Luoyang: capital milenaria y ciudad de peonías
uoyang, en la provincia central china de Henan, obtuvo ese nombre en honor a su ubicación al norte del río Luohe, un afluente del río Amarillo. En la China antigua, esta ubicación, o cualquier lugar situado en la parte sur del pie de una montaña, era considerada como yang (a diferencia de yin, que significa “el lado soleado”). Fue así que Luoyang recibió su nombre.
Para la nación china, el río Amarillo es más un manantial que un río, y Luoyang, punto central a lo largo de su recorrido, es considerada la cuna de la civilización china. Después de la dinastía Xia ( 2070- 1600 a. e. c), muchas dinastías establecieron sus capitales en Luoyang. Al menos 100 emperadores – incluida la famosa y única mujer soberana gobernante, Wu Zetian ( 624- 705), también llamada emperatriz Wu de la dinastía Tang– establecieron cortes y regímenes allí. Junto con Xi’an, Nanjing y Beijing, Luoyang fue una de las cuatro antiguas capitales de China.
Luoyang, alguna vez centro político, económico y cultural de China, donde se desarrolló la cultura Heluo, solía ser considerada como la fuente de la civilización china. Debido a su clima agradable y cuatro estaciones, Luoyang es conocida por sus peonías y sus dos parques geológicos de clase mundial.
La misteriosa cultura Heluo
“He” hace referencia al río Amarillo, considerado tanto la madre de la civilización china como la fuente de su cultura, mientras que “luo” hace alusión al río Luoshui. La cultura Heluo se originó en la confluencia de estos ríos.
La mítica dinastía Xia, establecida en el siglo XXI a.e.c, fue la primera dinastía hereditaria en la historia de China. Su palacio imperial y centro de actividades estaba ubicado alrededor de Luoyang. Fue aquí donde los primeros documentos históricos de China, Hetu y Luoshu, fueron enterrados y descubiertos.
¿Cuál era la configuración original de Hetu y Luoshu? Han pasado tantos milenios que no existe una respuesta definitiva. Registros históricos y otras reliquias que han sobrevivido hasta hoy sugieren que estos fueron desarrollados durante el periodo inicial de la humanidad. Los chinos antiguos grabaron imágenes de fenómenos naturales en conchas de tortuga y huesos de animales, para luego calentarlos y ver cómo los materiales se agrietaban alrededor de estos pictogramas. Esta fue la primera forma de adivinación en China. El tradicional y clásico El libro de los cambios evolucionó a partir de estas prácticas arcanas en Luoyang.
El clásico confuciano El libro de los cambios, a la vez que reúne la esencia de la sabiduría de los antiguos chinos, es también el origen teórico de la filosofía natural y de las prácticas humanísticas en las culturas chinas tradicionales. A través de la historia, la obra ha generado un profundo impacto político, económico y cultural en la nación. En la civilización humana temprana, al no tener explicaciones científicas para algunos de los fenómenos naturales, sociales y fisiológicos, los antiguos chinos recurrían a los dioses para predecir el futuro y así obtener ventajas y evitar perjuicios. El libro de los cambios solía ser tratado como un texto que representaba a la perfección la voluntad de los dioses. Fue de este modo que el texto pasó de ser un medio para la adivinación a una filosofía sobre la correcta administración de los asuntos estatales que garantizaba la seguridad nacional. También constituía un modelo para el comportamiento humano apropiado y las características encomiables.
A finales de la década de 1950, unos 30 km al este de Luoyang, los arqueólogos descubrieron el yacimiento Erlitou, que data de 1750-1500 a.e.c, un periodo paralelo a la dinastía Xia, según los registros antiguos. Las excavaciones permitieron descubrir viviendas cotidianas, palacios, cerámicas, talleres de fundición de cobre, bodegas, cavernas y tumbas. El sitio también contenía un gran número de vasijas y utensilios, incluyendo objetos en piedra, cerámica, jade y bronce, así como implementos en cuerno y objetos en concha de almeja. Entre ellos se encontraba el jue de bronce de tres patas y asas redondeadas, el primer recipiente conocido de vino. Se cree que Erlitou es el yacimiento de la capital imperial más antigua de China.