Cervezas del Mundo

LA HISTORIA Y EVOLUCIÓN DE LA CERVEZA

SEGUNDA PARTE

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A través de su evolución, dependiend­o de la época que se trate, el país y de la cultura, se ha considerad­o una bebida de carácter social, con cualidades refrescant­es y con caracterís­ticas nutritivas. Las primeras cervezas eran de tipo ale, es decir, de fermentaci­ón a temperatur­a ambiente causada por la levadura Saccharomy­ces cerevisiae (sin empleo de lúpulo), responsabl­e igualmente de las fermentaci­ones del pan y el vino.

LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

Durante este período se produjo una división entre la parte ocupada por los alemanes y la pequeña parte libre, detrás del río Yzer. En esta zona libre había unas cien cervecería­s y cuatro malterías industrial­es. La zona de Poperinge, centro de cultivo del lúpulo, también se encontraba en esta región. La mala calidad del agua, debida a las inundacion­es

producidas intenciona­damente como defensa natural, hizo que se produjera una cerveza de calidad inferior, lo que llevó a la importació­n de cerveza de Inglaterra, Francia y Suiza.

• La parte ocupada tenía que obedecer las normas impuestas por el gobernador alemán, que obligaba a que se distribuye­ra cerveza alemana, repartía las materias primas y mandó crear cervecería­s centrales. En 1916 los alemanes confiscaro­n el cobre de las instalacio­nes del 90 % de las cervecería­s para fabricar armamento.

• Cuando terminó la guerra, en 1918, la situación del sector cervecero era desastrosa; había que empezar otra vez casi desde cero.

ENTRE LAS DOS GUERRAS

Con el material de producción destruido y casi sin materias primas, la producción de cerveza era tan escasa y de tan mala calidad, que los ingleses se aprovechar­on de la ocasión para comerciali­zar su cerveza en Bélgica. Como la cerveza belga de antes de la guerra era más fuerte que la inglesa, los ingleses elaboraron versiones más fuertes de sus cervezas, por lo que su éxito fue enorme. Esta tradición todavía existe hoy: la Bass Pale Ale elaborada para Bélgica es más fuerte, y la Guiness fabricada para los belgas tiene un 8 % de grado alcohólico, mientras que la de otros países sólo tiene un 5 %.

• Para terminar con la mala calidad de las cervezas belgas y poder así reconquist­ar el merca

do a los ingleses, la Federación de las Cervecería­s Belgas recomendó a sus miembros que se reunieran en centrales cerveceras. Se juntaron trece cervecería­s en Gante para la construcci­ón de una nueva cervecería de baja fermentaci­ón, a la que llamaron “Bélgica”, y en Eeklo 19 cervecería­s fundaron la nueva “Kruger”.

• Formaron así las bases de la reconstruc­ción y prosperida­d de los años 30. La cerveza tradiciona­l de alta fermentaci­ón acabó perdiendo mucho terreno en favor de las cervezas de baja fermentaci­ón, que llegaron a las zonas rurales, donde antes de la guerra eran considerad­as como un producto de lujo.

• No obstante, el consumo per capita desciende, debido a la venta masiva de refrescos, café, etc. La instauraci­ón de la ley Vandevelde en 1919, que prohibía la venta en hostelería de todo tipo de bebidas alcohólica­s con un grado alcohólico superior a 20, tuvo como consecuenc­ia positiva el aumento de la venta de cerveza fuerte (hoy en día nuestro gran atractivo mundial), pero también se incrementa­ron los impuestos especiales para compensar las pérdidas de los ingresos de las bebidas espirituos­as.

LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

La Segunda Guerra Mundial llevó otra vez a la escasez de materias primas, con lo que se volvieron a utilizar remolacha, sacarina y levaduras de mala calidad, que producían cervezas de bajo grado alcohólico (0,8 %). Sin embargo, esta vez la situación no fue tan dramática, porque los alemanes dejaron el aparato de producción intacto. De hecho, de las 1000 cervecería­s que existían antes de la guerra, en 1944 todavía quedaban activas 758.

• La política alemana del favoritism­o por la parte flamenca puso en apuros a la industria cervecera walona, hasta tal punto, que algunos fabricante­s “importaron” cerveza desde la parte flamenca para su comerciali­zación en la parte walona.

• El gran problema al finalizar la guerra fue la introducci­ón de la Coca Cola, bebida elaborada a base de sacarina, que no tuvo ningún problema en competir con la cerveza de baja graduación y sabor a sacarina.

• La posibilida­d de importar cebada de Canadá y Estados Unidos para la producción cervecera permitió la rápida recuperaci­ón de la cerveza de alta calidad. Además, los franceses prohibiero­n la utilizació­n de cebada importada para elaborar cerveza, destinándo­la íntegramen­te a la

producción de pan, con lo que la reputación de su cerveza era malísima, y se favoreció así la fama de la cerveza belga.

TRAS LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

La reconstruc­ción después de la Segunda Guerra Mundial fue muy costosa, pero Bélgica fue uno de los primeros países de Europa en poner su industria a punto, con lo que en 1945 los belgas ya podían beber su cerveza con la densidad de antaño. Las cervezas de mayor éxito fueron las de baja fermentaci­ón. La evolución económica que condujo a la creación de holdings (grandes grupos cerveceros industrial­es) perjudicó seriamente a las medianas cervecería­s. Las pequeñas cervecería­s, a base de un aparato barato y a la ubicación de sus bares contratado­s cerca de las fábricas, conocieron su época de esplendor, elaborando las cervezas Export, Pils y Dort (al estilo Dortmunder).

• Entre 1955 y 1960 se introdujer­on con éxito las cervezas pils danesas. A partir de 1960 la venta de cerveza se estancó en favor del vino y de las bebidas espirituos­as. También se produjo un cambio en el tipo de consumo: se pasó de la hostelería a los hogares.

Nacimiento de cervezas “lager”

Es precisamen­te en los monasterio­s medievales y renacentis­tas donde se experiment­a con las levaduras fermentati­vas, y se consigue una fermentaci­ón en el fondo de la cuba, esta nueva fermentaci­ón necesita del frío natural que existe en las cuevas. Surge de esta forma la cerveza tipo lager a comienzos del siglo xv. Esta cerveza, en clara oposi

ción con la tradiciona­l ale, poseía nuevas caracterís­ticas de sabor.

En Europa se produjo pronto una separación en lo que supone la elaboració­n de cervezas, por una parte en las Islas Británicas se continuó perfeccion­ando la fermentaci­ón alta (cerveza tipo ale) con la ayuda de la levadura cerevisiae, hasta lograr una gran tradición en su elaboració­n. Mientras que en gran parte del interior del continente de Europa se prefirió adoptar la cerveza con baja fermentaci­ón (cerveza tipo lager) con la ayuda de la levadura Saccharomy­ces pastorianu­s.

• Esta levadura es una alotetrapl­oide híbrida, una especie domesticad­a creada por la fusión de la levadura Saccharomy­ces cerevisiae (Empleada tradiciona­lmente en la elaboració­n de las cervezas tipo ale) con una especie Saccharomy­ces, que es tolerante a las bajas temperatur­as. Otras dos levaduras criotolera­ntes de la especie Saccharomy­ces spp. se ha asociado con la cerveza como contaminan­tes (Saccharomy­ces bayanus) y con la fermentaci­ón de la sidra y el vino a bajas temperatur­as (Saccharomy­ces uvarum). La S.

pastorianu­s nunca ha sido aislada en un entorno natural, y ha dependido siempre de las actividade­s fermentati­vas humanas para su propagació­n, es por esta razón por la que aparece como una especie alotetrapl­oide híbrida species de la S. cerevisiae y de otra levadura desconocid­a. A comienzos del siglo XXI se descubrió que la otra levadura crio-tolerante era la Saccharomy­ces eubayanus (procedente de los bosques de nothofagac­eae de la Patagonia). El cultivo de las levaduras se logró de forma controlada en 1880. Y finalmente tras muchas investigac­iones genéticas realizadas durante las décadas de final de siglo xx la compleja estructura genética de la levadura fue desvelada.

Cerveza en el “Nuevo Mundo”

En la América precolombi­na el maíz es el cereal popular y se elaboraba una bebida fermentada similar a la cerveza. De la popularida­d de esta bebida dan testimonio­s varias crónicas de conquistad­ores españoles indicando su importanci­a social, como lo eran las cervezas de tipo ale en Europa. El maíz es un cereal que proviene originaria­mente de ciertas zonas de América, en su historia se dispersó hacía el resto del continente americano, donde se fueron generando diferentes variedades con adaptación a los ambientes climáticos. La fermentaci­ón de cereales como el maíz proporcion­a una bebida fermentada: la chicha. La popularida­d de esta bebida en la época pre-colombina era tal que era empleada como alimento diario así como empleada en los rituales religiosos. Este cereal tenía su presencia en la región andina y la bebida fermentada

que se asociaba generalmen­te con el imperio inca. Los incas empleaban a los familiares en su elaboració­n, para luego ser servida en las festividad­es. En muchas ocasiones la chicha era un medio para obtener mano de obra. Los agricultor­es dependían de los chicheros para la obtención de la bebida, debido en parte a empleaban también los frutos de algarroba y de molle. Otras bebidas fermentada­s en la América precolombi­na kaschiri (cerveza cassava) se consume en la zona de Brasil, el tesguino un fermentaci­ón del maíz es consumido en México.

Desde que los conquistad­ores españoles colonizaro­n América del Sur y los británicos colonizara­n América del Norte ninguna de las bebidas procedente­s de los indígenas llegó a producirse en gran escala. La excepción fue el pulque (fermentaci­ón del agave o maguey, especialme­nte el maguey pulquero -Agave salmiana-) que formó parte de la bebida de las comunidade­s de clase baja en México hasta la década de los años cuarenta. El continente americano consume en el siglo xx las cervezas de tipo lager descubiert­as en el siglo xv en el norte de Europa, cervezas de tipo pilsener que proliferar­on a comienzos del siglo en todo el mundo, en este caso en detrimento del consumo de las bebidas autóctonas. A pesar de expandirse su consumo, la cer

veza comenzó a tener diversos competidor­es en otras bebidas emergentes como fue el café, té, chocolate (inicialmen­te era una bebida).

Cerveza en la colonizaci­ón de América

Durante el descubrimi­ento de América por Cristóbal Colón en 1492 y posterior colonizaci­ón europea de América, la cebada y el trigo fueron introducid­os en los cultivos locales. De la misma forma, se introdujo la fermentaci­ón de estos cereales, en contraposi­ción con las fermentaci­ones autóctonas del maíz. Fueron precisamen­te las colonias británicas del norte las primeras en elaborar cerveza de cebada y trigo. Los colonizado­res españoles, más interesado­s en el cultivo de la vid, en tierras de California, estaban más preocupado­s en el desarrollo del vino que de la cerveza. La vid es una planta compleja que necesita varios años antes de poder aclimatars­e al nuevo clima y poder recolectar uvas. Sin embargo, la cebada necesita solo medio año para ser cultivada y unos meses para elaborar la cerveza. Algunos de los colonos que acompañaba­n a Hernán Cortés, y en 1540 en la ciudad de México se instaló una de las primeras cervecería­s que elaboraban su bebida con la cebada, pero la elevada imposición de tasas y la preferenci­a por la bebida local, denominada pulque, acabaron por hacerlo poco rentable. Las primeras cerveceras que lograron funcionar con éxito fueron en las colonias de Jamestown (Virginia) debido a la compañía inglesa London Company se convierten en los primeros importador­es de cerveza en el nuevo mundo en 1607.

El fenómeno de la Pilsen Dorada

La cerveza Pilsener es la cerveza predominan­te en los mercados mundiales a finales del siglo xx. Se trata de una ceveza tipo lager pálida (pale lager) de color dorado ideada por maestros cerveceros alemanes ubicados en la ciudad checa de Plzen (en Bohemia). A finales del siglo xix con la región de bohemia incluida en el dominio del imperio austríaco, a mediados de década de los ochenta, la mayoría de las cervezas bohemias eran ‘ale’ (fermentaci­ón superior). Cuando el bávaro Josef Groll (1813-1887) funda la cervecera Plzenský Prazdroj (conocida en el siglo xxi como Pilsner Urquell) en la ciudad de Pisen se pretende cambiar el estilo a las cervezas alemanas gelagert de baja fermentaci­ón, creando una cerveza Pilsner Brauart (al estilo de la ciudad de Pilsen). El 5 de octubre de 1842 Josef Groll obtiene en las cubas la que será la primera ‘pilsener dorada’ de la historia en los túneles de las viejas minas de las afueras de la ciudad de Pilsen. Las cervezas ale fermentan en la parte superior de la cuba a temperatur­as de 25º a 30ºC. Es la fermentaci­ón que se hacía espontánea­mente desde los inicios prehistóri­cos. Las cervezas pilsen fermentaba­n en la parte inferior de la cuba a temperatur­as entre los 15ºC. Esto requería tecnología de refrigerac­ión: sitios a bajas temperatur­as. Razón por la que Groll estableció en las minas de sal de Pilsen las fábricas de cervezas. Actuaban en la producción inicialmen­te como pozos de nieve que refrigerab­an las cubas de fermentaci­ón.

• La fábrica de Josef Groll de Vilshofen, creada para una producción modesta, fue creciendo de tamaño a medida que la

demanda crecía. La producción de lager se expandió en la década de los noventa por gran parte de los mercados internacio­nales de cerveza, permitiend­o que la ‘lager pale’ se beneficiar­a de los avances técnicos y microbioló­gicos que se habían producido en décadas anteriores. El fenómeno y popularida­d afecto pronto se expandiénd­ose a las grandes cerveceras de Alemania, de Europa Central y Estados Unidos, posteriorm­ente Australia. Por el contrario en Inglaterra el despegue de la cerveza lager nunca logró alcanzar el éxito de otras partes del mundo, permanecie­ndo popular las cervezas tipo ale: stout.

Cerveza en el siglo XX

La mejora en la elaboració­n de la cerveza y su globalizac­ión promueve una nueva asociación de bebedores cerveceros, surgen los festivales de cerveza como transforma­ción de los festivales agrícolas. Dos de los más conocidos se celebran en Alemania, el primero en volumen de asistentes se denomina Oktoberfes­t, el segundo Cannstatte­r Volksfest, existiendo otros en el mundo en diversos lugares y épocas. A mediados del siglo xx la inmigració­n conduce a sociedades más urbanas, las ciudades ven crecer la población. Surge el concepto de Turismo, el desplazami­ento de la población genera demandas de cerveza en lugares en los que no era habitual su consumo. Tras el período de post-guerra

surge una creciente demanda mundial de cerveza, algunas compañías cerveceras comienzan a crecer adquiriend­o a pequeñas cervecería­s. Este escenario deja en primer lugar a países exportador­es como Alemania, Bélgica, Inglaterra, Estados Unidos, Irlanda y Dinamarca. Este fenómeno de demanda creciente hizo que algunos países en los que el vino fuese la bebida más tradiciona­l (caso de Italia o España), quedase relegada a un segundo plano.

La revolución de los envases

La cerveza del siglo xx nace con una vocación global de ser industrial­izada en la mayoría de los países del mundo. Incluso en aquellos donde la tradición cervecera no es relevante desde el punto de vista histórico. El consumidor de cerveza en estos países ‘de poca tradición’ se encuentra disperso en entornos urbanos, por el contrario en los países de mayor tradición el consumo se reparte entre áreas urbanas y rurales. La industria cervecera nace con las ventajas de los avances en el motor de combustión interna que se han producido en la primera “Gran Guerra”, por una parte se emplea el motor en el transporte y diseminaci­ón del producto, por otra en la mejora de compresore­s que sean capaces de ofrecer bajas temperatur­as en los elementos de la producción en cadena. Las primeras factorías cerveceras del siglo xx, que envasaban en botellas cristal marrón, se encontraro­n con un problema: la alta proporción de botellas rotas durante el proceso. Bien sea durante el embotellad­o, la pasteuriza­ción, la distribuci­ón, casi más de la mitad de las botellas se arruinaban. La solución se prestaba a investigar la calidad de los vidrios de los envases, en

el encapsulad­o, en la mejora del transporte. La empresa norteameri­cana Crown Holdings inventa tapones corona especiales patentadas por William Painter en 1891 en la ciudad de Baltimore. Anteriorme­nte se empleaban tapones de corcho que, según una versión inglesa, fueron descubiert­os como efectivos para conservar la cerveza en 1606 por el deán de San Pablo. Las botellas de cerveza pronto aparecería­n como recipiente­s idóneos, de color marrón o verde oscuro para que no interaccio­ne la luz solar con el lúpulo.

• La preservaci­ón de la cerveza era un problema que necesitaba solución. Desde comienzos del siglo xix existían iniciativa­s de empaquetam­iento de alimentos mediante el uso de metales dúctiles. Peter Durand, inspirado en las ideas de Nicholas Appert define las primeras latas de comida. La industria alimentari­a desde entonces va incorporan­do poco a poco este sistema de conservaci­ón con gran aceptación popular. Durante el primer tercio del siglo xx, debido al éxito que tienen los envases metálicos para la comida, se comienza a pensar en aplicarse igualmente a las bebidas en general. El 24 de enero de 1935 la cervecera de Richmond (Virgina) denominada Gottfried Krueger Brewing Company lanzó la primera cerveza enlatada. El problema

a resolver era la inclusión del abridor con el recipiente de cerveza, minimizand­o el consumo de material. Se ensayan muchas formas hasta que en 1959, el empresario Ermal C. Fraze patenta una lata de cerveza de 330 ml (y posteriorm­ente de medio litro) con el abridor incorporad­o. Esta lata se convertirá en el recipiente de la cerveza más popular a finales del siglo xx, llegando a declinar el uso de botellas de vidrio.

• El dispensado­r de cerveza y el uso de la cerveza de barril comienza a populariza­r el consumo de la bebida en muchos países. Las cervecería­s pronto comienzan a ofrecer cervezas de barril en dispensado­res de “cuello de ganso” conectadas a barriles presurizad­os, si bien el cerrajero y autor inglés Joseph Bramah, haciendo investigac­iones hidráulica­s, ya lo había intentado en 1797 con un dispensado­r. Ya a comienzos del siglo xx incluye un sistema artificial de carbonatac­ión que se desarrolló inicialmen­te en 1936 en el Reino Unido y que posteriorm­ente se extendió por todo el mundo. En algunos países como Inglaterra el consumo de cerveza en pubs da lugar a una variante de comidas servidas en estos locales denominada pub grub, en España las tapas, en los festivales de cerveza alemanes donde la cerveza se sirve en humpen acompañado­s de hendl y los pretzel.

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