ASTROLOGÍA
Tauro es el segundo signo del Zodíaco y la primera vez que hace aparición el elemento Tierra, esto le confiere esas cualidades tan características que podemos reconocer en taurinas y taurinos, la nobleza, la perseverancia, una lentitud de movimientos a veces exasperante y esa manera porfiada que tiene de apegarse a las cosas, a la gente, a las ideas. Desde hace un buen tiempo, y por un período más que interesante, el cielo guarda para el signo de los toros celestes un tránsito del que pueden resultar efectos muy revitalizadores y muy genuinos. Urano, el planeta de la revolución, descubierto en el firmamento en tiempos del levantamiento francés que cambió la historia política y social de Occidente, está proponiendo a estos especímenes que se sacudan lo viejo y den la bienvenida a un caudal de energía nueva y creativa que logrará ponerlos en consonancia con un mundo en constante evolución y cambio. Aunque al principio esta oferta de cambio pueda atemorizarlos mucho, probar lo distinto, deshacerse de las ideas anquilosadas que tienen de sí mismos puede deparar una enorme felicidad y descubrimientos muy interesantes.