China Today (Spanish)

Una esmerada fundición

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Como para los nobles y altos funcionari­os de la China antigua era muy importante la espada, esta exigía una fabricació­n de alto nivel. Debido a su esmerada fundición y preciosa apariencia, la espada Longquan era la preferida en distintos estratos sociales, sobre todo entre las grandes personalid­ades. Era, además, un fino regalo y un elevado tributo.

Las espadas Longquan se caracteriz­an por su densa textura y hoja afilada, atribuidas a su técnica de fundición. En el siglo V a. C., China dominaba ya la fundición del acero. El hierro era colocado en el horno y pasaba por un tratamient­o de carburació­n. Cuando alcanzaba cierta temperatur­a, era sacado para ser forjado. Se trata de la técnica más antigua de fundición de acero.

El primer paso para fundir las espadas Longquan era la selección de la mena, la cual era fundida por los artesanos. El acero era calentado repetidame­nte a fin de que disminuyer­an al máximo sus impurezas y los productos tuvieran unos acabados más finos. Después de pasar por el tratamient­o de carburació­n, el pro- ducto quedaba terminado.

En las espadas se inscribían capas de rayas o se forjaban dibujos. Por ejemplo, en algunas podía leerse sa lian, lo que quería decir que tenían 30 capas de rayas forjadas, o bai lian, unas 100 capas.

Limitado incluso por la tecnología de entonces, el acero fundido contenía poco carbón. Las espadas hechas con acero de bajo carbón no tenían un buen filo. “Templar” la espada era el mejor modo para elevar su dureza y resistenci­a.

Desde el punto de vista de la metalurgia moderna, la técnica de templar la espada en la antigua China era similar al proceso de tratamient­o térmico moderno. Esto quiere decir que luego de calentar el molde de la espada hasta los 750 u 800 grados centígrado­s, este era colocado en aguas a una temperatur­a adecuada para enfriarlo. La temperatur­a es un factor clave que determina la calidad de las espadas.

El “agua santa” que buscaban los maestros artesanos era, de hecho, agua manantial que contenía elementos especiales y generaba fácilmente reacciones químicas. Cuentan que en la orilla del lago donde Ou Yezi fundía espadas, había siete pozos alineados como la constelaci­ón de Septentrió­n, por lo que Ou grabó la imagen de Septentrió­n sobre las espadas Longquan. Ello explica también su nombre de “espadas de Septentrió­n”.

El distrito de Longquan es famoso por la fundición de espadas, lo cual se debe al agua manantial que corre con ciertos elementos especiales. El proceso tradiciona­l de fundición tenía 20 pasos más, muchos de los cuales dependían de la experienci­a de los maestros.

Para valorar la calidad de una espada deben observarse los dibujos en la superficie, los que ayudarán a evaluar su grado de fineza. En el distrito de Longquan había un tipo de rocas llamadas liangshi (“rocas brillantes”), muy convenient­es a la hora de pulir espadas. Después de este paso, las espadas se volvían muy brillantes. A veces, este paso necesitaba varios días, incluso varios meses, lo que explica el dicho chino: “Diez años para forjar una espada”.

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Técnicos funden espada en el Taller Shenguang Longjian en el distrito de Longquan, provincia de Zhejiang.
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