“LA PANDEMIA NOS SEPARO”
LA CUARENTENA DE LIZ SOLARI EN BUENOS AIRES
Cerró el 2019 en Italia, donde estaba radicada con el hombre que le despertó el deseo “de formar una familia y tener hijos”, tal como confesó después de casarse con el empresario italiano Walter Fara (35). A fines del año que pasó, Liz Solari (36) terminó de filmar en ese país la película “Al posto suo”, y apenas comenzó el 2020 se vino a Buenos Aires para seguir su raíd cinéfilo y filmar su participación en “Nosotres”, la nueva película argentina que dirige Sabrina Farji (55). Todo se desarrollaba con normalidad, hasta que se interrumpió el rodaje por decisión consensuada de la producción frente a la llegada del coronavirus. “En nuestro trabajo mantener las distancias es imposible, los actores debemos poner el cuerpo y entrar en contacto. Esperamos poder retomarla cuando esto pase, es una comedia brillante y nos estábamos divirtiendo mucho”, explicó la modelo y actriz.
El avance mundial de la pandemia, por ese entonces muy focalizada en Italia, obligó a Liz y a su marido, que había quedado varado en La Toscana, a un imprevisto “recalculando”. Y los planes trazados para el 2020 se trastocaron abruptamente: “La idea era instalarnos en Madrid ni bien yo terminara de filmar acá, porque Walter empezaba a trabajar en esa ciudad. Pero nunca llegamos a mudarnos, él se quedó en Italia y yo en Buenos Aires con mis amadas perras, Ita y Frida, ambas rescatadas de la calle. Gracias a Dios estamos bien, y eso es lo mas importante. En tiempos donde se nos obliga a parar, los que estamos sanos, tenemos un hogar y acceso a la comida debemos sentirnos bendecidos. Y tenemos que agradecer, recordando que hay muchos que no tienen esa posibilidad”,
Refugiada entonces en su hogar porteño, la hermana el ex futbolista Santiago Solari (43) tiene herramientas de sobra para paliar la soledad. Dice que estudia, lee guiones, canta, toca instrumentos y hace deportes. Pero por sobre todas las cosas medita y profundiza su trabajo de concientización y ayuda al prójimo: “Extraño a mis amados y muchisimo a la Naturaleza, pero mis dos perras son una gran compañía y alegria. La meditación nos despierta, es un refugio, me