ISABEL II INAUGURO EL PARLAMENTO
LA REINA PRESIDIO SU PRIMER ACTO OFICIAL COMO VIUDA
Luego de cumplir con el estricto luto impuesto en la Familia Real Inglesa por el fallecimiento de su esposo, la reina Isabel II (95) volvió a ocupar el trono en la ceremonia de Apertura del Parlamento Británico. Aunque este año no utilizó una de sus tradicionales carrozas para arribar al lugar, sino que lo hizo en su clásico auto negro. Tampoco llevó la ropa ceremonial ni su corona. Las calles de Londres se cubrieron de curiosos que esperaron ansiosos el paso de su soberana. Isabel lució un vestido de flores con un abrigo celeste grisaceo en compossé con su gran sombrero con plumas y piedras y, en recuerdo a Felipe de Edimburgo, llevó la pareja de broches de aguamarinas Art Decó con piedras con formas ovaladas y redondas de color azul pálido que sus padres (los reyes Jorge VI e Isabel) le regalaron cuando cumplió los 18 años. Obviamente no olvidó su tradicional bolso de charol negro, modelo “Traviata” (cuyo valor ronda los mil euros) que desde 1941 le fabrica la casa Launer y de la que ella no se separa ni un momento. Rompiendo el tradicional protocolo, Isabel II marchó hasta el mismo trono con su bolso aferrado a su mano derecha. Cuentan sus íntimos, que el Launer no es para ella un simple complemento más de su outfit sino que es el protagonista absoluto. No sólo por lo que lleva dentro de él, sino porque la Reina lo utiliza como un recurso para transmitir mensajes urgentes a su equipo. Si Isabel cambiar repentinamente de mano su bolso quiere avisar que
se cansó de la conversación que está manteniendo y la orden es que le “retiren” de enfrente a la persona que tiene. Sostenida por la mano de su hijo, el príncipe Carlos (72), con Camilla (72) –con vestido, abrigo (con broche de cristal de roca que perteneció a la Reina Madre que es transparente y adquiere el color de la prenda sobre la que se lo coloca) y sombrero en color crema y los zapatos preferidos de Isabel II, los Chanel blancos con la punta en negro –, muy cerca, caminó, despacio pero con pasos firmes, hacia su trono de caoba y oro tallado con incrustaciones de cristal de roca y tapizado con terciopelo rojo y bordados. Un sillón que fue creado en 1847 por John Webb inspirado en el trono más antiguo que se conserva en Gran Bretaña de 1308. Desde allí presidió el primer, como viuda, evento oficial de su agenda y cumplió con los ritos de los lores pero rompió el protocolo manteniendo su Launer entre las trabajadas columnas de caoba del trono.