Una francesa en Chengdu
Me enamoré de la cultura china el primer día que llegué a este país, sobre todo de la comida y su gente
Me llamo Manon, tengo 21 años de edad y vengo de Francia. Mi familia la integran mis padres, dos hermanas mayores que son independientes, mi hermana gemela y yo. Estudio chino mandarín en la Universidad de Sichuan.
Mi destino con el mandarín
En 2014 nuestra escuela secundaria en Francia nos organizó un viaje por China. Fuimos a Shanghai, Suzhou, Beijing y visitamos muchos lugares. Me enamoré de la cultura china el primer día que llegué a este país, sobre todo de la comida y su gente. Nuestro viaje solo duró unos 10 días, así que el regresar a Francia me dio mucha pena porque acababa de conocer una cultura especial.
En la escuela secundaria nos enseñaron muy poco sobre la cultura china. Sin embargo, esta siempre me ha interesado mucho. Después de graduarme empecé a estudiar chino mandarín en la Universidad de Nanterre (la Universidad de París X). Según las regulaciones educativas, para graduarse hay que ir al extranjero a hacer prácticas y no dudé en elegir a China. En septiembre de 2017 llegué a Beijing por segunda vez a estudiar mandarín. Me gusta mucho la vida en Beijing. Es mi ciudad favorita de China por su gran número de lugares culturales, como la Ciudad Prohibida, el Palacio de Verano, varios museos, etc. Su gastronomía es deliciosa y el pato laqueado es mi platillo favorito. También me gusta el clima de Beijing, especialmente en invierno, porque no llueve con mucha frecuencia y hace sol casi todos los días. A pesar de que el invierno en Beijing es muy frío, con 10 grados bajo cero, no limita mi amor por la ciudad.
En enero del año pasado terminé de estudiar en Beijing y regresé a Francia, pero mi sueño por China provocó que me registrara en el Instituto Confucio. Afortunadamente, en dicho instituto me ayudaron a hacer realidad mi sueño de volver a estudiar en China. En septiembre del mismo año llegué a la Universidad de Sichuan y ahora tengo más tiempo para aprender chino mandarín.
Mi vida en la Universidad de Sichuan
Resido en un apartamento del pabellón de estudiantes extranjeros de la universidad y es muy conveniente. Mi compañera de cuarto es rusa. Hablamos de las diferencias entre Francia y Rusia muy a menudo. Este tema nos hace reír todo el tiempo. Nos gusta ver series de televisión chinas los fines de semana. La más reciente es Meteor Garden.
Tengo muchas clases de chino: comprensión auditiva, conversación, lectura y escritura. Es muy interesante recibir clases de chino en China. Todos los profesores son chinos y los cursos se establecen de acuerdo con la situación real de aprendizaje de los estudiantes extranjeros. El contenido de la clase es a veces fácil y a veces difícil. No solo tenemos nuevos conocimientos que aprender diariamente, sino también exámenes, lo que consolida mi nivel de chino y lo mejora todos los días. Aprender chino me da satisfacción y mucha alegría.
Estudiar en la Universidad de Sichuan tiene otra ventaja: puedo hacer muchos amigos extranjeros. Los estudiantes de mi clase provienen de 11 países, Rusia, Nepal, el Reino Unido, Estados Unidos, Australia, Italia, Alemania, etc., lo que me da la oportunidad de acercarme a nuevas culturas. También he hecho muchos amigos chinos. Los chinos son muy amables con los extranjeros, sobre todo con los estudiantes extranjeros, y siempre me ayudan.
Diferencias culturales
Muchas cosas en China son diferentes a las de Francia. Por ejemplo, los franceses no suelen comer comida picante, pero la primera semana de mi estancia en Chengdu probé la picante olla mongola de Sichuan. Al principio me costó mucho adaptarme. Más tarde, mis amigos chinos me indicaron que esa era solo la primera experiencia con el sabor de Chengdu y que “mientras más comes, más quieres”. Después de probar otras veces, les di la razón. Me enamoré de la gastronomía de Sichuan.
Otra cosa que me parece diferente son los autobuses. Creo que los de Francia no son muy convenientes y suelen llegar tarde. En Chengdu hay muchos y garantizan un apacible trayecto. Siempre tomo el autobús para ir a la clase o al trabajo, y me han dejado una buena impresión.
En China me sorprenden mucho las compras en línea. Me gusta adqui-
rir ropa y novelas en Taobao. Estos productos son muy caros en Francia, pero muy baratos y convenientes en Taobao. Suelo comer en el comedor o en el restaurante todos los días, pero a veces, cuando hace mal tiempo y no quiero salir, puedo usar la aplicación móvil para pedir comida. El distribuidor me la trae a mi dormitorio rápidamente a un precio más barato que el del restaurante. No hay tal aplicación en Francia.
Chengdu también es una ciudad con un ambiente muy cultural. Posee muchos sitios valiosos, como los templos de Wenshu y Daci. Me gusta mucho visitar estos lugares. Siempre encuentro muchas cosas interesantes que me ayudan a comprender más profundamente la cultura china. Eso es totalmente diferente a mi vida en Francia. Además, en Chengdu muchos bocadillos callejeros son muy atractivos y fáciles de degustar, lo cual es increíble en mi país.
El transporte de China es muy avanzado, sobre todo tomar el tren, que resulta conveniente y barato. Viajo con mucha frecuencia con mis amigos extranjeros.
Perspectivas para el futuro
Mis padres no se explican mi decisión de estudiar en China. Ellos, como la mayor parte de los franceses, no conocen muy bien al país. De todos modos, siempre han apoyado mis sueños. Mi papá tiene planeado visitar Chengdu este año. Estoy impaciente por ayudarle a experimentar China.
Todavía no tengo un plan claro para mi profesión en el futuro, pero estoy segura de que tendrá relación con China. Tengo algo en común con la gente de Chengdu: me gusta mucho la gastronomía. Dicen que a los chinos les gusta el pan francés, pero no lo he encontrado mucho en Chengdu. Tal vez un día dirija una panadería aquí.
Estoy feliz de estudiar y vivir en Chengdu. Tengo muchos amigos chinos y extranjeros, y nos comunicamos en chino mandarín. A pesar de que extraño mucho mi casa, vivo muy contenta aquí. A mis padres y amigos que residen en Francia les envío un mensaje: ¡Estoy bien en Chengdu!