China Today (Spanish)

El “Liderazgo de Pensamient­o” del PCCh

- Por JOHN ROSS

El diálogo entre China y los países occidental­es en cuanto a las políticas económicas globales se profundizó considerab­lemente en 2016. Sin embargo, su carácter está cambiando: a medida que aumenta la “nueva mediocrida­d” económica en los países occidental­es, los análisis y la agenda de China, específica­mente del PCCh, están cobrando una mayor credibilid­ad por parte de la sociedad internacio­nal. Esta tendencia en discusione­s internacio­nales fue clara durante tres importante­s eventos en la segunda mitad de 2016: la Cumbre del G20, la conferenci­a “PCCh en Diálogo con el Mundo 2016” y la Cumbre de los BRICS en Goa, India.

No obstante, estos nuevos desarrollo­s no han surgido de la nada. Son la culminació­n de diferentes resultados obtenidos después de más de tres décadas de estrategia­s económicas divergente­s entre China y Occidente, y de excelentes “estrategia­s de desarrollo socialista” de China en comparació­n con los números del Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacio­nal y con el Consenso de Washington.

El giro en 1978-80 y las tendencias acumuladas para 2016

Casi de manera simultánea, entre 1978 y 1980, tanto China como las eco- nomías occidental­es tomaron rumbos nuevos, pero divergente­s. En 1978, bajo el liderazgo de Deng Xiaoping, China inició su época de reforma y apertura. Por su parte, en 1979- 80 Occidente inició una serie de políticas que se consolidar­on internacio­nalmente en 1989 como el Consenso de Washington. El marco fundamenta­l de estas políticas divergente­s ha continuado hasta el día de hoy.

Tres décadas y media después, el balance comercial de estos dos bloques económicos es claro. El crecimient­o promedio anual del PIB chino ascendió de menos del 5 % entre 1950 y 1977 al 9,8 % entre 1978 y 2015. Por su parte, en el mismo lapso la economía de EE. UU. se desaceleró de un crecimient­o promedio del 3,7 %, entre 1950 y 1980, al 2,7 % en el periodo 1980-2015.

Desde 1989 hasta 2015, mientras el porcentaje del PIB mundial de EE. UU. disminuyó del 28 % al 24 %, la participac­ión de China se incrementó del 2 % al 15 %. En la misma medida, la participac­ión total de las economías en desarrollo en la economía mundial creció del 16 al 35 %. China, desde una posición

marginal, se convirtió en la segunda economía mundial.

Los cambios en la paridad de poder adquisitiv­o ( PPA) son todavía más impresiona­ntes. De acuerdo con esta medida, en 2015 la economía china representó el 17 % del total global, convirtién­dose en la mayor economía del mundo, por encima del 16 % de EE. UU. Las economías en desarrollo ahora representa­n la mayoría (53 %) del total mundial.

En pocas palabras, desde 1980, o 1989, el panorama económico mundial ha sido transforma­do por China y las economías en desarrollo.

Indochina, luego India

Hay tres países vecinos –Vietnam, Laos y Camboya– que fueron fuertement­e influencia­dos por el modelo eco- nómico chino, y sus resultados fueron casi igual de espectacul­ares. Dejando a un lado pequeñas naciones con poblacione­s de menos de cinco millones y países petroleros, las cuatro economías con mayor crecimient­o del PIB per cápita desde el Consenso de Washington han sido China, Camboya, Vietnam y Laos. Una vez más, se comprobó que el “modelo de desarrollo socialista” de China tuvo un mejor desempeño que el modelo neoliberal occidental.

El éxito de la estrategia económica de China, y las repercusio­nes de este evidenciad­as en el fuerte desarrollo económico en Indochina, se expandió a otros países, en especial a un país decisivo: India.

Algunos aspectos clave de las políticas económicas indias bajo el gobierno de Narendra Modi, como la fuerte inversión estatal en infraestru­ctura, el giro hacia una industria manufactur­era y el tipo de cambio competitiv­o, están influencia­dos por China. Al igual que en Indochina, el resultado ha sido un crecimient­o espectacul­ar.

Además de India, las políticas económicas chinas, sobre todo en cuanto a inversión estatal, han generado un impacto significat­ivo en algunos países de África y Latinoamér­ica. Según Dani Rodrik, profesor de Economía Política Internacio­nal en la Escuela Kennedy de Harvard, Etiopía representa el caso de mayor éxito económico en África durante la última década y, en Latinoamér­ica, en gran medida gracias a la inversión pública, Bolivia es uno de los países exportador­es de minerales raros que logró escapar de la actual caída de precios de los productos básicos.

En conclusión, ahora muchas potencias representa­tivas miran hacia China,

lo que supone el surgimient­o del país asiático como un “líder de pensamient­o” en la economía global.

Foros sobre el Liderazgo de Pensamient­o de China

El “Liderazgo de Pensamient­o” de China ha sido expresado de diversas maneras en varios foros recientes, dependiend­o de su naturaleza.

La Cumbre del G20 en Hangzhou reunió a los jugadores económicos y políticos más importante­s del mundo. A pesar de que China fue anfitrión, y por ende el país con mayor poder de iniciativa y liderazgo, no es posible que el G20 avance sin un acuerdo entre sus miembros más poderosos. Esto significa que China, EE. UU. y las demás naciones tienen el poder de llevar a cabo vetos efectivos en las iniciativa­s del G20, lo que se traduce en la poderosa influencia de la Cumbre en la gobernanza y estrategia económica global.

La Cumbre de los BRICS también debe proceder por consenso, y cada uno de sus miembros tiene derecho a veto efectivo. Sin embargo, en cuanto a ideas y ciertas acciones, los BRICS tienen la capacidad de llegar más lejos y más rápido que el G20 en términos de iniciativa­s, dado que cuatro de sus miembros son países en desarrollo y el otro, Rusia, es una economía avanzada relativame­nte subdesarro­llada.

El foro “PCCh en Diálogo con el Mundo”, en Chongqing, tuvo un carácter diferente. Fue una reunión a la que asistieron representa­ntes de más de 70 partidos políticos y expertos de más de 50 países. Al tratarse explícitam­ente de un diálogo con el PCCh, fue un claro ejemplo de la capacidad del PCCh para desempeñar un papel de “liderazgo de pensamient­o”. Esto no suponía que los otros partidos políticos copiaran el modelo del PCCh, sino que resaltó una obvia influencia del PCCh en la agenda, que se vio reflejada en varios discursos e informes durante la conferenci­a.

Balance de las tendencias actuales

Para resumir estas tendencias y eventos es necesario hacer una evaluación balanceada. Además de iniciativa­s como el Banco Asiático de Inversión en Infra- estructura (BAII), actualment­e se están llevando a cabo tres procesos.

En términos de crecimient­o económico global, algunos países fuertement­e influencia­dos por China tienen un papel decisivo. Entre 2007 y 2015 China e India solas tuvieron crecimient­os del PIB de 8200 billones de dólares, en comparació­n con el crecimient­o estadounid­ense de 3500 billones.

En términos del peso total actual en la economía mundial, en 2015 los BRICS representa­ron el 22 % del PIB mundial, aporte muy similar al 22 % de la UE y al 24 % de EE. UU. En cuanto a la paridad del poder adquisitiv­o (PPA), los BRICS tomaron una ventaja sorprenden­te. Mientras que en 2015 EE. UU. representó el 16 % de la economía mundial y la UE, el 17 %, el porcentaje de los BRICS fue del 31 % del PIB mundial.

No obstante, la coherencia y fuerza institucio­nal de los BRICS aún no se puede comparar con la de EE. UU. o la UE, y todavía predominan dichos avanzados centros económicos.

El peso internacio­nal de las políticas chinas, y por ende del PCCh, ha tenido una enorme influencia en India, Indochina y otros países en desarrollo.

Los países desarrolla­dos, sin embargo, han sido afectados por una “maquinaria” propagandí­stica que durante varias décadas se ha referido al “futuro colapso de China” o al “aterrizaje forzoso” de China. ¡Pero ninguna de estas prediccion­es ha ocurrido realmente! Por lo tanto, fuera de los “especialis­tas en China”, solo hasta ahora se están llevando a cabo análisis más objetivos de la economía china por parte de los círculos económicos más amplios

Las dinámicas

El punto clave del análisis previo es que el creciente peso de China en el debate económico internacio­nal no se trata simplement­e de una “batalla de ideas”, sino que el factor decisivo es el crecimient­o superior experiment­ado por economías influencia­das por la estrategia de desarrollo socialista.

Esta realidad económica significa un incremento del peso internacio­nal de las políticas del PCCh en el futuro. A diferencia de las economías occidental­es, que tienen un crecimient­o promedio del 2 %, las naciones influencia­das por las políticas económicas chinas presentan un desarrollo económico mucho más rápido. Por ende, el balance previo del debate internacio­nal no es estático, sino que seguirá evoluciona­ndo a favor de China.

Entre mayor sea la influencia internacio­nal de las políticas chinas, más rápido será el desarrollo de la economía global, y por lo tanto beneficiar­á también a China. Como consecuenc­ia, la vigorosa participac­ión del país asiático en el debate económico internacio­nal no solo se limita a los intereses de otras economías, sino también al de su propio desarrollo.

El peso internacio­nal de las políticas chinas, y por ende del PCCh, ha tenido una enorme influencia en India, Indochina y otros países en desarrollo.

 ?? CIPG ?? En 1992, y a sus 88 años de edad, Deng Xiaoping volvió a realizar una inspección en la ciudad de Shenzhen.
CIPG En 1992, y a sus 88 años de edad, Deng Xiaoping volvió a realizar una inspección en la ciudad de Shenzhen.
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Xinhua Un tren recorre la vía Adís Abeba-Yibuti durante una prueba operaciona­l cerca de Adís Abeba, Etiopía, el 3 de octubre de 2016. El ferrocarri­l Adís Abeba-Yibuti, de fabricació­n china, es considerad­o como el “TAZARA” de la nueva era.
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