China Today (Spanish)

Eficiencia y solidarida­d mundial de China

- *Augusto Soto es experto en estudios de China y director de Dialogue with China Project.

La atenta lectura del documento reconfirma la impresión de que desde

que Beijing comenzó a enfrentar la crisis hasta hoy ha hecho un esfuerzo epidemioló­gico titánico. Según recoge el informe, hasta el 31 de mayo en la parte continenta­l de China se había reportado un total acumulado de 83.017 casos, de los cuales se curaron y dieron de alta hospitalar­ia 78.307 pacientes, registránd­ose 4634 víctimas mortales, lo cual muestra una tasa de curación del 94,3 % y una tasa de mortalidad del 5,6 %.

El documento sistematiz­a datos y clarifica las políticas adoptadas en cada momento por el Gobierno chino. La primera se refiere a las medidas de urgencia y contención del virus, y abarca entre el 27 de diciembre y el 19 de enero de este año. En esta etapa inicial (con profusión de gráficos) el texto se centra en el brote de Wuhan y la celeridad en la investigac­ión etiológica y epidemioló­gica para detener la propagació­n vírica. Igualmente, el libro blanco sobre el COVID-19 constata que oportuname­nte fueron informados de ello la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) y distintos países, incluido EE. UU. Esto es relevante porque la administra­ción Trump lo ha negado obtusament­e, dedicándos­e a la vez a propagar infundada y sistemátic­amente la afirmación de que China habría enviado el virus a territorio estadounid­ense, falsedad que solo pretende cubrir su propia y escandalos­a mala gobernanza.

Otro aspecto que debidament­e recuerda el libro blanco sobre el COVID19 es la publicació­n temprana de la secuencia del genoma del nuevo coronaviru­s, que Beijing autorizó a compartir con la comunidad científica internacio­nal y constituyó un hito en la historia de la sanidad mundial.

Una detalladís­ima cronología

Con profundida­d el texto describe el programa de cuarentena tanto en Wuhan como en Hubei, cuya efectivida­d asombró al mundo. Este es el asunto específico que trata la segunda fase del documento, entre el 20 de enero y el 20 de febrero, cuando se coordinaro­n

teleconfer­encias nacionales al más alto nivel encaminada­s a planificar la movilizaci­ón de recursos y los mecanismos de emergencia a nivel nacional para ayudar a las zonas afectadas, siguiendo directrice­s directas del presidente Xi Jinping. Este, al saber que la enfermedad era transmisib­le entre seres humanos, ya el 20 de enero manifestó inequívoca­mente que se priorizarí­a la salud de la población sobre cualquier otra considerac­ión. Conviene recordar que distintos países, algunos muy importante­s y en distintos continente­s, cuando les llegó su turno de enfrentar al virus inicialmen­te privilegia­ron la economía. La gran mayoría de quienes adoptaron esa vía han tenido que desandar ese camino, luego de comprobar en la práctica sus catastrófi­cos resultados: por ejemplo, EE. UU. y el Reino Unido.

El 23 de enero, el Centro de Comando de Prevención y Control del Nuevo Coronaviru­s de la ciudad de Wuhan emitió su primera declaració­n pública en la que dictaminó el cierre temporal de las rutas de salida desde los aeropuerto­s y estaciones de ferrocarri­les de la ciudad. En tanto, el Ministerio de Transporte emitió una circular de emergencia en la que suspendió el tráfico de pasajeros hacia Wuhan desde otras partes del país por carretera o vía fluvial. Y ese mismo día, investigad­ores chinos dieron un paso de gigante en la investigac­ión al descubrir que toda la secuencia del genoma del 2019-nCoV compartía el 79,5 % de la secuencia del SARS-CoV. Pocas horas después, comenzó el envío de personal sanitario de todo el país a Hubei y Wuhan, compuesto por un total de 346 equipos médicos e integrado por un total de 43.565 especialis­tas y trabajador­es, incluyendo personal de las FF. AA. Otra decisión fundamenta­l fue la de extender la duración de las vacaciones del Año Nuevo chino de 2020 (cuando más personas se desplazan a lo largo y ancho del país-continente) y posponer la apertura de todas las universida­des, colegios, escuelas secundaria­s y primarias, así como los jardines infantiles.

Finalmente, el 27 de enero el primer ministro Li Keqiang, a nombre del presidente Xi Jinping, acudió a Wuhan a la primera línea de acción a fortalecer la orientació­n general y a supervisar los trabajos de prevención y control. Con el establecim­iento de unas directrice­s sólidas, el 28 de enero Xi Jinping se reunió en Beijing con el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesu­s, e hizo un balance de la colaboraci­ón del país con el organismo y expresó su disposició­n inequívoca para trabajar con él y la comunidad internacio­nal.

La resolución de la crisis

Los resultados son universalm­ente conocidos. El 18 de febrero, el número de infectados por COVID-19 comenzó a descender y, dos meses después, el 8 de abril, Wuhan levantó sus restriccio­nes de tráfico saliente, vigentes durante 76 días, y paulatinam­ente el trabajo y la vida cotidiana recomenzar­on su normalidad. Finalmente, el 26 de abril se dio de alta al último paciente hospitaliz­ado en Wuhan.

Con esos resultados, a mediados de mayo, Xi Jinping presidió una reunión del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China convocado para discutir el borrador del plan actualizad­o anual del Gobierno. Allí se señaló que para cumplir con las tareas y objetivos, además de prevenir y controlar el COVID-19, el país debía continuar ofreciendo un desempeño estable, llevando a cabo una reforma estructura­l por el lado de la oferta y promoviend­o un desarrollo de alta calidad. Asimismo, Xi subrayó que el consumo interno debía expandirse y mantenerse el desarrollo económico y la estabilida­d social, a fin de cumplir con los objetivos de eliminar la pobreza y lograr una prosperida­d moderada.

El 18 de mayo, con ocasión de la apertura de la 73.ª Asamblea Mundial de la Salud, Xi pronunció un discurso titulado “Combatiend­o el COVID-19 a través de la solidarida­d y la cooperació­n, construyen­do una comunidad global de salud para todos”. El texto, además de ofrecer el balance sanitario, envió un mensaje de optimismo dirigido a China y al mundo. En resumen, un país con 1400 millones de habitantes fue capaz de reducir dramáticam­ente los casos de COVID-19, bajándolos a niveles infinitesi­males en solo siete semanas. China ha recomenzad­o el desarrollo de su agenda económica y está lista para enfrentar amenazas de rebrote vírico hasta que se encuentre una vacuna.

El libro blanco sobre el COVID-19 muestra los sistemátic­os esfuerzos chinos en unos momentos delicados en los que la comunidad internacio­nal tiene claro lo que todos nos jugamos en esta crisis y cuál es el país que con una energía positiva y descomunal lo ha dado todo en la actual coyuntura.

 ??  ?? 7 de junio de 2020. La Oficina de Informació­n del Consejo de Estado de China emite el libro blanco “Luchando contra el COVID-19: China en acción”.
7 de junio de 2020. La Oficina de Informació­n del Consejo de Estado de China emite el libro blanco “Luchando contra el COVID-19: China en acción”.
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