ASTROLOGÍA
Ruidos en el cielo
Según la mitología, esa narrativa extraordinaria de origen heleno y romano que rige nuestros preceptos culturales hasta el día de hoy, el dios Saturno se comía a su progenie por considerarla innoble. Un dios que se devora a sus hijos porque son imperfectos es la hipérbole de un relato que tiene su igual en muchos de nuestros hogares e instituciones educativas. El del padre o tutor de una severidad tal que inhibe el buen desarrollo y despliegue de las potencialidades de quien está creciendo. Sin embargo, y más allá de la crueldad de actos semejantes, abandonar la herida que implica el contacto con estas figuras, algo que puede llevar muchos años de experiencias frustrantes, es imprescindible para constituirse. quien no haya atravesado las aguas gélidas de la frustración y el encono es difícil que pueda lograr algo propio con la solidez de las obras nacidas no solamente de un deseo personal sino de un anhelo en constante fricción con la realidad. Saturno es el planeta que nos deja solos, puede resultar cruel, sí, pero a la postre es infinitamente liberador.