JULIANA AWADA: LA INCONDICIONAL
MAURICIO MACRI LE AGRADECIO TODO SU APOYO
Cuando Mauricio Macri (60) era Jefe de Gobierno Porteño en el 2009 se cruzaron, y él quedó impactado por la belleza de Juliana Awada (45). Al poco tiempo pasaron un fin de semana juntos, y a los tres meses él le propuso matrimonio. Se casaron el 16 de noviembre de 2010, en el complejo Costa Salguero. Ese día, Macri dijo: “Gracias por haberme elegido, gracias negrita mágica, única y hechicera. Ahora, mi estado civil es feliz”. Ella lo escuchó con lágrimas en los ojos y se transformó en su fiel compañera, en el ángel de la guarda de su marido. En el 2011 nació Antonia (8) y se unieron aún más.
Desde el primer día que comenzó la historia de amor, Juliana fue incondicional de Macri. “La hechicera” o “El pulpito Awada”, como prefería llamarla el primer mandatario en la intimidad, no sólo se destacó en su rol de Primera Dama, sino que valorizó la imagen de la mujer argentina en el mundo. Su comportamiento y sus outfits siempre estuvieron en sintonía con la ocasión, y gracias a su estilo natural opacaba a las demás primeras damas en las fotos oficiales. Ella se tornó imprescindible para Mauricio. No sólo se los vio unidos en las salidas oficiales, tambien fueron inseparables en la intimidad de la quinta presidencial o en la quinta familiar “Los Abrojos”. El cuidado hacia él fue permanente. Los allegados a la pareja dicen que ella se ponía como una leona cuando se trataba de proteger a su marido. Durante treinta días recorrieron juntos treinta ciudades en la marcha del #Sisepuede, y todo el tiempo ella estuvo a su lado, pendiente de cada detalle de su imagen, de su salud, de su ropa, de su comida... Sólo en una de las últimas marchas, Juliana se animó a hablar, cuando los manifestantes gritaban su nombre: “Que energía increíble que hay acá. Muchas gracias a todos los que nos acompañaron en las diferentes marchas del ‘Sí, se puede’ por todo el país. Siempre unidos por los mismos valores, con respeto y con amor”, señaló desde el palco en Corrientes y lo volvió a hacer en Córdoba, cuando el público coreaba su nombre. El último fin de semana ella fue su sombra. Lo acompañó a votar en un colegio de Palermo y luego él hizo lo propio con ella. Siempre impecable y con su sonrisa distintiva, acaparó elogios naturalmente. Su rol siempre fue como compañera discreta, silenciosa y fiel. “Quiero agradecer a una compañera que se subió a esta locura, a esta pasión conmigo. Siempre de manera silenciosa está ahí, acompañándome. No está en el equipo de trabajo pero está en el equipo del corazón: Juliana”, fue la frase de Mauricio, en plena campaña, que mejor la representa. Y este domingo 27, cuando Macri felicitó a Alberto Fernández (60). por su triunfo, Awada abrazó y besó a su marido efusivamente. Como si fuera la primera vez, aunque con mucho recorrido juntos.