China Today (Spanish)

Descubrien­do el pasado y el presente de China

El argentino Mauricio Percara llegó a China hace cinco años fascinado con la cultura del país asiático

- Por ABEL ROSALES GINARTE

Me interesaba la cultura asiática especialme­nte la japonesa y la china. Adentrándo­me en la japonesa me di cuenta de que su origen estaba en China”, dijo a China Hoy Mauricio Percara, quien primero conoció al personaje de Dragon Ball, “pero cuando crecí conocí Peregrinac­ión al oeste y supe que Sun Wukong (El Rey Mono) había inspirado a Songoku”. Llegó al país asiático desde su natal Entre Ríos en Argentina como la mayoría de los extranjero­s, buscando la huella de una civilizaci­ón milenaria. China era como se la había imaginado, una mezcla de tradición y modernidad. “Aunque no pensaba que iba a ser de una forma tan marcada; por ejemplo, que haya un centro comercial gigante y a tres pasos un sitio tradiciona­l similar a un hutong con gente comiendo en la calle jugando mahjong”.

Después de varios años trabajando como experto extranjero en el servicio de español de Radio Internacio­nal de China, ha sido testigo de los enormes cambios del país que le ha acogido, con algunas sorpresas. “Han aparecido las bicicletas compartida­s, a pesar de la densidad demográfic­a no me siento hacinado y me ha sorprendid­o ver a tantos chinos hablando español con acento madrileño, todavía no me acostumbro”, confesó entre risas. Percara se graduó en periodismo y comunicaci­ón por la Universida­d Nacional del Litoral. Estudió locución en el Instituto 12 de Santa Fe y actualment­e está terminando una maestría de negocios en línea en la Universida­d Siglo XXI de Argentina con doble titulación en la Universida­d Ortega y Gasset de España.

El proceso de adaptación en China fue rápido porque a pesar de tantas diferencia­s culturales todo le resultaba práctico: “Los sabores y costumbres son distintos, pero siempre se encuentran puntos en común”. Uno de esos puntos es su pasión por los pinchos de carne. “En los puestos de comida callejera la gente que se reúne alrededor de esas parrillas hablan, en el caso de Argentina, de fútbol y en China, de política”.

Aprender chino

El deseo de adentrarse en las tradicione­s de China le condujo al universo de los caracteres y de los tonos del idioma chino. “Quise aprender chino para intentar integrarme a la sociedad y para entender un poco más a los chinos que conocía, para no quedarme en lo superficia­l”. Y en esa búsqueda descubrió que aunque muchos chinos hablan idiomas extranjero­s para hacerse entender en la calle, para ver películas, para intentar leer el Daodejing necesitaba conocer los secretos del idioma chino. “Creo que ha valido la pena el esfuerzo, pero todos los días me pregunto si debo seguirlo estudian

do, porque mientras avanzo en el estudio aparecen cada vez más cosas por aprender”.

Algunos estudiosos del chino aseguran que el chino no se habla, se canta; que no se escribe, se dibuja. Aprender chino es entrar al universo de dos artes: el canto y la pintura. “Ya hice el HSK 4, pero con el chino me pasa que puedo tener una conversaci­ón de horas con algún amigo chino y luego voy a otra ciudad de China o en la misma Beijing y puede ser que alguien no me entienda, eso tiene mucho que ver con la diversidad de China”. Es que muchas veces cuando los chinos ven a un extranjero, no esperan que pueda hablar su idioma.

En el descubrimi­ento de esa diversidad, Mauricio Percara se adentró en zonas apartadas del sur de China. “He descubiert­o una gran diversidad cultural en lugares como Yunnan, donde se nota una gran diferencia con el norte. Por ejemplo, las mujeres de la etnia miao siguen vistiendo sus ropas tradiciona­les. A pesar de la modernidad aún mantienen el matriarcad­o, van juntas de viaje, a hacer compras y siempre entre cuatro o cinco, y a veces llevan a algún hijo”.

En Yunnan visitó una aldea que fue parte de la Ruta de la Sal, situada en una zona de difícil acceso. “Unos amigos chinos me ayudaron a llegar y conseguir alojamient­o. Ahí pasé unos días sin señal de móvil ni Internet. Fue como la China de los sueños para un extranjero”. En esa época estaba empezando a aprender chino y descubrió que existen muchos chinos que no hablaban putonghua (el chino estándar). “Todo muy tradiciona­l, la gente cuidando sus cerdos y sus gallinas. Uno iba caminando y te invitaban a tomar té o a cenar en sus casas, por ejemplo”. En la provincia de Sichuan tuvo la buena experienci­a de encontrar a sus pobladores jugando a las cartas hasta la madrugada aprovechan­do que tienen un clima más cálido, por lo que sus calles siempre están vivas.

Un interminab­le aprendizaj­e

“Beijing es una ciudad muy internacio­nal. He aprendido de la cultura china y de otras culturas como las de Afganistán, Pakistán, Tayikistán, Laos o Tailandia. Es un ejemplo de lo que puede pasar en China cuando te juntas con amigos. Es como vivir en una Torre de Babel”. La capital de China le ha dado a Percara la oportunida­d de conocer elementos esenciales de otras culturas que no aparecen en los libros o las películas. “Aprender palabras en casi todos los idiomas, eso pasa sin que uno se percate, es como parte de un sueño que tal vez finaliza cuando uno se va de China”.

Lo más interesant­e de la experienci­a en Radio Internacio­nal de China ha sido la diversidad cultural. “Este año publiqué con la editorial China Pictorial Dragones cantando. 35 leyendas chinas, fruto de mis lecturas sobre la cultura tradiciona­l de China. De esas anotacione­s que hice, armé este libro con 35 leyendas chinas”. Lo más original del libro es que cada leyenda posee un código QR, que al escanearlo conecta a un sitio web donde se puede escuchar la historia en audio en la voz del propio Mauricio Percara. En el prólogo del libro, el exagregado cultural de la Embajada de Argentina en China y escritor, Juan Manuel Cortellett­i, destacó: “Con su pluma precisa, económica y visual, Mauricio Percara alimenta la imaginació­n de sus lectores con algunas de las leyendas chinas más representa­tivas, simbólicas –y como toda buena leyenda– objeto de múltiples interpreta­ciones. Arqueros enamorados, dragones combatient­es que alivian la sequía con su sudor, un respetado maestro que construye un robot para impresiona­r a su monarca, un héroe que salva a un pueblo de una horrorosa quimera utilizando fuegos artificial­es (e inaugurand­o así una celebrada tradición)”.

En China los días pasan a una gran velocidad y Percara aprovecha cada jornada para descubrir algo nuevo. “Mi vida en China es como un interminab­le aprendizaj­e de algo que nunca vas a comprender del todo, porque de alguna manera es como un mundo dentro del mundo, otra versión del mundo”. Todavía no se plantea salir del país porque los puntos en común entre China y su tierra le siguen sorprendie­ndo como a un niño que espera que un dragón aparezca en el cielo. Sus escritos desde el dragón asiático aparecen en su página web mauriciope­rcara.com. El pasado y el presente de China, las huellas de su civilizaci­ón milenaria, lo mantienen en vilo confiado en descubrir nuevas historias.

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Mauricio Percara trabaja en el servicio de español de Radio Internacio­nal de China.
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Fotos cortesía del entrevista­do Estar en China le permite a Mauricio Percara aprender el idioma, hacer amigos y descubrir nuevas historias.

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