MAXIMA REINO EN ALEMANIA
BRILLO CON REPETIDOS LOOKS
Su simpatía innata, su sonrisa amplia y sus ocurrentes comentarios la convierten en una Reina única. Pero su pasión por la industria de la moda y su costumbre de siempre apostar por más sin temor a desentonar llevaron a Máxima (50) a ser coronada también como la royal más fashionista de Europa. En sus días en Alemania junto al rey Guillermo de Holanda (54) concentró las miradas de mujeres y hombres por igual que elogiaron cada uno de sus outfits, no sólo por lo acertado de sus elecciones sino también por lo arriesgado en algunas ocasiones en las que se destacó con originales tocados, transparencias, llamativos colores y exclusivas joyas cargadas de historia que pertenecieron a su suegra, la ex reina Beatriz (82). Máxima nunca se paraliza ante nada y siempre va por más. Si de moda se trata también lleva la corona más grande entre las mujeres de la realeza. Y así lo demostró en su visita a Alemania, donde para asistir al concierto de la “Royal Concertgebouw Orchestra”, en Berlín, no dudó en rescatar su Valentino, el que había lucido en la comida posterior a la boda de Alberto de Mónaco (63) con Charlene Wittstock (43) diez años atrás. Un vestido strapples en encaje y tafetán celeste con cuatro bandas de pequeños volados y lo llevó con las mismas joyas que en aquel momento, un conjunto de collar con aguamarinas en forma de rombo y cuadrados con aros largos y rígidos que remataban en la misma piedra. Una llamativa joya que incluye diamantes engarzados en estilo Art Decó, que
recibió la reina Juliana de Holanda cuando celebró los 18 años y que fueron creadas por el joyero holandés Burnier en 1927. También el cinturón es una importante pieza del joyero real ya que es un broche baguette con pequeños diamantes, que pertenecieron a la abuela del rey Guillermo. Lo combinó con sandalias metalizadas de Aquazzura (de 750 euros) y un clutch de Dior. Y, para el último día en tierras alemanas, Máxima volvió a repetir un modelo por el que, aseguran, siente fascinación y es el vestidocapa que usó por primera vez hace ocho años, en un brillante tono azul, cuando su esposo Guillermo fue coronado como rey de Holanda. Durante tantos años sigue siendo fiel a ese modelo y precisamente fue su vestido-capa con estampado de flores sobre fondo aguamarina, de su diseñador preferido de la firma Natan –este también ya había lo lucido en su viaje a Indonesia en 2020– y que completó con cinturón de rafia de Max Mara (de 115 euros),
“La reina lució las joyas con diamantes que pertenecieron a su suegra Beatriz”.
una pamela de fibras naturales de la sombrerera Fabienne Delvigne y altísimos zapatos de gamuza de Gianvito Rossi que luego debió cambiar por unas balerinas (ya que los tacos no le permitían moverse cómodamente en una típica jornada alemana con intensa lluvia) de Jimmy Choo. Y lo acompañó con aros de oro amarillo y rosa con topacio, cuarzo ahumado y doce diamantes de 0,2 quilates de la joyería Ole Lynggaard y unas pequeñas orquillas de oro y diamantes en forma de espigas sosteniendo su cabello. En sus días en Alemania Máxima de Holanda volvió a dar cátedra de moda con su espíritu arriesgado y todo su glamour. Y, además, demostró que para ser elegante y brillar no hace falta estrenar looks en cada presentación. A ella le basta con rescatar alguna de sus exclusivas prendas que desde hace años atesora en su exquisito guardarropas. Creaciones de los más prestigiosos diseñadores del mundo a los que le suma su impronta y las invaluables joyas de su suegra.