China Today (Spanish)

Arte en una botella

Esta técnica de pintado interior requiere de un sumo cuidado y una gran destreza

- Por NUESTRA REDACCIÓN

En los siglos XVIII y XIX, todos aquellos que seguían la moda en China llevaban tabaqueras. Además de su funcionali­dad, estas pequeñas botellas eran también una forma de decoración y souvenir. Encerraban en sí una serie de artes y artesanías tradiciona­les de China. Aunque no fueron un invento local, lograron ser populares en China poco después de haber llegado desde el Oeste. Después, los artesanos chinos experiment­aron con diferentes materiales y técnicas para elaborar botellas con una estética local, creando así un tipo especial de arte.

Una de estas técnicas fue la de pintado interior, es decir, pintar la pared interior de una botella hecha de medios transparen­tes como vidrio, cristal y ágata. El pintor usaba un fino pincel con punta curva. Es comprensib­le que la tabaquera pintada interiorme­nte no estuviera destinada a contener tabaco molido, sino que era sobre todo un trabajo artístico. Pintar el interior de un contenedor en miniatura es todo un reto, especialme­nte cuando los temas pueden ser tan intrincado­s como paisajes, insectos y figuras humanas. La técnica había sido mantenida en secreto y no fue revelada públicamen­te sino hasta finales del siglo pasado.

El tabaco rapé

En el siglo XVII, un escritor alemán publicó en Leipzig un artículo que hablaba de una tendencia “ridícula” que estaba barriendo el mundo: el tabaco rapé. Dijo que en todos los países, la gente de todas las clases, desde el rey hasta el más pobre, lo consumía. China era uno de estos países.

El tabaco rapé es un tabaco sin humo que es inhalado en la cavidad nasal. Está hecho de hojas molidas de tabaco mezclado con aditivos, como la menta y el borneol.

La mezcla es secada al sol, fermentada y tamizada antes de ser almacenada en una bodega durante años para su maduración. La gente creía que esto tenía efectos medicinale­s para reducir el calor excesivo en el cuerpo humano, aliviando así el dolor, reduciendo la fatiga y revita

lizando el organismo. El tabaco rapé fue traído primero a China por los misioneros occidental­es como tributo al emperador, e inmediatam­ente favorecido por la familia real.

El primer registro escrito sobre el tabaco rapé en China data del reinado del emperador Kangxi ( 16541722) de la dinastía Qing. Un misionero le envió varios regalos. Los devolvió todos, excepto el tabaco. En ese momento, el tabaco del Oeste fue almacenado en cajas metálicas o botellas de vidrio. Un recipiente de tabaco pulverizad­o tiene como defecto un aislamient­o deficiente que provoca que el aroma se desvanezca con el tiempo, así como mayores posibilida­des de derramarse. Por eso, el emperador Kangxi contrató a un grupo de artesanos de Occidente para que elaboraran botellas de vidrio en la Ciudad Prohibida de Beijing, los cuales colecciona­ba y enviaba también como premio a sus funcionari­os.

Después de Kangxi, todos los gobernante­s de la dinastía Qing disfrutaro­n del tabaco y, naturalmen­te, de las tabaqueras. Por ejemplo, el emperador Qianlong (1711-1799), un aficionado al arte, era un experto en estas botellas en miniatura. De hecho, convocó a los mejores artesanos del país para que fabricaran una tabaquera de porcelana en Jingdezhen, provincia de Jiangxi, y seleccionó los motivos y diseños personalme­nte. Durante su reinado, el arte y la técnica de la fabricació­n de botellas de tabaco alcanzaron su pináculo.

La afición del emperador aceleró el desarrollo de las tabaqueras. Los artesanos chinos emplearon diversos medios, desde metales preciosos hasta el jade y la madera, y aplicaron una tecnología diversific­ada de embellecim­iento, que incluía la pintura, el tallado, el esmaltado y el engastado de piedras preciosas a fin de crear botellas de gran finura.

Entre los aristócrat­as de la dinastía Qing era una moda llevar una tabaquera y acariciarl­a de vez en cuando. El artefacto se convirtió en un símbolo de estatus y su producción mejoró aún más. Aquellos elaborados por reputados artistas eran buscados a precios exorbitant­es.

Desarrollo de nuevas técnicas

A medida que la moda de usar tabaco rapé se fue extendiend­o de la corte al pueblo, también lo hacía el amor por las tabaqueras. La gente común no había podido adquirir estos objetos hechos de materiales caros, pero las nuevas técnicas de fabricació­n de vidrio redujeron el costo significat­ivamente. Las botellas de vidrio se volvieron la opción favorita de la gente. Esto derivó en una mejora de la pintura dentro de las botellas.

No hay un registro histórico de cómo y cuándo comenzó a pintarse dentro de las botellas. Los entendidos en la materia citan una historia transmitid­a durante siglos. Un pobre erudito se quedó sin tabaco y no tenía dinero para más, por lo que, con una cuchara diminuta, raspó su tabaquera para hacerse de los restos, lo que dejó arañazos en su pared interior. Un monje se inspiró al ver aquella botella. Utilizando una tira curvada de bambú y pigmentos, logró dibujar dentro de las tabaqueras, lo que fue el comienzo de la técnica de pintado interior.

Las botellas de tabaco más antiguas con pinturas interiores datan de entre 1801 y 1811. Comenzaron de manera simple, porque es difícil que la tinta y la pintura permanezca­n en la superficie de vidrio resbaladiz­o y sin tratamient­o. Después, la gente aprendió a lijar el vidrio interior con carburo de silicio y arena de hierro, lo que hizo más fácil el pintado y que se desarrolla­ra una próspera forma de arte. Cualquier tema propio de la pintura china, sean paisajes, flores, pájaros o figuras humanas, puede ser reproducid­o en el interior de un objeto que puede caber cómodament­e en la palma de la mano. Esta técnica, que data de hace 200 años, ha sido trans

Entre los aristócrat­as de la dinastía Qing era una moda llevar una tabaquera y acariciarl­a de vez en cuando.

mitida a los artistas de hoy.

Trabajo de manos mágicas

Al ser un secreto hasta este siglo, el pintado interior fue un misterio para los ajenos a esta técnica. El artista tiene que manipular un pincel a través del estrecho cuello de la botella, que no tiene más de un cuarto de pulgada de ancho, y escribir y pintar al reverso en un espacio de solo una o dos pulgadas de alto. Se requiere un sumo cuidado para mantener el pincel en el ángulo correcto al pintar a través de una superficie de vidrio. Un resbalón podría arruinar todo el proceso. Por lo tanto, la gente la consideró una técnica misteriosa y comenzó a llamarlas “botellas pintadas por duendes”.

Yang Zhigang, nacido en Beijing, es parte de la cuarta generación de una familia dedicada a este arte y ha practicado la técnica durante más de 30 años. En su opinión, lo que forma a un artista de pintado interior es tener una base sólida, así como un entrenamie­nto riguroso.

El pintado interior necesita un pincel especial. Yang nos muestra un rango de cepillos, todos los cuales tienen plumas delgadas hechas de bambú, madera o plata. Varían un poco en tamaño y diseño, pues cada uno tiene diferentes propósitos. Yang señala que los artistas de pintado interior fabrican sus propios cepillos, a fin de asegurar que sean adecuados para distintas necesidade­s.

Para aprender el pintado inverso, el primer paso es saber cómo maniobrar el pincel. “Es muy diferente a la forma habitual de escribir o pintar, en la que la punta de la pluma va en la misma orientació­n de nuestra visión. Para el pintado inverso, la punta del pincel se mueve en sentido contrario a la dirección de la vista en la pared interior de una pequeña botella”, explica Yang. Para el pintado inverso, el hábil manejo del pincel es crucial. Solo cuando es capaz de dominar la pluma, controlar su desplazami­ento dentro de la botella y dibujar líneas curvas y derechas, gruesas y finas, el artista podrá comenzar a desarrolla­r el pintado interior.

Yang puntualiza que el pintado interior no es tan misterioso y oneroso como se cree. La cualidad más importante para un artista es la paciencia, pues deberá permanecer sentado durante largas horas y trabajar en finos detalles en un espacio en miniatura. Normalment­e toma una docena de días finalizar una obra. Cualquier trazo defectuoso es irremediab­le, por lo que se deberá enjuagar la botella y reiniciar el trabajo. Es toda una prueba para su fuerza de voluntad.

Transmisió­n de un arte antiguo

“Transplant­ar” la pintura en tinta sobre seda y papel en el interior de botellas de vidrio del tamaño de la palma de la mano es una auténtica revolución artística, la cual produce una versión condensada del universo imbuido de la estética y la filosofía de Oriente. La tabaquera, un objeto común, ha sido transforma­da en un ícono de la belleza y la creativida­d artística.

Yang suele reflexiona­r sobre cómo presentar este arte a más gente y cómo convocar a más jóvenes artistas. Es por eso que, cuando en 2005 se enteró de que se había solicitado la inclusión de la técnica de pintado interior de tabaqueras en la lista del Patrimonio Cultural Intangible de la Nación, suspendió todo trabajo para unirse al equipo responsabl­e.

En 2007, la técnica de pintado interior de tabaqueras al estilo de Beijing fue considerad­a un patrimonio cultural intangible de la capital china. Al año siguiente, fue incluida en la lista del Patrimonio Cultural Intangible de la Nación.

Actualment­e, en cooperació­n con el Centro de Conservaci­ón del Patrimonio Cultural Intangible del Distrito de Xicheng ( Beijing), Yang ofrece regularmen­te cursos y presentaci­ones en los colegios locales. Tiene, además, 16 estudiante­s, todos jóvenes con un gran interés en este arte. Sin embargo, Yang Zhigang cree que hay mucho más por hacer.

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Pintar es un trabajo complicado.
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Distintos instrument­os para la fabricació­n de una tabaquera de alta calidad.
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