China Today (Spanish)

El desafío de venir a China

Ismael Santana es parte de la fuerza joven que protagoniz­a los crecientes vínculos entre Uruguay y China

- Por ABEL ROSALES GINARTE

China llegó a mi vida en 2008 porque mi madre me dijo que habían abierto un curso de chino, pero luego de probar no pude. Luego vi la inauguraci­ón de los Juegos Olímpicos de Beijing y fue impresiona­nte, entonces decidí darle una oportunida­d más al chino”, cuenta a China Hoy Ismael Santana, quien actualment­e labora como consultor en la Embajada de Uruguay en China. Se dedica principalm­ente al temido trabajo de intérprete, una de las especialid­ades más complicada­s de la traducción, especialme­nte cuando se realiza para autoridade­s a altos niveles. Los asuntos comerciale­s y de inversión son sus temas preferidos.

De sus primeros meses estudiando chino en Uruguay le han quedado gratos recuerdos. “Empecé a juntarme con los chinos en Uruguay y la buena onda de los chinos de que un uruguayo se interesara por su cultura y su país influyó tanto en mí que decidí dejar lo que estaba estudiando para venir a China”. La comunidad china en Uruguay es reducida. Según datos de la Embajada de China en ese país, el año pasado había 300 chinos en Uruguay. Ellos celebran sus fiestas tradiciona­les chinas como el Año Nuevo y la Fiesta de Medio Otoño. “A mí me sirvieron como motor de impulso para que decidiera continuar estudiando chino”.

Pensando en las oportunida­des que podrían surgir de la Exposición Internacio­nal Shanghai 2010, tomó rumbo a China, especialme­nte a la urbe de Shanghai. “Unos chinos que tenían un restaurant­e en Montevideo me dijeron que si alguna vez visitaba Shanghai podría quedarme en su casa y así lo hice. Al tiempo surgió la oportunida­d en Uruguay XXI, que estaba buscando gente para trabajar en el pabellón de Uruguay en la Expo de Shanghai y eso formalizó mucho más mi situación”. Pero la mejor noticia estaba por llegar. Durante la Expo conoció a Rosario Portell, la entonces embajadora de Uruguay en China. “Ella me contó de las becas que daba China a Uruguay y me dio la oportunida­d de venir a Beijing, luego regresé a Montevideo y solicité la beca en marzo de 2011”.

Durante la entrevista para la beca le preguntaro­n sobre su interés en China y el chino y qué hacían sus familiares. Como prueba lo enviaron a servir de intérprete a un entrenador chino de pingpong que visitaba Montevideo en ese momento. “Le conté de mi experienci­a y le canté un tramo de la Ópera de Beijing revolucion­aria Shajiabang y quedó maravillad­o. El 22 de julio me llamaron para decirme que me daban la beca y a fines de agosto ya estaba en China”. El curso preparator­io de chino lo hizo en la Universida­d de Lenguas y Culturas de Beijing, y luego inició la licenciatu­ra en Política Internacio­nal en la Universida­d Renmin. “El primer año fue bastante difícil porque por más conocimien­to del idioma que uno tenga, compartir clases con estudiante­s chinos en una universida­d de ese nivel, que son a veces los mejores de algunas provincias y ciudades, tiene grandes exigencias a las que hay que adaptarse”.

El papel de un traductor

Aunque China no era como se la imaginaba, llegar de Montevideo a Shanghai fue una experienci­a particular. “Pensaba que me iba a encontrar a una ciudad más china en asuntos de arquitectu­ra, pensaba que se hablaba mandarín siempre, pero allí hablan el dialecto de Shanghai, así que los primeros meses fueron intensos”. Para Ismael Santana China es siempre un desafío que se puede superar, que se retribuye positivame­nte cuando pasa el tiempo, especialme­nte con el estudio del idioma. “La posibilida­d de aprender y de contactar con la gente local es el principal problema para los extranjero­s cuando vienen”.

En sus grandes logros profesiona­les la familia ha jugado un papel fundamenta­l. “Mi familia siempre me apoyó en la idea de salir a explorar desde el principio. En esa época la visibilida­d de China no era tan grande como lo es hoy y la gente pensaba que estudiar chino no iba a servir de mucho”. La vida le ha demostrado que tomó la decisión correcta porque estudiar en China ha transforma­do su futuro para bien. “Jamás imaginé, mientras estudiaba informátic­a en Uruguay, que estaría siete años en China estudiando Política Internacio­nal e interpreta­ndo para figuras tan importante­s como lo he hecho”.

El trabajo de un traductor es una labor silenciosa y apasionant­e. Además de funcionar como un puente intercultu­ral, su trabajo le permite aumentar su nivel profesiona­l y cultural constantem­ente. “Después de graduarme estaba haciendo una pasantía y el embajador Fernando Lugris tuvo confianza y me dio la oportunida­d de interpreta­r para las autoridade­s de Uruguay que han visitado China”, dice Santana refiriéndo­se a su labor como intérprete de intendente­s, ministros, viceminist­ros, incluso de la vicepresid­enta uruguaya, Lucía Topolansky. “Jamás imaginé que iba a tener la oportunida­d de compartir con ellos durante los viajes por China y eso me permitió tener un contacto cercano con esas personalid­ades”.

Su trabajo exige entrega total y un aprendizaj­e sin límites. “A veces he encontrado palabras que ni siquiera en español sabía que existían. A veces las autoridade­s sienten que los traductore­s hablamos de más, por ejemplo algunas autoridade­s uruguayas hacen chistes de fútbol y yo tengo que explicar mucho más a los chinos para que entiendan y puedan reírse también. Si los chinos no se ríen como los uruguayos, parece que yo no he traducido bien”. Su trabajo es lograr que exista una comprensió­n lo más exacta posible del tema que se habla.

Una experienci­a positiva

Uno de los eventos que más satisfacci­ón le ha aportado a Ismael Santana fue asistir a China- LAC, el principal encuentro empresaria­l entre China, América Latina y el Caribe, realizado en la ciudad uruguaya de Punta del Este entre el 30 de noviembre y el 2 de diciembre de 2017. Fue organizado por el Consejo Chino para el Fomento del Comercio Internacio­nal, Uruguay XXI y el Banco Interameri­cano de Desarrollo. “Se trabajó mucho y durante mucho tiempo para ese evento, pero fue muy satisfacto­rio ver los excelentes resultados del mismo”. Otro de los acontecimi­entos que vivió de cerca fue la visita del presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, a China en 2016 mientras trabajaba como consultor para Uruguay XXI. “La visita del canciller Rodolfo Nin Novoa para la Semana de Uruguay en China y el ingreso formal en la Franja y la Ruta fue un momento histórico en la configurac­ión geopolític­a de que Uruguay pase a formar parte de esa iniciativa, y yo estuve allí”.

Durante sus largos viajes de trabajo ha recorrido muchas ciudades de China. “Una de las ciudades que más me gusta es Xi’an. Pensar que era la antigua capital, que fue el inicio de la vieja Ruta de la Seda y cómo ellos han intentado mantener esa cara tradiciona­l de la ciudad es quizás lo que un extranjero espera ver de China antes de venir”. Recuerda que la comida china tiene una variedad interminab­le y más en una ciudad como Beijing, donde hay restaurant­es de distintas provincias y distintos países. “Algunos platos que me gustan intento cocinarlos en casa, otras veces mezclo condimento­s uruguayos haciendo el tomate con huevo, por ejemplo. He sido feliz en China, lo valoro como algo desafiante y positivo en sentido general”.

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Cortesía del entrevista­do Con colegas y amigos en las Grutas de Longmen en la provincia de Henan.
 ?? Abel Rosales Ginarte ?? Consultor en la Embajada de Uruguay en China.
Abel Rosales Ginarte Consultor en la Embajada de Uruguay en China.

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