“ME SIENTO UNA PAISANA MAS”
PATRICIA BULLRICH CON CARISMA GAUCHESCO
Fue una fuerte señal, un símbolo político y social. Su presencia creó una atmósfera de adhesiones incondicionales y la sensación de que había “primereado” a muchos dirigentes que se perdieron esa foto. Quienes la ven como una estratega en este año electoral, quizá no se equivoquen. Pero muchos otros saben que, detrás de cada gesto, Patricia Bullrich (65) siempre es leal a sus principios. Nadie duda de que sabe comunicar políticamente a través de acciones que destacan en el plano mediático, pero es imposible que no cause empatía en la gente. Y hasta que se gane el respeto (disimulado) de sus adversarios. En el mediodía del 9 de julio, la presidenta del PRO llegó a San Nicolás, específicamente al acto en reclamo por las restricciones al sector establecidas por el Gobierno (entre las que se destaca el cepo a las exportaciones de carne), a pesar de que los organizadores habían pedido que los políticos se mantuvieran al margen.
La llegada de la ex Ministra de Seguridad fue imponente, sorpresiva, carismática. Llegó a caballo, lookeada como un gaucho más, acompañada por más de una decena de jinetes. Saludó a cada uno de los ruralistas y declaró ante las cámaras: “Estoy acá, festejando el 9 de Julio para levantar al campo, a la producción y a la patria”. También desde su cuenta de Instagram, Bullrich había expre
“Mi bisabuelo nos dejó el legado de cuidar la tierra; yo lo sigo y se lo pasé a mi hijo y a mis nietos. Siempre lo llevé en la sangre.”
sado: “Hoy es el Día de la Independencia. Y miles y miles de argentinos de todo el país vamos a defender la producción, la libertad y la República, la posibilidad de vivir en un país en el que cada uno pueda hacer realidad su proyecto”.
El impacto de su presencia, amplificado por la vestimenta que eligió y la fuerza que emanaba de cada uno de sus ademanes, no resultó indiferente. El mensaje llegó, a aliados y adversarios, a la burbuja de los políticos y a la sociedad… En una entrevista con CARAS, Bullrich se refirió al motivo de su asistencia a dicho acto.
—Patricia, ¿Qué significa en lo personal y en lo simbólico haber participado de esa mezcla de celebración patria con reclamo político?
—El 9 de Julio de 1816 es una fecha fundacional en la historia de la Argentina. 205 años más tarde, este 9 de Julio, empezamos a transitar otro momento bisagra, a fin de cambiar este oscuro presente. En San Nicolás fui a escuchar. Me traje muchos y variados reclamos del campo, de los productores, de los comerciantes, sobre el turismo, y pedidos sobre la educación. En definitiva, el ruego de un país que quiere salir de la decadencia e ir hacia el progreso. Seguiremos trabajando, aportando soluciones para salir de esta decadencia.
—¿Vestida de gaucho, a caballo, cómo se le ocurrió presentarse así?
—Hay gente que me invitó y acepté el honor. No fue una “ocurrencia”. Es sentido de pertenencia con la gente de campo. Esto lo llevo en la sangre. Acompañar la protesta fue algo totalmente natural para mí, sin ninguna carga partidaria. Mi bisabuelo, Honorio Pueyrredón, nos dejó el legado de cuidar la tierra, y yo lo sigo y se lo pasé a mi hijo y a mis nietos. Por eso soy una paisana más. Un grupo de familias me llevó el caballo, con gateado, un lindo caballito. Un lujo.
—¿Usted solía montar?
—Desde chica ando a caballo. —¿Le tocó uno mansito?
—Un animal bien domado. Pero vigoroso. Un caballo hermoso, realmente.
—¿Quién le suministró la ropa? —La ropa es mía, de hace años. Las bombachas de campo las compro en Tienda Sazarinni, Los Toldos, una casa de toda la vida en el pueblo. Los ponchos y los sombreros son una tentación irresistible para comprar. Tengo de todos los colores y de todas las provincias del país. Vestirme de gaucha es un alto honor que me identifica con aquellas mujeres de 1810 y 1816, que en tantas batallas acompañaron a San Martín, Belgrano y Güemes. Eran valientes y arrojadas. Dispuestas a dar la vida por la República Naciente.
—El festejo patrio coincidió también con los reclamos que le hace el campo al gobierno...
—Son pedidos totalmente justificados, a los que adhiero. Se trata de gente que produce y trabaja de verdad, que se siente perseguida y maltratada.
—¿Percibe que hay que recuperar la idea de Patria y que nos puede unir para salir adelante como país?
—No hay otra salida que esa. Cuando hablamos de Patria Argentina estamos sintetizando los mejores sentimientos de un pueblo sufrido, que lo único que desea es trabajo, paz y seguridad. Y eso tenemos que generarlo eficientemente.
—Con su presencia, la gente del campo se sintió muy respaldada... ¿Qué le decían quienes se le acercaban?
—Estar metida con la gente es algo natural y siempre me emociona. El respaldo es mutuo y total. Estas muestras de que estamos juntos y el aliento te dan una fuerza indispensable.
—¿Cuáles fueron las muestras de cariño que más la emocionaron?
—Son mimos muy necesarios, porque la batalla es durísima. Esas miradas dulces, expectantes, que te dicen: “Adelante, no aflojes”. Y yo les digo: “Sí, sí.” Ese es mi destino. Y no voy a aflojar.