¿Qué es ese maldito dolor de pies?
Con la cuarentena, ¿cambiaste los tacos altos por las pantuflas o las chatitas? ¿No estiraste suficiente luego de dos semanas de running? ¿Será fascitis plantar?
Si los pies duelen al dar los primeros pasos por la mañana o al pararse luego de estar sentado durante un tiempo, podría tratarse de fascitis plantar, una patología muy frecuente. Si es así, tratarla lo antes posible acelerará su recuperación y curación definitiva.
Esta causa común de dolor en el talón involucra a la fascia plantar, que conecta la parte media con la trasera del pie y contribuye a sostener el arco. No siempre está claro por qué se inflama, pero es frecuente que aparezca en personas con arcos altos (pie cavo), que son más estructurados, en aquellas que habitualmente usan tacos y comienzan a utilizar zapatos planos (frecuentemente, se asocia con las chatitas cuando empieza el calor) o en aquellas que no elongan los gemelos. Hay que diferenciar esta patología de otras como fracturas por estrés del calcáneo, que pueden ocurrir por un impacto repetido en los pies, por ejemplo, por correr largas distancias con zapatillas viejas o de mala calidad. La fascia plantar es una banda de tejido resistente que conecta el hueso del talón con el mediopié. La fascitis se desencadena cuando este tejido está inflamado, generalmente, en su inserción en el talón. Un dolor punzante en la parte inferior del pie, en el talón, es el síntoma más obvio, y podría volverse crónico. Puede intensificarse al estirar el pie o presionar el arco. También es probable que duela más al día siguiente luego de un entrenamiento. Caminar y correr son un gran ejercicio, pero hacer una de las dos cosas aumenta las probabilidades de exacerbar este tipo de dolor si no se elonga lo suficiente.
El reposo temporario es importante para la curación, sobre todo, disminuir actividades que ponen tensión en los pies, como correr, caminar y clases de gimnasia aeróbica. En su lugar, escoger ejercicios de bajo impacto como nadar o bicicleta. Para aliviar, masajear el pie pisando una botella rellena con hielo picado, que funciona bien porque se adapta a la forma. También se pueden emplear almohadillas con líquido refrigerante congelado. Los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) pueden proporcionar un alivio a corto plazo para los dolores.
Al estar descalzo o si se usan zapatillas o zapatos muy chatos, la sintomatología suele empeorar. Lo mejor es un nuevo par de zapatillas para correr, con suela gruesa y bien amortiguadas.
Los ejercicios que estiran la fascia plantar y el tendón de Aquiles pueden hacer que el pie se sienta mejor. Aquellos que fortalecen los músculos de la parte inferior de la pierna pueden ayudar a estabilizar el tobillo y el talón.
Algunas personas se sienten mejor al usar una férula durante la noche. Esta abrazadera da un estiramiento suave al dormir. Una vez que los pies se sientan mejor, habrá que respetar el peso, estirar las piernas antes de ejercitarse y cambiar el calzado cuando corresponda.
Hasta 10 % de todas las lesiones por correr involucran dolor en el talón. Si se entrena con frecuencia y hay que correr, habrá que tomar medidas para evitar que la fascitis regrese. Por caso, asegurarse de que las zapatillas coincidan con el tipo de pie, aumentar lentamente la distancia y la intensidad.
El tratamiento básico consiste en reposo por una o dos semanas. Suspender toda actividad deportiva y de impacto. Paralelamente, realizar crioterapia y fisiokinesioterapia para que la fascia se desinflame y el paciente camine sin dolor. Si la evolución se demora, es importante testear el ácido úrico en sangre y, una vez descartado esto, con una resonancia que confirme el diagnostico, se puede apelar a otras opciones como, por ejemplo, infiltraciones para desinflamar o cirugía de liberación percutánea.