Frenchie” es la más chiquita, la bebita entre las veteranas y Flor Viterbo se pone en su piel:
“Cuando me dijeron que ese era mi personaje, me encantó. Es caprichosa y juguetona y está en otra sintonía. Mientras acá todo está bajo la profundidad, ella tiene frescura”, asegura. Y luego agrega: “Es divertido romper la cuarta pared y entrar al público. Apenas voy al escenario, Flor se queda en el camarín, lugar que incluso es muy parecido al ambiente del cabaret”. Silvina Tordente tiene la difícil tarea de ser “swing y cover”. Es quien reemplaza a las mujeres en caso de que falten: “Tengo todos los personajes estudiados pero en el momento de entrar a escena siempre es un misterio. Acá todo fluye naturalmente pero siempre es un desafío y una adrenalina constante”.