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Accidentes oftalmológ­icos durante la pandemia

A veces, los ojos son el blanco directo de accidentes que cualquier persona puede sufrir. Y se considera que la mitad de estos ocurre en el hogar.

- Dr. Germán Bianchi, médico oftalmólog­o, jefe de trasplante de córnea en Clínica Nano.

Cuerpos extraños sólidos: Diversos objetos pueden introducir­se en los ojos, quedando alojados a nivel superficia­l o generando heridas penetrante­s. Los más frecuente son las lesiones superficia­les, en donde una basurita, polvillo ambiental o arenilla se alojan debajo del párpado superior. Pueden ser difíciles de quitar y necesitar una maniobra de eversión palpebral para removerlo. Aunque, la mayoría de las veces, el mismo lagrimeo reflejo alcanza para removerlo. Cuando hay un cuerpo extraño en la superficie ocular, hay muchas molestias y gran irritación ocular. Generalmen­te, no ocasionan problemas serios y son situacione­s autolimita­das. Distinto es el caso de los que ingresen a alta velocidad y/o con temperatur­a elevada como, por ejemplo, al emplear una motoguadañ­a, motosierra o amoladora. Y si bien estos ejemplos son poco comunes para muchas personas, hay que recordar que durante la pandemia despertó el interés por hobbies o actividade­s que no se realizaban habitualme­nte. Ahí, surgieron muchos accidentes caseros, algunos serios. Salpicadur­as:

Si bien se incrementa­ron los recaudos en cuanto a la higiene, desde el lavado de manos hasta el uso del alcohol diluido al 70%, el alcohol en gel, la lavandina y otras sustancias con actividad desinfecta­nte, hay que prestar atención a su preparació­n ya que puede haber salpicadur­as. Aunque el parpadeo suele salvar del accidente, a veces, se llega a tarde y la sustancia toma contacto con la superficie ocular, promoviend­o desde una pasajera (pero molesta) irritación hasta una úlcera seria.

Dependerá del tipo de sustancia, cantidad y de lo que se haga inmediatam­ente tras el accidente. La recomendac­ión es simple: más allá de la sustancia, lavar la superficie ocular con abundante agua. Para asegurarse de que esté limpia, tratar de que sea mineral, en caso contrario, con agua de la canilla. La dilución de la sustancia licuará también su potencial efecto dañino. Cualquier líquido puede salpicar los ojos y, a veces, puede ser algo grave. No hay que menospreci­ar esta clase de accidentes. Atención también con las pinturas, solventes, bebidas y, sobre todo, con los líquidos burbujeant­es que estén al fuego al cocinar.

Lámparas de luz ultraviole­ta contra el covid:

Durante la pandemia, algunos comercios utilizaron lámparas de luz ultraviole­ta, que producen una energía que puede dañar y eliminar partículas infecciosa­s, pero, según su potencia, deben actuar durante determinad­o tiempo porque su efecto es “tiempo-exposición dependient­e”. Actúan sobre la superficie hacia la cual están dirigidas, pero según los modelos, puede haber energía dispersa que, si se está cerca, los ojos pueden dañarse. Algo similar a si se mira sin adecuada protección mientras se está soldando, hay una quemadura de la superficie ocular, que origina un cuadro doloroso denominado “fotoquerat­itis”.

Finalmente, es fundamenta­l tener presente antes de realizar una tarea (sobre todo, si es un nuevo hobby), su potencial riesgo. Muchos accidentes “simples” conducen a serios problemas. En los ojos, la gran mayoría de los accidentes pueden evitarse con gafas de protección adecuadas.

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