China Today (Spanish)

El cambio climático no reconoce posturas políticas

Puede que nunca exista un acuerdo completo sobre el tema, pero la política no debe impedir que el mundo actúe rápidament­e

- Por GEORGE VASSILIOU*

El cambio climático ha ocupado titulares en el mundo en los últimos años con tragedias que han afectado a millones de personas. La respuesta de algunos políticos populistas ante tales sucesos, sobre todo la del presidente de Estados Unidos, ha sido negativa. En 2017, el presidente Donald Trump anunció que no respetaría el Acuerdo de París, el cual había sido respaldado por su antecesor, Barack Obama, y fue muy crítico con el Fondo Verde del Clima, establecid­o en 2010 para precisamen­te ayudar a la implementa­ción de dicho acuerdo.

Años costosos

El clima, sin embargo, no reconoce posiciones políticas. En 2017, Estados Unidos vivió el año más costoso de su historia, con 300.000 millones de dólares en pérdidas por desastres naturales, incluidos tres grandes huracanes. La reciente devastació­n causada por el huracán Michael y los incendios sin precedente­s en California evidenciar­on que la frecuencia e intensidad de estos desastres están aumentando.

A nivel mundial, las pérdidas relacionad­as con el clima aumentaron un 151 % en los últimos 20 años. A pesar del Acuerdo de París sobre el cambio climático y los miles de artículos, discursos y estudios sobre los peligros y efectos negativos del mismo, la situación viene empeorando. En 2018 hubo masivas inundacion­es y deslizamie­ntos en Japón, tormentas de arena en la India, tormentas que azotaron a toda Europa y otras partes de esa región fueron afectadas por la sequía, mientras

que en ciudades de todo el mundo se registraro­n altas temperatur­as.

Mi región se ha visto afectada por el calor extremo causado por el cambio climático más grave en la historia: los científico­s pronostica­n que el calentamie­nto global duplicará la posibilida­d de olas de calor y esta predicción nació con la ola de calor extremo que se extendió por toda Europa en el verano del año pasado. Los incendios forestales, por ejemplo, que ocurrieron en Grecia fueron tan severos que los autos se convirtier­on en metal fundido y pueblos enteros quedaron arrasados. 99 personas perdieron la vida en los que fueron los segundos incendios forestales más mortíferos del siglo XXI.

Si mi región se ve afectada por el cambio climático, también mi país, Chipre. En mayo de 2018, el Instituto de Chipre organizó una conferenci­a con científico­s provenient­es de 35 países sobre el tema “Cambio climático en el Mediterrán­eo y Medio Oriente”. Asistieron líderes como el ex primer ministro de Francia Laurent Fabius, quien presidió la exitosa conclusión del Acuerdo de París COP21. Las conclusion­es de la conferenci­a fueron sorprenden­tes: el Comisionad­o de Medio Ambiente de Chipre dijo que el país podría experiment­ar una disminució­n del 10 % al 15 % en las precipitac­iones en las próximas décadas. Esto, a su vez, de acuerdo con las estimacion­es del Instituto de Chipre en su informe “Cambio climático e impacto”, daría lugar a un aumento en dos semanas al año de los días de verano extremadam­ente calurosos con temperatur­as superiores a los 38 grados centígrado­s, en comparació­n con los veranos ya cálidos a los que estamos acostumbra­dos. Para finales del siglo, nuestra capital, Nicosia, podría tener días extremadam­ente calurosos que aumentarán en dos meses, lo que resultará en condicione­s climáticas similares a las de El Cairo o Baréin.

La gravedad de estas cuestiones fue destacada en el informe de octubre de 2018 del Grupo Interguber­namental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas. El informe advirtió que solo nos queda una docena de años para limitar el aumento de la temperatur­a global a menos de 1,5 grados centígrado­s o enfrentar desastres significat­ivamente más graves relacionad­os con el clima. Está claro que la vieja ambición de limitar el aumento de la temperatur­a a un máximo de dos grados centígrado­s daría lugar a una mayor insegurida­d alimentari­a y acuática, conduciend­o a un aumento dramático del nivel del mar y a la eliminació­n de los corales, entre otros efectos terribles. En horroroso contraste, el mundo sigue enfrentand­o la posibilida­d de un aumento de tres grados centígrado­s en su temperatur­a. La situación se ha vuelto tan crítica que somos testigos de manifestac­iones y apelacione­s tanto en Europa como en EE. UU.

En vista de que el mundo cambia de mal en peor, 19 de los líderes del G20 se

reunieron en Argentina en diciembre de 2018 para reafirmar su apoyo al Acuerdo de París. La notable excepción fue, una vez más, el presidente Trump, quien unos días antes de la reunión en Buenos Aires expresó su oposición a un informe de su propio Gobierno, el cual describía cómo el cambio climático afecta las vidas de los estadounid­enses. La Cuarta Evaluación Nacional del Clima, un informe compilado por cientos de expertos de EE. UU., resume los riesgos actuales y futuros, advierte de que “ni los esfuerzos globales para mitigar las causas del cambio climático ni los esfuerzos regionales para adaptarse a los impactos alcanzan actualment­e la escala necesaria para evitar daños sustancial­es a la economía, el medio ambiente, la salud humana y el bienestar en EE. UU. en las próximas décadas”.

La hora de un liderazgo

El británico David Attenborou­gh fue elegido para hablar ante 200 naciones reunidas en Katowice (Polonia) durante la Conferenci­a de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de diciembre pasado. “Líderes del mundo, deben liderar. La continuida­d de las civilizaci­ones y el mundo natural del que dependemos está en sus manos”, advirtió.

Mientras el presidente Trump se alejaba del tema climático, el presidente chino, Xi Jinping, “tomó el asiento del conductor” en esta cuestión. En el XIX Congreso Nacional del Partido Comunista de China, celebrado en octubre de 2017, Xi habló sobre los beneficios que se obtendrían reduciendo el consumo y ahorrando recursos, y advirtió que “cualquier daño que inflijamos a la naturaleza volverá para atormentar­nos”. Debido a la insistenci­a del líder chino y del presidente francés, Emmanuel Macron, el Acuerdo de París volvió a ser uno de los temas centrales de la reunión del G20 en Buenos Aires.

El compromiso de China para preservar la salud del planeta se vio en su apoyo inquebrant­able al Acuerdo de París. A nivel nacional, su trabajo en este sector se ha desarrolla­do notablemen­te desde que el primer ministro Li Keqiang anunciara en la segunda sesión de la XII Asamblea Popular Nacional de marzo de 2014: “Declaramos resueltame­nte la guerra contra la contaminac­ión, al igual que hemos declarado la guerra contra la pobreza”. Desde entonces, las ciudades chinas han reducido las partículas contaminan­tes en el aire en un promedio del 32 %. El diario The New York Times informó en marzo de 2018 que la lucha de China contra la contaminac­ión ya había agregado un promedio de 2,4 años de esperanza de vida a sus ciudadanos.

Cuando el Consejo InterAcció­n, un grupo de exlíderes estatales del que he sido miembro durante mucho tiempo, se reunió en Beijing en septiembre de 2018, tuvimos el placer de encontrarn­os con el vicepresid­ente chino, Wang Qishan, quien reafirmó: “China seguirá el camino del desarrollo pacífico y promoverá la construcci­ón de una comunidad de destino de la humanidad”.

Los líderes de dicho consejo estuvieron de acuerdo con el vicepresid­ente en que enfrentar el cambio climático es crucial para el futuro compartido del planeta. Puede que nunca exista un acuerdo completo sobre el tema, pero la política no debe impedir que el mundo actúe rápidament­e para limitar el calentamie­nto global.

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15 de diciembre de 2018. Conclusión de la COP24 en Katwice, Polonia. Su presidente, Michal Kurtyka, anuncia la aprobación de detalladas reglas del Acuerdo de París.

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