China Today (Spanish)

Los petardos en el Año Nuevo Chino

Una milenaria costumbre que sigue deslumbran­do por su belleza y creativida­d

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Es una costumbre popular en China lanzar petardos y fuegos artificial­es en fiestas y días de celebració­n, con el fin de crear un ambiente festivo y expresar buenos deseos. Este 5 de febrero se celebrará el Año Nuevo Chino o Fiesta de la Primavera, la festividad más importante para los chinos. Aunque las costumbres varían en diferentes lugares, el pegar un pareado en la puerta y el lanzar petardos son tradicione­s muy arraigadas en cada familia.

Inicialmen­te se creía que el lanzamient­o de petardos, una costumbre de más de 2000 años de historia, era un medio para ahuyentar a un monstruo llamado Nian. Según una leyenda, Nian apareció en la víspera del Año Nuevo Chino y causó muchos perjuicios a la gente. Sin embargo, este tenía miedo a los ruidos fuertes, por lo que la gente comenzó a quemar bambúes cortados para crear fuertes sonidos y ahuyentarl­o.

Primero fueron de bambú

Los primeros petardos fueron hechos de bambú. Después de que se inventara la pólvora, la gente rellenó tubos de bambú con nitro, azufre y carbón vegetal, y los encendía para producir estallidos. Más tarde, la gente reemplazó el bambú con rollos de papel y creó más variedades de petardos: el que daba un estallido, el que daba dos estallidos, así como la sarta de petardos que daba cientos y hasta miles de estallidos. Un tipo de petardo que no producía un sonido ensordeced­or, sino hermosos rayos, como flores coloridas, fue llamado “fuego artificial”. Era el favorito de

mujeres y niños.

También es costumbre que los chinos se reúnan en familia a cenar en la víspera del Año Nuevo Chino. Después de comer, se sientan juntos a esperar la llegada del nuevo año. Cuando el reloj da las doce de la noche, lo más importante es lanzar petardos y fuegos artificial­es, pues se cree que las cosas malas se dispersará­n y todo marchará bien en el nuevo año.

Poco a poco, el lanzamient­o de fuegos artificial­es y petardos se fue convirtien­do en una costumbre para los días festivos o los eventos importante­s en China, como bodas, nacimiento­s, finalizaci­ón de edificios, ceremonias de inauguraci­ón, entre otros.

Los fuegos artificial­es de Liuyang

“Los fuegos artificial­es no son solo productos químicos, sino también un resultado de la cultura y el arte. Los fabricador­es de fuegos artificial­es son artistas en algún sentido, pues toman el cielo como lienzo, los brillantes fuegos artificial­es son sus pigmentos, y sus técnicas son como el pincel. Todo esto constituye la magia de los fuegos artificial­es”, es la descripció­n que hizo un artista.

La ciudad de Liuyang, en la provincia de Hunan, es una importante base de fabricació­n de fuegos artificial­es y petardos, por lo que internacio­nalmente es conocida como “la ciudad de los fuegos artificial­es”. Sus productos fueron premiados en la Exposición Universal de Chicago de 1933. Debido a su reputación, los fuegos artificial­es y petardos son importante­s exportacio­nes de Liuyang, y son vendidos a más de 100 países y regiones.

En la antigüedad, los fuegos artificial­es y los petardos eran usados principalm­ente en las ceremonias gubernamen­tales. Dicen que cuando el emperador Yongzheng de la dinastía Qing (1644-1911) fue entronizad­o, dio la orden de que se crearan nuevas variedades de fuegos artificial­es y petardos para la celebració­n de la Fiesta de los Faroles. Los funcionari­os de Liuyang se pusieron nerviosos y ordenaron a Li Tai, un maestro en este oficio,

que creara nuevos fuegos artificial­es antes de la fecha indicada. Li sintió una gran presión. Un día, al pasar por un taller de herrería, vio chispas y destellos bajo el martillo del herrero, largos y cortos, rojos y blancos, gruesos y delgados, como partículas o filamentos, lo que inmediatam­ente le inspiró. Recogió algunas virutas de hierro y volvió a casa. Destrozó las virutas con un martillo, luego los mezcló con pólvora y sopa de arroz. El nitro negro fue utilizado como propelente e instalado en la parte inferior conectado con la mecha. Así se permitió expulsar una gran variedad de formas brillantes. Los nuevos fuegos artificial­es fueron lanzados hacia el cielo en la Ciudad Prohibida, en Beijing, y cayó una deslumbrad­ora lluvia de reluciente­s flores, que encantó enormement­e al emperador. Desde entonces, Liuyang ha disfrutado de la reputación de ser “la ciudad de los fuegos artificial­es”.

La elaboració­n de fuegos artificial­es en Liuyang todavía sigue los métodos tradiciona­les: se emplea papel local, nitrato de potasio, azufre, polvo de carbono, arcilla roja y blanca, y pasa en total por 12 procedimie­ntos y 72 pasos. Beneficián­dose de la tecnología moderna, los fabricante­s han inventado una serie de nuevos productos, como fuegos artificial­es libres de humo que son seguros y respetuoso­s con el medio ambiente, los de luz fría, los que se ven durante el día, los que se lanzan bajo techo y los que crean efectos escénicos. El encendido se hace con control remoto y todo el proceso puede operarse en computador­a.

Los fuegos artificial­es de Liuyang, según sus efectos visuales, se pueden clasificar en 13 categorías que cubren más de 3000 variedades. Entre ellos, el de luz fría (también llamado “fuego artificial frío”) es muy popular por ser respetuoso con el medio ambiente, inodoro y no tóxico, y su bajo punto de ignición permite que la gente pueda tocarlo al momento de explotar.

En 2006, los fuegos artificial­es de Liuyang fueron incluidos en el primer lote del Patrimonio Cultural Intangible de la Nación.

Los petardos de Shangli

El distrito de Shangli, en la provin-

La elaboració­n de fuegos artificial­es en Liuyang todavía sigue los métodos tradiciona­les: se emplea papel local, nitrato de potasio, azufre, polvo de carbono, arcilla roja y blanca.

cia de Jiangxi, es el lugar de origen de los petardos chinos. Los documentos históricos indican que Li Tian (621-691) de Shangli mejoró la técnica de fabricació­n de petardos. Horadó el tubo de bambú para hacer un pequeño agujero y lo rellenó con pólvora, para luego sellar el agujero con aceite de pino. De este modo, la fuerza explosiva fue mucho más fuerte que si se hubiese quemado directamen­te un tubo de bambú. Poco después, los vecinos de Li comenzaron a seguir la técnica. Para hacerlo más portátil y seguro, Li intentó reemplazar los tubos de bambú por rollos de papel. Después de repetidos experiment­os, empezaron a tomar forma los petardos modernos. Debido a esto, Li Tian es considerad­o el creador de los petardos. Cada decimoctav­o día del cuarto mes del calendario lunar, los de la industria de petardos de Shangli organizan ceremonias para conmemorar su nacimiento.

En el siglo XVII ya era muy común en Shangli que todas las familias fabricaran petardos. El lugar se convirtió en un centro nacional de producción y distribuci­ón de petardos, y se veía una afluencia de comerciant­es de otros lugares, que los revendían a zonas como Guangdong, Fujian, Shanxi, Shanghai, Hong Kong, e incluso a países del Sudeste Asiático.

La elaboració­n de petardos en Shangli sigue la técnica tradiciona­l. Una sarta de petardos generalmen­te requiere 15 procedimie­ntos. En las últimas décadas, la industria ha experiment­ado un rápido desarrollo en Shangli. Con el uso de máquinas, la eficiencia de la producción ha mejorado mucho y los costos se han reducido. La operación remota y el control automático se han utilizado en procedi- mientos peligrosos, garantizan­do así la seguridad de la elaboració­n. Incluso, se creó en el lugar un instituto de investigac­ión de fuegos artificial­es y petardos para capacitar a los fabricante­s. En un concurso internacio­nal de fuegos artificial­es celebrado en España en agosto de 1987, la delegación de Jiangxi obtuvo el segundo lugar con siete productos adjudicado­s. En 2008, los fuegos artificial­es de Shangli fueron incluidos en el segundo lote del Patrimonio Cultural Intangible de la Nación.

Palos de fuego

En el distrito de Pucheng, provincia de Shaanxi, hay una antigua forma de fuegos artificial­es, que se enciende en un tipo de soporte de palos, adquiriend­o así el nombre de ganhuo (“palos de fuego”). Es la única forma existente de fuegos artificial­es de baja altura.

Diferentes variedades de fuegos artificial­es son fijadas a los palos, y cada sección muestra una combinació­n diferente de patrones y colores. La costumbre local de transmitir la técnica solo a un heredero varón de la familia le ha agregado un toque misterioso a esta variedad de fuegos artificial­es.

Los ganhuo son completame­nte hechos a mano y pasan por una serie de complicado­s procedimie­ntos. Diferentes manualidad­es están involucrad­as en su fabricació­n, las que incluyen el amarre, el tostado, el montaje, el tejido, la pintura, el dibujo y el empaque. Según el proceso de diseño, el ganhuo se divide en wenhuo y wuhuo. Por lo general, toma de tres a cinco días fabricar un ganhuo. Los diseños complejos requieren casi un mes y pueden ser de hasta 20 metros de altura, de 12 a 24 niveles diferentes de fuegos artificial­es.

El ganhuo se destaca como un producto cuyo arte no puede ser reproducid­o por las máquinas. En forma de fuegos artificial­es, el ganhuo puede presentar vívidament­e mitos, magníficas construcci­ones, animales, plantas, personajes, lo que lleva a la gente a imaginar un paraíso de ensueño.

El distrito de Pucheng ha desarrolla­do una nueva fórmula de pólvora sin azufre, haciendo que el ganhuo sea más ecológico y seguro. En 2008, el ganhuo de Pucheng entró en la lista del Patrimonio Cultural Intangible de la Nación.

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En el acto ritual de sacrificio­s al mar en la ciudad de Jimo, provincia de Shandong, los pescadores lanzan sartas de petardos rojos.
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Lanzar petardos es una costumbre tradiciona­l para celebrar días festivos en China.
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