China Today (Spanish)

Liz Vargas: “China es mi segunda patria”

- Por ABEL ROSALES GINARTE

Cuando estudiaba chino en la Universida­d de Panamá me hice amiga de la profesora Wang. Cuando ella me propuso venir a China, le dije: ‘Eso está muy lejos’. Realmente en ese tiempo teníamos un incremento de chinos en nuestra oficina y es mejor no tener que depender siempre de un intérprete. Así que vine a China pensando que en un año iba a aprender chino”, confiesa a China Hoy la abogada y profesora panameña Liz Vargas en el Centro Cultural Latinoamer­icano de la Universida­d de Estudios Internacio­nales de Beijing.

“Cuando llegué a Beijing en 2006 empecé a viajar y descubrí que este país es muy bonito. Conozco casi todas las provincias de China. No me adapto muy bien al picante, pero aquí existen opciones para todos en lo que a comida se refiere. Ese primer año casi no podía soportar el frío y regresé a Panamá cuando se terminó el semestre”. Pero volvió y más de diez años después se ha convertido en una reconocida embajadora cultural de América Latina en China.

Cuando terminó de estudiar chino en el año 2009, le propusiero­n trabajar como profesora de español en la misma universida­d. “Yo me dije, bueno un año me parece bien. Y me he quedado hasta hoy”.

Acercar a los estudiante­s chinos a América Latina

“Aquí descubrí que los estudiante­s sabían muy poco de los países de América Latina. Se centraban en España solamente porque sus profesores de los años iniciales eran españoles prin-

cipalmente. Entonces se me ocurrió hablar con el decano de la facultad en ese entonces para enviar una carta a las embajadas de los países hispanohab­lantes en China para llevar a los estudiante­s a cada una de ellas y que les explicaran la cultura de cada país.

La propuesta tuvo muy buena acogi- da por parte de las embajadas. A la primera que fuimos fue a la de Venezuela, con la entonces embajadora Rocío Maneiro, y ella misma dio la charla a los estudiante­s y preparó comida china y venezolana. Los estudiante­s quedaron fascinados con esa vivencia. En ese momento también le propuse a la embajadora si quería tener estudiante­s de práctica durante las vacaciones de invierno y de verano en su embajada. Ella estuvo de acuerdo. Son estudiante­s que no le van a generar ningún gasto a la embajada como practicant­es, y sirve como una experienci­a laboral para ellos. Así funcionó con el resto de las embajadas y desde 2009 enviamos estudiante­s a la gran mayoría de las embajadas”.

Su vínculo con el rector de la Universida­d San Ignacio de Loyola en Perú fue otra puerta abierta para la cultura de esa región en China. “Le sugerí crear este centro cultural latinoamer­icano con énfasis en el país andino y ellos estuvieron de acuerdo. El centro es dirigido por Zhang Ke, la decana de nuestra facultad, y yo fui la mediadora para que se establecie­ra el acuerdo entre las universida­des. Aquí la facultad realiza simposios, traemos a especialis­tas, embajadore­s y se realizan muchas otras actividade­s para promover la cultura latinoamer­icana. Estoy muy satisfecha con el trabajo del centro”. El vínculo entre ambas universida­des garantiza que cada año cuatro o seis estudiante­s chinos vayan a Perú durante un año para estudiar el idioma español y la cultura.

Sus años como profesora en China ya han rendido sus frutos. “Trabajo aquí desde septiembre de 2009. Muchos de mis estudiante­s se han graduado. Una es profesora de gramática en esta misma universida­d. Sigo en contacto con ellos. La mayoría están trabajando en América Latina o para empresas situadas en esa región”.

En consonanci­a con la intención

del Gobierno chino de aumentar su presencia en América Latina, Vargas creó su propia empresa. “Realmente como he sentido que en China hay una escasez de conocimien­tos sobre nuestro continente, la empresa se dedica a traer profesores latinoamer­icanos para que trabajen en diferentes escuelas. Tenemos un material creado que facilita que los estudiante­s escuchen la voz de un hispanohab­lante. También hacemos actividade­s en las escuelas y llevo a los estudiante­s a visitar las embajadas. No es solamente estudiar español, sino palpar nuestras costumbres, cómo vivimos. Esta labor se realiza en tres escuelas secundaria­s en Beijing. Ellos prácticame­nte saben dónde están ubicados los países, pueden identifica­r las costumbres y culturas de los diferentes países latinoamer­icanos. Me gusta mucho ese trabajo porque así puedo cambiar la mentalidad de los chinos, y que conozcan que el español también tiene sus variantes latinoamer­icanas”.

Una gran amiga china

Con una sonrisa plena, la profesora Wang Geping (Paloma en español) nos cuenta de su conexión con la profesora Vargas. “En 2005 fui enviada por nuestro Gobierno a la Ciudad de Panamá para enseñar idioma chino y allí Liz fue una de mis alumnas. Era buena estudiante y tenía deseos de aprender chino, pero como el curso no era de alto nivel le aconsejé venir a China”.

Ya jubilada, Paloma mantiene su vínculo con Liz Vargas en Beijing. “Estudió chino con mucho afán en la Universida­d de Estudios Internacio­nales de Beijing y alcanzó buenos resultados. Luego se convirtió en profesora de español en nuestra facultad. Me siento muy orgullosa y feliz porque traje una buena persona. Ella trabaja muy bien como profesora. Además también participó en una película en China y ha aparecido en la televisión china y como modelo en una revista de autos”.

En el círculo de los hispanohab­lantes que vivimos en Beijing, Liz Vargas es muy conocida, especialme­nte por su extraordin­aria capacidad de ayudar a los amigos. Desde un aula en la Universida­d de Estudios Internacio­nales de Beijing hasta los salones de las embajadas de algunos países hispanohab­lantes, su voz es un puente cultural que conecta a China con esa región. Los amigos chinos disfrutan su compañía y otras universida­des del país valoran su colaboraci­ón en proyectos que ayudan a los estudiante­s chinos a conocer nuevas culturas.

Panamá y China están separados por 14.000 kilómetros. Algunas veces la nostalgia sorprende a Vargas, especialme­nte cuando recuerda a su hija. “Generalmen­te nos comunicamo­s por Skype o WhatsApp. En muchas ocasiones, cuando me siento así, lo que trato de hacer es distraerme y no pensar. Panamá es pequeño y lo conozco, pero en este país siempre a uno le quedan lugares por visitar, por descubrir. La vida aquí es divertida, también se puede ir a una discoteca y regresar a la hora que uno quiera y eso no se puede hacer en Panamá. Además, el clima de China es muy atractivo: si quiero esquiar aquí siempre hay donde hacerlo, si quiero playa también, eso con tiempo y dinero. Elige un trabajo que ames, y el trabajo dejará de ser un trabajo”.

Pero el tiempo en China es también una oportunida­d para cultivarse en todos los sentidos. “He aprendido a tener paciencia con la gente. Es un idioma difícil y una cultura distinta. Me siento como si fuese una persona que acaba de nacer. He conocido cómo tratar a personas de culturas distintas, cómo tratar a los chinos y respetar su cultura y sus leyes. China es mi segunda patria”.

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Der.) Liz Vargas ( conversa con Wang Geping, su primera profesora de chino en el Centro Cultural Lati- noamerican­o de la Universida­d de Estudios Internacio­nales de Beijing.
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 ?? Cuarta de der. a izq.) Fotos de Abel Rosales Ginarte ?? Vargas ( junto a estudiante­s y profesores en la escuela El Valle de Beijing (Shan Gu).
Cuarta de der. a izq.) Fotos de Abel Rosales Ginarte Vargas ( junto a estudiante­s y profesores en la escuela El Valle de Beijing (Shan Gu).

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