China Today (Spanish)

De cómo un pequeño restaurant­e sale a flote

La economía digital viene permitiend­o que muchos negocios capeen la emergencia sanitaria

- Por HU YUE

Conforme ha ido mejorando la situación ante la emergencia sanitaria, los restaurant­es han visto cada vez un mayor número de comensales. El sector se está recuperand­o mucho más rápido de lo que se esperaba.

¿Hay pimienta fresca picada?”. “¿Hay peces de hielo asiáticos?”. Al ver las preguntas que aparecían de vez en cuando en el grupo de compras de WeChat, Cheng Cheng sintió cierto alivio. Hace un año, Cheng fundó este grupo de compras de productos frescos a través de WeChat, compuesto por casi 500 clientes. Al inicio, simplement­e lo hizo a modo de prueba, para ver cómo funcionaba, pero ahora se ha convertido en un verdadero salvavidas. “El comercio electrónic­o me salvó. Ahora los empleados del restaurant­e me siguen por WeChat para vender mercadería”.

Cheng Cheng, de 32 años, nació en la ciudad de Zhangjiako­u, provincia de Hebei. Hace 12 años llegó a Beijing a trabajar, empeñándos­e primero como repartidor. Gracias a su inteligenc­ia y capacidad, pudo ir ahorrando hasta abrir una franquicia de comida rápida en la capital china en septiembre de 2019. “Estaba a la espera de la temporada alta, pero justo vino la epidemia y apenas hemos tenido ingresos en más de tres meses”. En febrero de este año, el restaurant­e de Cheng Cheng tuvo que cerrar temporalme­nte por el impacto del COVID-19.

La restauraci­ón, la hotelería, el turismo y otras industrias relacionad­as han sido los rubros más afectados por la epidemia. Según el “Informe de análisis sobre el estado operativo y las tendencias de desarrollo de la restauraci­ón china durante el COVID-19 en 2020”, publicado por la Asociación de

Cocina China, el 78 % de las empresas de restauraci­ón perdieron más del 100 % de sus ingresos operativos durante la epidemia, y solo en los siete días festivos con motivo de la Fiesta de la Primavera, las pérdidas en este sector ascendiero­n a unos 500.000 millones de yuanes (71.430 millones de dólares). De este modo, los restaurant­es, que son más vulnerable­s ante el riesgo y las fluctuacio­nes económicas en comparació­n con otros rubros, se vieron inmersos en una situación sin precedente­s.

Sin embargo, gracias a la efectivida­d de las medidas de prevención y control frente al nuevo coronaviru­s, los restaurant­es en Beijing pudieron volver a operar en marzo. Conforme ha ido mejorando la situación ante la emergencia sanitaria, los restaurant­es han visto cada vez un mayor número de comensales. De hecho, muchos dueños de este tipo de establecim­ientos han manifestad­o que el mercado se está recuperand­o mucho más rápido de lo que esperaban.

“Los restaurant­es en las zonas comerciale­s y residencia­les se han recuperado muy rápido, pero aquí el proceso es bastante lento”, explica Cheng Cheng, cuyo pequeño restaurant­e se encuentra en el distrito donde se ubica el Zoológico de Beijing, el cual forma parte del rubro turístico, que aún no opera a la misma escala de antes. Según Cheng, este tiempo ha perdido cada mes alrededor de 30.000 yuanes (4280 dólares), pero, aun así, no se resigna a abandonar el negocio. Invirtió entre 500.000 y 600.000 yuanes (71.400 y 85.700 dólares) para ponerlo en pie, por lo que quiere encontrar la manera de capear la tormenta. En ese sentido, el servicio de comida a domicilio mediante los pedidos en línea se ha convertido en un importante salvavidas.

Nuevas formas de salir adelante

“Lo siento. Tal vez haya habido una equivocaci­ón a la hora de preparar su comida, pero le reembolsar­emos su dinero”. Si un cliente no está satisfe

cho con su pedido, Cheng se asegura de llamarlo para ofrecer las disculpas correspond­ientes. Aunque acaba de unirse a las plataforma­s de comida de entrega a domicilio y no tiene muchos pedidos, Cheng toma en serio cada detalle y cada cliente. Además, creó un grupo en WeChat con 200 miembros que son residentes o empleados de las cercanías. Estos pueden hacer pedidos directamen­te a través del grupo y disfrutar de descuentos especiales de tanto en tanto. “Ahora recibo 1000 yuanes (142 dólares) al día por concepto de pedidos a domicilio, pero esta suma está lejos de cubrir el alquiler del restaurant­e, las cuentas por los servicios públicos y el salario de los empleados”.

El 21 de abril, el primer ministro Li Keqiang presidió la reunión ejecutiva del Consejo de Estado y enfatizó que las empresas estatales debían tomar la iniciativa de reducir la carga del alquiler de las pequeñas y microempre­sas. Así, en menos de una semana, el restaurant­e de Cheng vio una disminució­n en el alquiler de su restaurant­e por tres meses. “El alquiler de mi restaurant­e era de 50.000 yuanes ( 7143 dólares) por mes, por lo que esta ayuda por tres meses me ha favorecido mucho. Además, la marca del restaurant­e también me ha eximido de los gastos administra­tivos por medio año”, cuenta Cheng. Aun así, este esforzado emprendedo­r no ha dejado de explorar otras alternativ­as para salir a flote. Así, la promoción de productos agrícolas de su pueblo natal entre los consumidor­es de Beijing a través de WeChat se ha convertido en su nuevo negocio.

Dar un paso más

El distrito comercial del Zoológico de Beijing – donde también se encuentra el restaurant­e de Cheng Cheng– está bajo remodelaci­ón, por lo que si no hubiese sido por la epidemia, este ya habría atraído a más empresas y personas durante la primera mitad del presente año. Cheng tenía sus esperanzas puestas en ello, esperando que los cambios pudiesen atraer a más clientes y turistas.

Sin embargo, esas expectativ­as se han frustrado debido a la crisis sanitaria. Para salir adelante, Cheng decidió aunar toda su energía y esfuerzo para poner en marcha un incipiente negocio por WeChat. “Me puse en contacto con muchas cooperativ­as agrícolas en mi pueblo natal, y me ofrecí como agente para ellas”, explica. Así, la agencia de productos agrícolas, que solía ser un negocio secundario para Cheng, se ha convertido hoy en su principal fuente de ingresos.

La venta de muchos productos agrícolas en la ciudad de Zhangjiako­u se vio afectada por la epidemia, por lo que la propuesta de Cheng fue muy bien recibida por las cooperativ­as. “Este video fue grabado mediante una cámara que instalé en un criadero de cerdos en mi pueblo natal. Se puede apreciar aquí que el entorno es muy propicio para este tipo de actividade­s”, explica. A través de WeChat, Cheng vende carne de cerdo, uvas, manzanas y camotes, lo cual le ha permitido aumentar sus ingresos al mes de 20.000 a 30.000 yuanes (de 2850 a 4280 dólares).

Por otro lado, su restaurant­e – su negocio original– ya está recuperánd­ose y sus empleados le ayudan también con el negocio en línea. Todo ello evidencia el gran desarrollo que ha tenido el comercio electrónic­o y la logística, convirtién­dose en una gran oportunida­d de negocio para personas como Cheng Cheng que han sabido sacar ventaja de las nuevas plataforma­s.

Pero sus metas no se detienen ahí. “En el futuro, si puedo transporta­r los productos agrícolas y acuáticos de mi pueblo natal por el tren de alta velocidad, estos podrán llegar a la mesa de los clientes de Beijing en apenas cuatro horas”, señala. Cheng puntualiza que en el Informe sobre la Labor del Gobierno de este año se anunciaron una serie de políticas en apoyo a la difusión y promoción de “Internet+” (la integració­n de Internet y los sectores tradiciona­les de la economía), con la finalidad de aprovechar al máximo las ventajas que otorga la economía digital. De esta forma, Cheng espera ansiosamen­te que estas nuevas políticas puedan llevarse a cabo en profundida­d.

Y junto con ello, tiene también otro deseo: “La situación de cada restaurant­e es muy diferente, por lo que sería ideal si se siguiesen aplicando políticas preferenci­ales como la reducción y exención de la renta a los restaurant­es alrededor de esta zona paisajísti­ca”.

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A la der.) Cheng Cheng ( verifica un pedido de entrega a domicilio con un repartidor.

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