La reforma de las empresas de propiedad de todo el pueblo
Fue una importante medida estratégica tomada por el Partido para aumentar la fuerza de las empresas de propiedad de todo el pueblo. Esta acción ha transcurrido en todo el proceso de Reforma y Apertura de los últimos de 40 años. Entre 1978 y 1984 se realizaron ensayos de autonomía de las empresas. En ese periodo, el Gobierno les delegó derechos de diseño de planes, venta de productos y, sobre todo, el de retención de ganancias, permitiéndoles quedarse con parte de los recursos financieros para desarrollar la producción, mejorar el bienestar colectivo y aumentar la gratificación de los empleados.
En diciembre de 1986, el Consejo de Estado promulgó las “Estipulaciones sobre la profundización de la reforma de las empresas y el fortalecimiento de su vigor”, iniciando oficialmente la reforma de las empresas de propiedad de todo el pueblo. Según las estipulaciones, las pequeñas empresas ensayarían la gestión por arrendamiento o contrata, y las grandes y medianas aplicarían el sistema de responsabilidad por la gestión en múltiples formas; además, las diversas localidades elegirían un reducido número de empresas grandes y medianas que reunieran las condiciones necesarias para llevar a cabo experimentos piloto. De este modo, se lograron solucionar problemas como la falta de entusiasmo de las empresas estatales y la baja eficiencia económica en su conjunto; al mismo tiempo, se superaron el prejuicio y la discriminación por la diferencia de propiedades entre las empresas.