Trastornos de la Conducta Alimentaria
Frente al Covid19 y los efectos físicos que esto conlleva, el estado emocional de las personas se ve significativamente afectado. Por lo cual, la pandemia del Covid irá acompañando en paralelo con otras pandemias como la angustia, miedo, ansiedad y depresión que debemos atender.
El 2 de junio fue el “Dia de los Trastornos alimentarios”. Si ponemos foco en los cuadros vinculados con la alimentación, como anorexia y bulimia, entre otros, sin dudas patologías complejas, donde la persona se halla inmersa en una obsesión por su peso, su cuerpo y los alimentos que ingiere, y quienes presentan comportamientos nutricionales no deseables, dichos efectos se multiplican significativamente. Estos trastornos constituyen un problema serio a nivel mundial y en una gran extensión de casos son invisibles, pasan inadvertidos por padres y familiares hasta que la persona alcanza niveles de malestar emocional y físico extremos, donde la situación muchas veces se vuelve crítica y grave. En un alto porcentaje se vuelven patologías crónicas, con altas tasas de mortalidad y suicidios. La cuarentena, situación que despierta altísimos grados de incertidumbre, y pérdida del control, se presenta como un escenario propicio para que estos cuadros se incrementen exponencialmente . Este escenario, sumado a la falta de actividad física, ausencia de encuentros sociales, incremento de problemas familiares por la convivencia y otras situaciones indeseadas, lleva al empeoramiento de muchas situaciones. La causas de estas enfermedades son multifactoriales, donde claramente intervienen factores personales, temperamentales, genéticos como también el contexto donde se desarrollan. No es inusual encontrar en una misma familia más de un integrante con trastornos alimentarios, lo cual muestra el fuerte peso que cumplen los vínculos interpersonales en general, y los familiares en particular.
Es frecuente encontrarnos con padres sobreprotectores, situación que obstaculiza que los hijos puedan construir sus estructuras autónomas funcionalmente. Familias donde la apariencia y la opinión externa es muy valorada como tambiénel éxito personal y la auto-valía.
Por lo tanto si tomamos en cuenta todo lo antedicho, se puede visualizar lo difícil que es para estas personas atravesar esta situación de confinamiento. Todo se extrema, se intensifica y se vuelve en muchas oportunidades casi imposible de sobrellevar. Por eso la ayuda y acompañamiento psicologico y emocional es fundamental para mitigar este período impensable e indeseado. Está visto que hay ciertas situaciones que funcionan como disparadores para que alguien desarrolle y agudice un problema alimentario. Esta pandemia, la cuarentena y los altísimos grados de incertidumbre acompañantes pueden funcionar como desencadenantes para que las personas vulnerables para desarrollar un trastorno alimentario La Fundación Aiglé funciona hace más de 40 años y donde se presta atención y servicios a la comunidad para problemas de Salud Mental en general y para problemas específicos de Trastornos de la Conducta Alimentaria a través del PROGRAMA PAUTA. El objetivo es ofrecer la asistencia adecuada y necesaria acorde a la particularidad de cada persona y lo que cada familia necesite, promoviendo y ayudando a mejorar la calidad de vida de las personas y familias que padecen estos problemas. Mundialmente está probado que el modo de tratar estas problemáticas es a través de un equipo interdisciplinario, con especialistas en el tema. Las coordinadoras son las doctoras Diana Kirszman, Adela Spalter, Licenciadas Florencia León, Josefina Esnal, Camila Chamo y Alejandra Bruzzo.