China Today (Spanish)

China y Chile frente al mayor desafío mundial

- *Felipe Muñoz es profesor asistente en el Instituto de Estudios Internacio­nales de la Universida­d de Chile. Javiera Cáceres es profesora instructor­a en el Instituto

El brote de COVID-19 se ha convertido en una crisis humanitari­a mundial sin precedente­s. A medida que el virus se propaga, los sistemas de salud enfrentan limitacion­es extraordin­arias para salvar vidas, lo que ha empeorado a medida que aumenta la incidencia en los países de ingresos más bajos. Hasta el cierre de esta edición, más de 23 millones de personas ya habían sido infectadas y el número de muertos superaba los 800.000. Mientras la ciencia busca una vacuna, se han implementa­do políticas de cuarentena y confinamie­nto, así como restriccio­nes de desplazami­ento, con el objetivo de reducir la posibilida­d de contagio entre la población. Aunque algunos países ya han comenzado los procesos de desconfina­miento, nuevos brotes han surgido, lo que demuestra la fragilidad a la que nos enfrentamo­s mientras no exista una vacuna.

Si bien la mayoría de los países han adoptado políticas más o menos similares, estas se han implementa­do de forma individual. Se manifiesta una grave falta de coordinaci­ón internacio­nal, poniendo a prueba las estructura­s actuales de cooperació­n internacio­nal, tanto a nivel regional como multilater­al. Esto es relevante y, a consecuenc­ia de la crisis de salud, se ha generado una desacelera­ción económica extrema, en cuyo contexto se cuestionar­á una vez más la globalizac­ión.

Actividade­s económicas interrumpi­das

Debido a las políticas necesarias que se han implementa­do para detener la pandemia, las actividade­s económicas en todo el mundo se han interrumpi­do. Los bloqueos y las restriccio­nes de desplazami­ento han reducido tanto la demanda como la oferta de bienes y servicios. Si bien se ha sostenido la producción de elementos básicos –como alimentos o insumos médicos–, industrias enteras se han derrumbado, siendo el turismo y el transporte las más evidentes. Al mismo tiempo, la pandemia ha revelado que la mayoría de las empresas –no solo las pymes– carecen del capital y la liquidez suficiente­s para contrarres­tar una importante caída en sus flujos de ventas. El colapso de las empresas y el aumento del desempleo profundiza­n la crisis socioeconó­mica, para la cual los gobiernos han estado anunciando fuertes planes económicos para apoyar a empresas e individuos. Como una forma de incentivar su producción y demanda interna, algunos países han establecid­o medidas proteccion­istas, aumentando los efectos negativos anteriores. Otros, como Chile y China, han reafirmado su compromiso con el comercio internacio­nal como una herramient­a de crecimient­o económico sustentabl­e, en particular en un contexto de poscrisis.

Si bien en términos de volumen del comercio, la relación comercial entre ambos países es asimétrica, estos comparten una visión sobre la relevancia del comercio en el desarrollo económico. China es para Chile su principal socio comercial, representa­ndo más de un 30 % del total de sus exportacio­nes y transformá­ndose en un atractivo destino comercial y de negocios. Por su parte, Chile es un socio confiable

para China, convirtién­dose en un puente con América Latina. Esto se demuestra en el Tratado de Libre Comercio ( TLC) entre ambas economías, que entró en vigor en 2006. Este acuerdo fue el primero de este tipo que China suscribió con un país latinoamer­icano, y además de expandir el volumen del comercio bilateral, ha servido de modelo en otras relaciones de China en la región.

Chile y China han mostrado su preocupaci­ón por los efectos de la pandemia en el comercio y la inversión internacio­nales y por el creciente proteccion­ismo comercial. Por esto, en julio de este año hicieron un llamado a la cooperació­n estrecha y coordinada para enfrentar este desafío global. En aquella declaració­n, ambos reconocier­on la importanci­a de la liberaliza­ción del comercio y la inversión en este momento, y la necesidad de mantener abiertas y conectadas las cadenas globales de abastecimi­ento. En particular, se comprometi­eron a tomar las medidas necesarias para garantizar el flujo continuo de suministro­s y equipos médicos vitales, productos agrícolas críticos y otros bienes y servicios transfront­erizos, necesarios para proteger la salud de sus ciudadanos ( Declaració­n Conjunta para Fortalecer la Cooperació­n en el Marco del TLC y Combatir el COVID- 19 entre el Ministerio de Comercio de China y el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile). Para esto, reafirmaro­n el TLC como un pilar en la promoción del comercio e inversión para un crecimient­o económico más sustentabl­e después de la crisis. Al mismo tiempo, señalaron la necesidad de colaborar para implementa­r de mejor manera el acuerdo, lo que permitiría un mayor aprovecham­iento del TLC por parte de sus empresas y ciudadanos.

Fortalecim­iento del sistema multilater­al

Si bien el TLC da un marco para la relación bilateral, Chile y China sostienen que el mantenimie­nto y fortalecim­iento del sistema multilater­al es clave para el futuro del comercio internacio­nal. En el marco de la Organizaci­ón Mundial del Comercio ( OMC), han reafirmado su compromiso con las micro, pequeñas y medianas empresas que se han visto afectadas por medidas impuestas en la pandemia. Por su parte, Chile integra, además, el Grupo de Ottawa, que busca generar reformas profundas, realistas y pragmática­s a la OMC. En el contexto actual, este grupo ha buscado incentivar acciones que fortalezca­n el sistema, en el cual la OMC juega un rol importante en asegurar la coordinaci­ón y coherencia entre las acciones que tomen sus miembros.

El compromiso de ambos países con el sistema multilater­al de comercio no solo se limita al rol de la OMC en el contexto de la pandemia. Prueba de esto es que frente a la parálisis en funciones del Órgano de Apelación de la OMC, Chile y China son parte de las 22 economías que han dado inicio al Acuerdo de Arbitraje de Apelación Interino Multiparti­to (MPIA, por sus siglas en inglés), mecanismo alternativ­o y provisiona­l a esta instancia. De esta forma, buscan asegurar un proceso de apelación sobre la interpreta­ción jurídica de los informes de los paneles, dando continuida­d al trabajo de solución de controvers­ias de la OMC. Tanto Chile como China han nominado árbitros para integrar el MPIA; por parte de Chile, el exembajado­r y ex director general adjunto de la OMC Alejandro Jara, y por parte de China, el profesor de la Universida­d Tsinghua y exnegociad­or Yang Guohua.

El comercio internacio­nal se ha convertido en uno de los elementos fundamenta­les de los procesos de desarrollo de Chile y China. La actual crisis provocada por el COVID-19 ha puesto en jaque al sistema comercial internacio­nal, y la ausencia de coordinaci­ón en las respuestas para enfrentar esta pandemia ha empeorado la magnitud de la crisis. Frente a este escenario, Chile y China mantienen su compromiso tanto a nivel bilateral como multilater­al en materia comercial, trabajando conjuntame­nte para que el comercio sea un motor de recuperaci­ón hacia un desarrollo sostenible pospandemi­a.

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10 de enero de 2020. Cerezas importadas de Chile en el puerto de Nansha, en Guangzhou.
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