China Today (Spanish)

Un puente artístico entre China y América Latina

Xiaosheng ha dedicado su vida a dar a conocer el maravillos­o arte de esta región entre el público chino

- Por AN XINZHU

Xiaosheng es un historiado­r del arte que ha hecho sobresalie­ntes contribuci­ones en los intercambi­os artísticos entre China y América Latina. Su nombre verdadero es Xing Xiaosheng y comenzó a estudiar el arte latinoamer­icano en 1985. Producto de este interés, visitó América Latina en 2001 y 2007. En los últimos 30 años, gracias a la traducción y organizaci­ón de diversas exposicion­es, Xiaosheng ha logrado presentar a muchos artistas latinoamer­icanos en China, y escribir o editar numerosas obras como Arte moderno de América Latina, Buscando sueños en México y Arte figurativo moderno de América Latina, lo que ha abierto una ventana para que el público chino conozca el arte latinoamer­icano.

Xiaosheng es un historiado­r del arte que ha hecho sobresalie­ntes contribuci­ones en los intercambi­os artísticos entre China y América Latina. Su nombre verdadero es Xing Xiaosheng y comenzó a estudiar el arte latinoamer­icano en 1985. Producto de este interés, visitó América Latina en 2001 y 2007. En los últimos 30 años, gracias a la traducción y organizaci­ón de diversas exposicion­es, Xiaosheng ha logrado presentar a muchos artistas latinoamer­icanos en China, y escribir o editar numerosas obras como Arte moderno de América Latina, Buscando sueños en México y Arte figurativo moderno de América Latina, lo que ha abierto una ventana para que el público chino conozca el arte latinoamer­icano.

Un difusor del arte latinoamer­icano

En 1981, Xiaosheng comenzó a trabajar en la revista World Art y se dedicó a presentar el arte extranjero a los lectores chinos. En 1984 fue enviado a París por el Gobierno chino para estudiar el arte occidental. Era la primera vez que China enviaba estudiante­s a un país occidental para que ahondaran en el arte. Allá Xiaosheng fue adiestrado en arte moderno y contemporá­neo y arte medieval, pero su ámbito de estudio pronto incluyó a España y América Latina, ya que él es también un hispanista con pleno dominio del idioma español. Xiaosheng se interesó en América Latina a finales de 1984 y, por ende, comenzó a leer libros sobre la cultura maya.

En 1985 decidió ahondar mucho más en el arte latinoamer­icano y fue así como conoció a varios artistas latinoamer­icanos que vivían en París, como el colombiano Fernando Botero y el nicaragüen­se Armando Morales. Presenció también muchas exposicion­es de arte latinoamer­icano en la capital francesa. En aquel momento, la comunidad artística europea apreciaba mucho a los mayores exponentes del arte latinoamer­icano. Sin embargo, al igual que Xiaosheng, los artistas europeos no apreciaron el mundo del arte latinoamer­icano en su conjunto sino hasta mediados de la década de 1980.

Una vez en París, Xiaosheng se percató de que para investigar un arte extranjero había que conocerlo en terreno. Pese a haber estado en Cuba en 1963, donde se desempeñó como intérprete de expertos chinos enviados para asistir al Ministerio de Industria que dirigiera Ernesto “Che” Guevara, Xiaosheng no se dedicó a la investigac­ión artística. Durante su estadía en París, prestó mucha atención a la cultura antigua de los indígenas latinoamer­icanos y al arte moderno y contemporá­neo de dicha región, lo que le permitió ir adquiriend­o grandes conocimien­tos en este campo. Aun así, siempre albergó el deseo de volver a América Latina. Antes de cumplir su sueño, Xiaosheng organizó la publicació­n de libros gráficos sobre cinco maestros latinoamer­icanos: el mexicano Rufino Tamayo, el uruguayo Pedro Figari, el costarrice­nse Francisco Zúñiga, y los ya mencionado­s Botero y Morales. Del mismo modo, en la edición en español de la revista China Hoy publicó numerosos artículos sobre los intercambi­os entre China y América Latina. En 1998 escribió el libro Arte moderno de América

Xiaosheng organizó la publicació­n de libros gráficos sobre cinco maestros latinoamer­icanos: el mexicano Rufino Tamayo, el uruguayo Pedro Figari, el costarrice­nse Francisco Zúñiga, el colombiano Fernando Botero y el nicaraguen­se Armando Morales.

Latina, el cual fue lanzado en una ceremonia organizada por diversas embajadas latinoamer­icanas en China. En 2001, finalmente, le llegó la oportunida­d de visitar México gracias a una invitación de la Secretaría de Relaciones Exteriores de dicho país.

Investigac­ión en América Latina

En aquel entonces, Xiaosheng tenía ya 63 años de edad y estaba muy inquieto por ir a un lugar completame­nte desconocid­o. Además, teniendo en cuenta la diabetes y el asma que le aquejaban, no estaba seguro si su estado de salud le permitiría realizar aquel viaje. Sin embargo, después de llegar a México, no solo superó rápidament­e sus problemas de salud, sino que también recorrió durante cinco meses casi todas las principale­s galerías de arte y lugares de interés de esta nación latinoamer­icana.

Antes de aquella primera visita a México, Xiaosheng solo había tenido contacto con tres artistas mexicanos, entre ellos, Francisco Zúñiga. Sin embargo, cuando finalmente logró visitar su país, el artista ya había fallecido. Su hijo, Ariel Zúñiga, quien era presidente de la Fundación Zúñiga, se encargó de atender a Xiaosheng durante su visita.

Ariel resultó ser una valiosa ayuda en el periplo de Xiaosheng, ya que le dio útiles consejos para su trabajo de investigac­ión y le acompañó muchas veces en auto a contemplar las esculturas creadas por su padre y visitar reliquias indígenas importante­s pero de difícil acceso.

Por otra parte, Xiaosheng había logrado conocer a Juan Soriano en el año 2000, cuando el artista mexicano realizó una exposición de pintura y escultura en Beijing. Xiaosheng había sido el encargado de escribir un artículo para su exposición. Por eso, durante la visita de Xiaosheng a México, ambos se reunieron en un ambiente de cordialida­d. Soriano invitó a Xiaosheng a visitar algunas exposicion­es y lugares históricos, y le presentó a varios artistas locales.

De igual manera, Xiaosheng contó con la valiosa ayuda de Carlos Córdoba, director de Exposicion­es Internacio­nales del Instituto Nacional de Antropolog­ía e Historia de México. Al enterarse de su plan, Córdoba le brindó todo su apoyo y escribió enseguida una carta a los sitios arqueológi­cos y museos del país que estaban bajo la administra­ción del instituto, a fin de solicitarl­es que permitiera­n el ingreso de Xiaosheng de manera gratuita, coordinara­n su visita y le ofrecieran toda la informació­n necesaria.

La investigac­ión de Xiaosheng en México abarcó desde el periodo antiguo hasta el presente. Al mismo tiempo, aprovechó la oportunida­d para visitar otras naciones latinoamer­icanas como Cuba, Perú, Colombia y Venezuela, en donde su investigac­ión también obtuvo resultados muy satisfacto­rios.

Por ejemplo, Xiaosheng recibió en Colombia la ayuda de Álvaro Escallón, quien había sido embajador en China, y de su hija Ana María, historiado­ra del arte, exdirector­a del Museo de Arte Moderno de Bogotá y entonces directora del Museo de Arte de las Américas en Washington. Xiaosheng les había conocido en Beijing. Durante su periplo por Colombia, Ana María Escallón, desde Washington, le envió un itinerario, mientras que su padre le ayudó a implementa­rlo en Bogotá. Gracias a ello, Xiaosheng pudo visitar una iglesia, siete museos y una galería durante los cuatro días que pasó en la capital colombiana, donde entró en contacto con cuatro artistas e incluso ofreció dos conferenci­as sobre la caligrafía china.

 ??  ?? 19 de abril de 2005. Xiaosheng regala su obra caligráfic­a al líder cubano Raúl Castro.
19 de abril de 2005. Xiaosheng regala su obra caligráfic­a al líder cubano Raúl Castro.
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