VANESA DE NOBLE HERRERA Y SUS HIJOS EN MIAMI
Para Vanesa Defraceschi Sadi (44) sus dos hijos, Mora Eva (10) y León (6) fruto de su matrimonio con Felipe Noble Herrera (42) son el pilar de su vida. Abogada y especialista en Salud, es una referente solidaria e integra la Fundación Noble. En 2018, un tiempo después del fallecimiento de su suegra, la empresaria Ernestina Herrera de Noble y de su mamá, Hilda Sadi, sintió la pérdida de las dos mujeres más importantes de su vida. Para su marido también fue un momento duro ya que perdió a su madre, y a su suegra a quien consideraba una mamá. Hace dos años, se mudaron a la residencia de Martinez, que pertenecía a la icónica empresaria de medios, a quien los íntimos le decían Pitty. A principios de julio y como lo hacen todos los años, viajaron a Estados Unidos en familia. Primero estuvieron en New York por motivos laborales de ambos y luego fueron a Miami aprovechando el receso escolar de los chicos. Con su figura más afinada, su tono de piel cobre, los ojos oscuros enmarcados por pestañas tupidas Vanesa aprovechó para disfrutar con sus hijos en las playas de La Florida.
“Viajamos por temas laborales tanto de Felipe como mios. Y nos vacunamos. Asi como tenemos la obligación de pagar impuestos tanto en Estados Unidos como en Argentina, tambien tenemos derecho a vacunarnos en cualquiera de los paises. Lo hicimos acá y de paso, le cedimos nuestras vacunas a otro argentino. Nos encanta viajar en familia, Y rezamos todas las noches por la salud de todos”, dice Vanesa.
Para ella este es un momento pleno y especial de su vida. Durante la pandemia trabajó mucho en su parte interior, para enfrentar los procesos desconocidos, los miedos y la fortaleza para llevar adelante la familia y la ayuda al prójimo. Algo que vivió desde muy niña, ya que sus padres, siempre realizaron trabajos benéficos y ella lo vivió de cerca y hoy es un sentimiento que le transmitió con éxito a sus dos hijos, ya que Mora es muy colaboradora y siempre está dispuesta a ayudar, al igual que su hermano menor. “En este momento de mi vida, es muy profundo mi interior. Toda la familia y la gente que trabaja en casa contrajimos el Covid, todo ello lleva, por lo menos en mi caso, a tocar las fibras más profundas. A replantearte muchas cosas. Y ver donde pararte. Aunque a veces podes creer estar bien parado, viene una ola y te deja dando vueltas en la orilla del mar, buscando el norte. Considero que lo vivido a nivel mundial, fue un postgrado en materia de vida. Está el que quiere obtener el título y ejercer lo aprendido y al que no le interesa ni obtenerlo siquiera. Pero hay un nuevo paradigma de vida. Hay que cuidarse, cuidar al prójimo, y disfrutar cada momento. El que no disfruta el momento debería aprender a disfrutarlo. Es todo tan efímero. Mi padre decía: ‘El tiempo no pasa, nosotros pasamos por el tiempo’. Y es una gran verdad”, dice Vanesa.
Los proyectos solidarios de Vanesa continúan como siempre a pesar de la pandemia. Hasta se acentuaron. Desde Fundación Noble, con Juan Carr, con distintas Fundaciones y ONG,
o con amistades que son empresarios y conjuntamente hacen donaciones. “Como te decia antes, estoy con un profundo trabajo interior. Trato de hacer lo que me hace bien. Como sano, hago ejercicio a diario con nuestro entrenador Fernando Rolla, en Sport Club y tengo constancia. Vamos con un grupo de amigos que tenemos la misma edad. Nos alentamos entre todos. Y es fundamental que el entrenador, que es nuestro amigo, te sepa llevar. Fernando es un excelente profesor, fue campeón mundial de aeróbica de competición, hace que el ejercicio sea un placer y no un suplicio. Yo hago terapia con un gran profesional desde hace muchos años y eso me ayuda mucho. Retomé la lectura y me rodeo de seres libres de toxicidad. Siempre traté de ayudar a las personas tóxicas, si mejoraron genial, y si no, continuarán el camino por su propia elección. Soy positiva y me gusta hacer cosas. Nunca paro. No hay días ni horarios para que suene mi whatsapp, lleguen emails, llamados y hasta me llegan cartas. A través de todos ellos conozco gente maravillosa, Una de ellas es una señora que se llama Hilda, como se llamaba mi mamá. Es un encanto que me alienta a seguir con mi labor solidaria”, agrega la abogada.
En Miami, la familia disfrutó a pleno de un programa que les gusta a todos: ir a la playa y pasar largas jornadas de sol, mar y juegos. Otra de las actividades elegidas es andar en bicicleta todos juntos o ir a comer a un restaurante lindo.“Nos encanta ir a Tatore donde nos recibe Tere y Agus, dos excelentes anfitrionas quienes recibieron a Leo Messi y su familia hace unos días. En Nueva York luego de las reuniones laborales vamos a comer y no paramos de caminar para seguir conociendo lugares de esa maravillos ciudad que siempre te sorprende. Los dos aprendieron a disfrutar y a valorar lo que viven. Somos agradecidos a Dios. Noto que hay mucha gente que no sabe que hacer con su tiempo. Con unos minutos por dia, por semana o por mes podrían ayudar mucho, no es necesario desembolsar dinero. Si se comunican con Fundaciones u ONGs pueden consultar de que manera ayudar y allí los orientan. Ni se imaginan todo lo que se puede colaborar con el prójimo y la enorme gratificación que se siente al hacerlo”, concluye.
“Lo vivido en pandemia fue un postgrado en materia de vida. Hay quien quiere obtener el titulo y el que no le interesa ni intentarlo”.