“MI NOVIO ES UN BOMBONAZO”
LIZY TAGLIANI Y LEO ALTURRIA, 18 AÑOS MENOR QUE ELLA
Desde hace unos años Lizy Tagliani (49) decía que lo tenía todo: trabajo, éxito y un buen pasar económico. Pero aún había una materia pendiente. Y hace unas semanas una sonrisa aún más grande develó que el amor la había sorprendido. Un cordobés, de 31 años, acuariano, encargado de edificio, jugador de rugby y amante de las motos, se cruzó en su camino.
"Lo vi en ‘Minuto para Ganar’, luego vino a participar a ‘El Precio Justo’ y me encantó pero se hizo el cancherito. Aunque le dije al productor que me consiguiera información", contó Lizy. Sin nada de timidez, el propio Leo Alturria continuó la historia. "Me pidieron el Instagram por si me necesitaban pero era para la señorita... Apenas me subí al colectivo ya tenía un mensaje de Lizy. Y pensé ¡Wow! ¡Me encantó!" Los mensajes continuaron y llegó la primera propuesta. “¡Me invitó a su casa a ver un partido de Argentina y México y esa noche nos dimos el primer beso. ¿El partido..? ¡Lo vimos de a pedacitos...! Y después me invitó al cine que era lo que yo soñaba, una cita de amor. Quería que fuéramos novios, no una relación libre porque me provocaba una atracción que no había experimentado nunca. Le mandé un mensaje diciéndole que me pasaban cosas pero que no quería sufrir. ¡Yo lo quería enganchar para mostrarlo!”Y entonces llegó lo que le daba más temor: la presentación a sus compañeros de rugby.
“¡Sentía temor porque pensé que lo iban a cargar! El tiene un cuerpazo y yo encima tengo todas: travesti, más grande y no soy Sofía Zámolo precisamente… Tenía miedo de lo que dirían al ver mi metro ochenta. Pero me recibieron con re buena onda y, como ganaron el partido, me convertí en ‘la trabita de la suerte’. Su familia también está contenta”, contó la pareja en el living de Susana Giménez. ¡Lo miro y no puedo creer lo que tengo! ¡Mi novio es un bombonazo! Le digo ‘¡Te amo!’ aunque sea muy pronto. ¡Hasta aprendí a cocinarle carne al horno con papas que me enseñó el ‘chino’ del supermercado! Por ahora no hay convivencia”, concluye la feliz Lizy.