MAXIMA: REINA PANTACOURT
LA ARGENTINA ELIGIO UN OUTFIT MUY CRITICADO
Como marca la tradición desde 1814, el tercer martes de septiembre, Holanda celebra el “Día del Príncipe” o “Prinsjesdag”, también llamado “Día del Presupuesto” porque esa fecha el rey da el “Discurso del Trono” anunciando públicamente el presupuesto para el próximo año, ya que coincide con la finalización de las vacaciones de verano de los empleados gubernamentales de La Haya. Para Máxima (48) y Guillermo (52), cualquier fecha es buen motivo para salir a las calles y celebrar con alegría y ostentación junto a los holandeses. Y así lo vienen haciendo desde que asumieron el trono hace 6 años y más de 120 días. Sin la compañía de sus hijas, las princesas Catalina (15), Alexia (14) y Ariadna (12), el martes 17, a las 13 horas, la pareja real, junto al hermano del rey, el príncipe Constantino (49) y su esposa Petra Laurentien (53), salieron del Palacio Noordeinde rumbo al Ridderzaal (el edificio principal del Binnenhof en la La Haya, que es utilizado desde 1904 para la ceremonia de la apertura de las sesiones del Parlamento) en su lujosa Carroza de Cristal —que reemplaza a la tradicional y fastuosa Carroza de Oro que se encuentra en los talleres de restauración hasta el 2021—. Una vez más, Máxima sorprendió con su look arriesgado y exquisito. Un vestido largo en crèpe de lana color rubí (tonalidad tradicionalmente relacionada con la realeza), con corte a la cintura y escote con un atrevido efecto “cout ut” que completó con una original mini-capa corta íntegramente bordada en mostacillas. Todo creación de su diseñador fetiche, el holandés Jan Taminiau. Completó con guantes y pillbox (casquete) de terciopelo con lazo de Philip Tracy, sobre bordado en mostacillas, como la capa, y stilettos del mismo modelo que tiene en nueve colores diferentes. Lució el cabello suelto con ondas grandes y dos pulseras de brillantes, más un gran broche con un rubí rematando el cinturón. Mientras el rey sorprendió con su renovado
look “hipster” (más casual, descontracturado, con gran personalidad vintage y barba “candado” que proyecta seguridad aunque los holandeses la definieron como “un poco estrafalario”). Y llevó un clásico traje oscuro que completó con chaleco en tono contrastante, corbata y su condecoración. Hubo discurso oficial desde el trono, paseo con saludos detrás de los cristales de la carroza, enormes sonrisas y la algarabía del pueblo que acompañó su marcha por las calles de La Haya. Pero al día siguiente, la agenda oficial llevó a la pareja real hasta la localidad de Drenthe —una zona de paisajes cubiertos de dunas y verde vegetación— y allí Máxima volvió a recibir el amor del pueblo holandés aunque esta vez no así su aprobación a la hora de analizar su outfit. Considerada “la reina del fashion” y una de las monarcas europeas mejor vestidas, en algunas ocasiones la reina de Holanda también es señalada por su desacierto a la hora de vestirse. Y eso fue lo que sucedió a su arribo a una de las doce provincias que conforman los Países Bajos. Para esa ocasión eligió un
“look retro” de Natan que ya había lucido el año pasado y que también, en ese momento había sido muy criticado. Un “pantacourt” tiro alto (pantalón ancho y por arriba de los tobillos) de un género que se vio todo el tiempo muy arrugado, con chaqueta corta y sin solapas que llevó sobre una blusa con cuello y puños con volados y puntillas. Completó el conjunto con un fascinator con flores y lazos, zapatos con pulsera al tobillo y flor sobre el empeine y un clutch. Para los expertos del mundo fashion, su outfit resultó “¡Too Much!” y le recordaron una consigna que no entra en el guardarropas de ninguna reina europea, “¡Menos es más!”.
Igual nada pudo empañar la felicidad de Máxima —que gracias a su original casquete pudo igualar el metro ochenta y tres de altura de su marido— quien no dejó de sonreir ni siquiera cuando escuchó el bajo murmullo que, además de su nueva barba y su peinado nuevo, comentaba que su rostro lucía un evidente retoque de botox. Sin dudas, con Máxima y Guillermo en el trono, la monarquía holandesa superó en fama a la inglesa.