El desarrollo sostenible y la reducción de la pobreza
La pobreza es un obstáculo importante que se debe superar en la búsqueda de la paz y la prosperidad. En el documento titulado “Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, adoptado por las Naciones Unidas en septiembre de 2015, el primero de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible es “poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo”. El logro de este objetivo requiere que el mundo erradique la pobreza extrema, saque a más personas de la miseria, ponga en práctica sistemas y medidas apropiadas de protección social para todos y garantice que tanto hombres como mujeres tengan los mismos derechos a acceder a los recursos económicos. Cómo alcanzar estas metas es lo que el mundo, especialmente los países pobres, se preguntan.
Desde el inicio del proceso de Reforma y Apertura, el Gobierno chino ha estado comprometido en erradicar la pobreza a través del aumento de la inversión pública, el mejoramiento de la infraestructura, la creación de un mejor entorno industrial, el desarrollo de industrias líderes y de la economía local, la elevación de la capacidad de acumulación de capital y el ofrecimiento de puestos de trabajo para las familias necesitadas en las zonas rurales.
Además, el Gobierno chino ha ayudado a quienes se encuentran bajo la línea de la pobreza a través de iniciativas ligadas a la educación, la atención médica, las finanzas, la ciencia y la tecnología. Se ha garantizado la educación obligatoria en las zonas rurales y se han construido plataformas educativas de ayuda contra la pobreza. Se ha alentado a los centros docentes superiores a brindar capacitación a los maestros y a las personas de las zonas necesitadas, donde también se han continuado mejorando la asistencia médica y el servicio sanitario público, a la vez que se han aumentado los reembolsos por gastos médicos.
China ha realizado innovaciones en las políticas de microcrédito para aliviar la falta de fondos de las familias pobres en la producción. A través del fomento de la propia fuerza de dichas personas, se ha logrado aumentar sus ingresos y desarrollar las industrias locales. Para fines de 2019 se habían otorgado microcréditos por un valor total de 604.300 millones de yuanes (89.260 millones de dólares), beneficiando a más de 15,2 millones de familias pobres. El país también ha puesto en marcha una serie de políticas para aplicar los logros científicos en las zonas necesitadas y alentar a los profesionales a brindar servicios científicos y tecnológicos e impulsar actividades emprendedoras en dichos lugares.
Estas medidas han sentado una base sólida para la liberación de la pobreza, estimulando el deseo de prosperar y brindando la oportunidad de cultivar las habilidades de la gente.
Achim Steiner, administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, dijo una vez que los logros de China en el alivio de la pobreza no tenían precedentes en escala y duración. Otros países pueden aprender de China respecto a cómo desarrollar sistemática y organizacionalmente sus economías para que sean más inclusivas, lo cual se alinea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, agregó.
En 2013, China puso en marcha un proceso mediante el cual comenzaron a aplicarse políticas específicas y procedimientos precisos y efectivos de acuerdo con las condiciones particulares de las diferentes zonas y familias necesitadas. António Guterres, secretario general de la ONU, señaló que una estrategia específica para la reducción de la pobreza es la única forma de ayudar a los pobres y lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, por lo que la experiencia china también puede servir a otros países en vías de desarrollo.
De esta manera, el número de la población pobre de China se redujo de 98,99 millones a finales de 2012 a solo 5,51 millones a finales de 2019, y el índice de recuento de la pobreza descendió del 10,2 % al 0,6 %. En esos siete años, China logró sacar de la pobreza a un promedio de más de 10 millones de personas cada año, y este 2020 verá la erradicación completa de la pobreza extrema. De este modo, la gente que alguna vez fue pobre ya no tiene que preocuparse por satisfacer necesidades básicas tales como comida y abrigo, ya que su calidad de vida ha experimentado una mejora significativa. La educación obligatoria, la atención médica básica y la vivienda están garantizadas, con lo cual se ha logrado superar la pobreza en zonas enteras.
En este proceso, los agricultores pobres han encontrado fuentes de ingresos, a excepción de un número muy reducido de familias que dependen de la seguridad social por la falta de mano de obra.
A partir del próximo año, China reactivará sus zonas rurales y consolidará los logros de alivio de la pobreza mediante el desarrollo de industrias distintivas y competitivas. En ese sentido, se desarrollarán industrias ecológicas y se mejorarán aún más las condiciones habitacionales de los agricultores sobre la base de la protección del medio ambiente y la construcción de aldeas ecológicas y habitables. A través del establecimiento de mecanismos efectivos, se prevé también la retención de personas calificadas y un mayor desarrollo rural de alta calidad.
Estimados amigos de China Hoy:
Hace poco tuve la oportunidad de leer el número de septiembre de su excelente revista, dedicado al aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y Cuba. Me gustaron mucho los reportajes al respecto. No sabía que Cuba había sido el primer país del hemisferio occidental en establecer relaciones con la República Popular China.
No he tenido la oportunidad de viajar a China, pero sí a Cuba en varias ocasiones. Me parece que los cubanos son un pueblo alegre y trabajador, que lucha por salir adelante cada día, pese al bloqueo impuesto desde hace décadas por Estados Unidos.
Mientras paseaba por las calles de La Habana, pude ver muchos autobuses de transporte público modernos y bien equipados. Resulta que esos autobuses, de la marca Yutong, son de origen chino y son una de las muchas formas en que la estrecha relación comercial entre los dos países beneficia al pueblo de manera directa.
También tuve la oportunidad de pasear por el Barrio Chino de La Habana. Debo confesar que ni siquiera sabía que existía uno, pero me sorprendió ver lo bonito que está, con sus decoraciones y una estatua de Confucio.
Leí con mucho agrado que en estos tiempos difíciles de pandemia, no solo China ha apoyado a Cuba con el envío de materiales y compartiendo sus experiencias, sino que, a inicios de año, Cuba, pese a sus carencias y limitaciones, también hizo una donación a China.
Enhorabuena a ambas naciones por tan sólida relación y por ser un ejemplo de dignidad y entereza ante un mundo que a veces pareciera que pierde el rumbo.
Con cariño, Martha Flores México