MAXIMA IMPUSO GLAMOUR EN JAPON
BRILLO EN LA ASUNCION DEL NUEVO EMPERADOR NARUHITO
Fue una ceremonia cargada de tradiciones, brillos y ostentación. Pero también fue el evento que reunió a las más importantes Casas Reales de Europa. Exactamente seis meses después de la abdicación de su padre, Naruhito (59) fue proclamado nuevo Emperador de Japón. ¡”Nihon e
“Máxima se destaca entre las reinas por no tener miedo de repetir un vestido o algún look de temporadas pasadas.”
yökoso”!, bienvenidos a Japón, expresaron ante los más de dos mil invitados a la tradicional ceremonia realizada en el Palacio Imperial de Tokio. En la sala “Matsu No”, de 370 metros, con paredes cubiertas con telas bordadas con hojas de Wakamatsu y pinos, donde se encuentra el trono de seis metros y medio de altura, que pesa 8 toneladas, fue donde se realizó la ceremonia, el
“Sokuirei Seiden no Gi”. Un momento histórico en el milenario imperio del sol que fue custodiado por oficiales con pesados trajes, espadas y arcos, con músicos con tambores y gongs, banderas, lanzas y brillos que no perdieron su encanto a pesar de la lluvia. El flamante emperador estuvo acompañado por su esposa, la emperatriz Masako (55) —famosa por su tristeza ya que no pudo darle un heredero al trono a su marido— y su hija Aiko princesa Toshi (17) quien, por ley sálica (que impedía reinar a las mujeres) nunca será Emperatriz y no asegura la continuidad monárquica japonesa. Más de dos mil invitados entre reyes, princesas y jefes de Estado de 190 países fueron testigos de la ceremonia que sólo duró media hora y que se proyectó en pantallas gigantes.
Reinas y princesas de las Casas Reales más importantes estuvieron allí.
“Juro actuar según la constitución y cumplir mi responsabilidad. Espero que Japón se desarrolle y contribuya a la amistad, a la paz, al bienestar y a la prosperidad de la humanidad a través de la sabiduría y esfuerzos de las personas”, expresó Naruhito. Pero más allá de la trascendencia histórica de la reunión un verdadero duelo se batía entre las damas que acompañaban a los hombres más importantes del mundo.
Mientras la emperatriz Masako llevó un tradicional traje llamado “juni hitoe”, un kimono que consta de 12 capas de sedas con bordados florales y grullas que pesa más de 10 kilos, su marido lució un sokutai naranja oscuro (traje con pantalón blanco de seda, su kammuri, la corona, y su shake, un cetro que es símbolo de la dignidad). “¡Tennô Heika Banzai!”, o
“¡Larga vida a su Alteza Imperial!”, vitorearon los súbditos muy lejos de la verdadera batalla fashion que enfrentaban en las primeras filas reinas como Máxima de Holanda (48), Letizia de España (47), Victoria de Suecia (42), Matilde de Bélgica (46) y Mary de Dinamarca (47). El gran “duelo royal” encontró a los diseñadores más exquisitos y las joyas con más piedras preciosas en sus coronas. Pero una vez más, la gran ganadora fue Máxima. Quien repitió un original vestido en azul grisáceo de Natan que había lucido en 2017. Un traje con flores bordadas en contraste que acompañó con un tocado XL con una flor y detalles de rejilla de Fabienne Delvigne con guantes y bolso. Para la ceremonia de la noche optó por un vestido escote “bote”, al cuerpo, en borravino, con amplia falda, bordado con brillos en forma de zigzag, de Jan Taminiau. Llevó el cabello suelto, con rulos y su impresionante collar de diamantes y tiara de tres puntas con rubíes que el francés Mallerio dits Meller hizo en 1889 para la reina Emma, en juego con su pulsera. Letizia no se quedó atrás. Lució un vestido estampado con flores, de mangas largas, de Matilde Cano que completó con un clutch de Carolina Herrera. El detalle más llamativo fue su vincha rosada de Nana Golmar que llevó con el cabello suelto con rulos. Y, para la gala de la noche, lució un vestido de mangas tres cuarto con falda con vuelo de Carolina Herrera, en rosa fuerte con flores bordadas en plata. Completó su outfit con un clutch y la tiara Flor de Lis que supo pertenecer a Sofía (80) y de quien también fue el collar de 27 diamantes y brillantes que originalmente fue de la reina Victoria Eugenia y está engarzado en oro blanco. Que acompañó con aros de diamantes y esmeraldas y su anillo artesanal de Karen Hallan con pulse ra también de diamantes. Mientras Victoria de Suecia, que llegó junto a su padre, el rey Carlos Gustavo, para la noche apostó por un look más tranquilo, en azul, con cola, de Klein de Escada, con tocado y joyas en plata y oro. Matilde de Bélgica, junto al rey Felipe, impactó con un traje de encaje dorado y su tiara de grandes diamantes. Y Mary de Dinamarca eligió un diseño de Valentino con capa, en azul, con tiara de oro y plata de 14 kilates, con rubíes y esmeraldas.