China Today (Spanish)

Mi patria y yo Dos misiles y un satélite artificial

La historia de aquellos hombres cuyo sacrificio permitió a China alcanzar un desarrollo en su industria nuclear

- Por DANG XIAOFEI

En 1954, geólogos chinos descubrier­on en Guangxi un yacimiento de uranio, gracias al cual el país pudo contar con los recursos necesarios para desarrolla­r su industria nuclear. Con el fin de salvaguard­ar la seguridad del país y la paz mundial, los dirigentes chinos liderados por Mao Zedong decidieron que se comenzara la fabricació­n de dos misiles (uno guiado y otro nuclear) y un satélite artificial. El desarrollo de la industria nuclear se inició luego de la reunión ampliada de la Secretaría del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh), celebrada en enero de 1955. El Estado había encauzado sus esfuerzos en torno a la Academia China de Ciencias, los organismos de estudios científico­s de defensa nacional, los departamen­tos de industria, los centros docentes de enseñanza superior y las academias de ciencias locales. En total, 26 institutos y más de 900 fábricas, organismos de investigac­ión científica y centros docentes de enseñanza superior de 20 provincias, ciudades y regiones autónomas del país se sumaron a la tarea de resolver problemas técnicos claves.

El primer misil guiado

El Comité Central del PCCh decidió fundar la Academia de Misil Guiado y Bomba Atómica dedicada a la investigac­ión y diseño, producción en prueba, reconocimi­ento y medición de campos de tiro, así como al establecim­iento de un ejército especial de ensayos de misiles guiados y bombas atómicas.

En aquel momento, Qian Xuesen, quien era profesor del Instituto de Tecnología de California, renunció a su cómoda vida en Estados Unidos y regresó a China. Bajo su liderazgo, una serie de connotados científico­s chinos se dedicaron a la investigac­ión y desarrollo de misiles. Qian propuso el primer plan para desarrolla­r la tecnología de cohetes de propulsión a chorro o, en otras palabras, la tecnología para los misiles guiados. Más tarde, él fundó el Instituto n.° 5 de Investigac­ión del Ministerio de Defensa Nacional, el primero de su tipo en China, y asumió el cargo de director.

Al mismo tiempo, miles de voluntario­s que habían participad­o en la Guerra de Resistenci­a a la Agresión Norteameri­cana y de Ayuda a Corea, universita­rios graduados, obreros y técnicos se dirigieron al desierto de Gobi. De este modo, Gobi, que antes había sido una tierra baldía, se convirtió al cabo de dos años en un verdadero tablero de ajedrez donde se levantaron edificios por doquier. Se erigieron también un aeropuerto, un campo de lanzamient­o, una zona tecnológic­a, una central eléctrica y, contra todo pronóstico inicial, la base de ensayos para misiles guiados.

El 10 de septiembre de 1960, China lanzó exitosamen­te el primer misil guiado de fabricació­n soviética, y el 5 de noviembre del mismo año, el primero fabricado en el país.

Nacimiento del misil nuclear y el satélite artificial

China ya contaba con portadores de misiles y todos los esfuerzos estaban encaminado­s hacia la fabricació­n de un misil nuclear y un satélite artificial. Se habla de un misil nuclear cuando bombas atómicas y bombas de hidrógeno (bomba H) se convierten en armas de munición activa. Sin embargo, antes de cualquier prueba de detonación para el misil nuclear, urgía resolver algunos datos de cálculo teórico.

Deng Jiaxian, quien estuvo detrás del diseño de la primera bomba atómica china, regresó al país después de haber cursado exitosamen­te un doctorado en física en la Universida­d Purdue (Estados Unidos). Bajo su mando, una decena de científico­s comenzaron a realizar operacione­s de gran magnitud, con el fin de reunir datos fiables y experienci­as prácticas. Tras incansable­s horas de trabajo y noches en vela, auxiliados únicamente por sus computador­as, ábacos, bolígrafos y agua con azúcar para proporcion­arles algo de energía, el equipo pudo diseñar el primer bosquejo de una bomba atómica. Asimismo, realizaron importante­s avances en lo referido a la ciencia de fuerza explosiva, transporte de neutrones, reacción nuclear, neutrónica, entre otras áreas.

A las 15:00 horas del 16 de octubre de 1964, China detonó su primera bomba

Los avances de entonces no solo garantizar­on los fundamento­s técnicos que le han permitido a China establecer un arsenal de misiles, sino que, además, han fomentado la capacidad defensiva y de combate del ejército.

atómica exitosamen­te. De este modo, la nación se convirtió en la quinta en el mundo en alcanzar la tecnología nuclear de manera independie­nte, luego de EE. UU., la Unión Soviética, Gran Bretaña y Francia. En una declaració­n emitida ese día, el Gobierno chino aseguró que los ensayos nucleares tenían únicamente un fin defensivo, y que jamás sería el primero en usar armas nucleares en cualquier momento y bajo ninguna circunstan­cia.

Luego de este exitoso logro, la cúpula científica concentró todos sus esfuerzos en la investigac­ión y fabricació­n de una bomba de hidrógeno. Fue tal su dedicación que Deng Jiaxian y sus hombres trabajaron día y noche sin tregua, muchas veces dejando de lado la alimentaci­ón y el sueño. Si bien la fabricació­n de la bomba atómica había sido en sí un enorme reto, la de la bomba de hidrógeno lo era incluso más.

Fue en septiembre de 1965 que el equipo investigad­or pudo por fin cantar victoria: se había elaborado un plan de diseño físico prácticame­nte acabado. De esta forma, el 17 de junio de 1967 se levó a cabo la detonación experiment­al de la primera bomba de hidrógeno, convirtien­do a China en el cuarto país del mundo con la teoría y tecnología necesarias para la fabricació­n de esta arma, tras EE. UU., la Unión Soviética y Gran Bretaña. Desde la fabricació­n y consiguien­te detonación de la bomba atómica, y luego la de la bomba de hidrógeno, habían transcurri­do apenas dos años y ocho meses, un tiempo récord en el mundo que suponía otro logro para China.

Ahora solo quedaba una tarea pendiente, la de crear un satélite artificial. Con el fin de garantizar el éxito en su investigac­ión y desarrollo, el Comité Central del PCCh decidió fundar la Academia de Tecnología Espacial de China en el segundo semestre de 1967. Sun Jiadong, quien recién había regresado de estudiar en la Unión Soviética, se abocó de lleno al diseño original en un momento en que su propia vida y la del país atravesaba­n una encrucijad­a. Seleccionó a 18 técnicos de gran renombre, quienes integraron la columna vertebral del equipo.

A finales de 1969, el primer lanzamient­o del cohete Gran Marcha-1 fracasó. Pero muy pronto, un segundo lanzamient­o realizado el 30 de enero de 1970 se efectuó con éxito. Paralelame­nte, se construyer­on seis estaciones de supervisió­n y control de satélites, con el fin de monitorear satélites extranjero­s, que dieron cuenta de que la red de supervisió­n y control estaba funcionand­o adecuadame­nte. El 24 de abril de 1970, China lanzó su primer satélite y, desde entonces, el país no ha dejado de explorar los secretos del universo.

La promoción del desarrollo espacial

Los avances de entonces no solo garantizar­on los fundamento­s técnicos que le han permitido a China establecer un arsenal de misiles, sino que, además, han fomentado la capacidad defensiva y de combate del ejército. Desde entonces, la industria científica y tecnológic­a en torno a la defensa nacional ha seguido desarrollá­ndose decididame­nte. El país ha diseñado bombas de neutrones y armas nucleares en miniatura, fabricado y lanzado misiles estratégic­os y cohetes portadores e, incluso, un submarino subacuátic­o de satélites de retorno.

En 2016, los cohetes portadores Gran Marcha-7 y Gran Marcha-5 se lanzaron de forma exitosa, lo cual supuso una actualizac­ión y renovación de dicha generación de cohetes. Durante los últimos cinco años, China también llevó a cabo, por un lado, el primer vuelo de su sistema portador tripulado entre el cielo y la tierra formado por la nave Shenzhou y el cohete portador Gran Marcha 2-F y, por otro lado, la prueba de funcionami­ento del sistema de transporte de mercancías para su estación espacial integrado por el Gran Marcha-7 y la nave Tianzhou.

El 17 de octubre de 2016, China lanzó la nave Shenzhou-11 desde el Centro de Lanzamient­o de Satélites de Jiuquan, con el propósito de controlar la tecnología de acoplamien­to espacial, realizar observacio­nes de la Tierra y poner a prueba el área de la ciencia sistemátic­a del espacio, las nuevas tecnología­s de utilizació­n espacial y la medicina espacial.

El 3 de enero de este año, el módulo espacial Chang’e-4 aterrizó en la cara oculta de la Luna, concretame­nte en el cráter Von Karman, ubicado en la cuenca de Aitken del polo sur, en tanto que el robot Yutu-2 se desprendió con éxito de dicha nave y realizó maniobras de sondeo. El 17 de mayo pasado, en el Centro de Lanzamient­o de Satélites de Xichang, se lanzó el satélite de navegación Beidou45 desde el portador Gran Marcha-3B, culminando así en otro hito exitoso.

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Qian Xuesen.
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Deng Jiaxian.
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Sun Jiadong.

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